
No cabía un alma en la Plaza de San Ginés cuando el vía crucis del Cristo del Socorro abrió, sobre las cuatro de la mañana del Viernes de Dolores, la primera Semana Santa de España. La alta afluencia de público fue constante en el primer tercio de la procesión, hasta la estación de penitencia en Santa María.
Los penitentes partieron puntuales del entorno de la Catedral antigua. Los hermanos alumbrantes abrieron camino a la Virgen de la Soledad del Consuelo, al igual que el Cristo Moreno, sobre su cruz humilde, como recordó el capellán, Lázaro Gomariz, acompañado del cura ortodoxo ucraniano Andriy Chornopyskyy. Un par de saetas improvisadas frente al Bar Sol rompieron el silencio penitencial.
Rezaron ante la Virgen del Rosell y la Caridad. Y a las ocho de la mañana, en la Plaza de San Ginés, se cantó la salve de despedida a la Madre de poetas y toreros. Minutos después, en un ambiente más íntimo y con la emoción contenida, alumbrantes y portapasos entonaron la última oración en memoria del hermano Antonio García Miqueo, el popular Antoñico ‘El Lotero’, que falta desde enero.

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Enlace de origen : El Cristo Moreno recuerda a Antoñico