Víctor Basadre, un trotamundos con pasado grana

Comenzó a forjarse en banquillos de equipos juveniles y de la Tercera gallega, hasta que tuvo la oportunidad de enrolarse en el cuerpo técnico de Fabri González. Fue en el Mérida, pero Basadre también lo acompañó en la temporada 1998-99 hasta Murcia, en lo que fue su primer contacto con el club murciano. Ese mismo curso ya dirigió al filial grana por primera vez.

Tras su primera experiencia murciana recaló en el Lugo durante tres temporadas, tiempo en el que llegó a dirigir al primer equipo lucense. Tras una buen experiencia en el Noja volvió a la Región para trabajar en clubes como el Caravaca y Lorca, donde conoció a Emery, quien lo llevó como su auxiliar al Valencia.

Su vinculación con la Región se mantuvo en el tiempo: Murcia Deportivo, Puente Tocinos o los equipos juveniles del Real Murcia, Cieza y UCAM. También el Cartagena B, al que ascendió a Tercera. Después volvió a la casa grana antes de que llegaran diversas experiencias en el extranjero: el Volos de Grecia, el Zalguiris y el Suduva lituanos con una breve parada en el Formentera. Incluso disputó la Conference League antes de recalar en Letonia para entrenar al Spartaks. En Chipre vivió su última experiencia antes de volver a España para entrenar al Linense. Ahora en Melilla tiene una misión casi imposible: salvar a un equipo que llega a Murcia con el agua al cuello.

En la campaña 2017-18 Basadre dirigió de nuevo al Imperial. Regresó a la entidad grana de la mano de Deseado Flores, con el que había trabajado en el Cartagena. Flores, mano derecha de Raúl Moro, eligió a Manolo Sanlúcar como técnico del primer equipo, pero su arranque liguero fue defectuoso. Tras una victoria en siete partidos el gaditano fue cesado y el gallego cogió las riendas del primer equipo. Fue la gran oportunidad de Basadre, pero la derrota por 4-3 frente al Córdoba en su estreno con el primer equipo grana jugó en su contra, y eso que sus futbolistas llegaron a empatar un 3-0 en contra. En su segundo partido al frente del Murcia, su equipo venció de forma cómoda al Marbella de Fernando Estévez (3-0), pero el entrenador gallego ya estaba sentenciado de antemano.

Flores y Moro prefirieron fichar a Salmerón, que tras acabar la liga tercero no pasó de la primera ronda del ‘playoff’. Ahí acabó el sueño de un Basadre que después abandonaría el club murciano de forma silenciosa, otra vez. Este año ha presenciado en directo varios partidos de su exequipo y el domingo vuelve al Enrique Roca con un Melilla al que este trotamundos del fútbol ha mejorado de verdad.