Irán intercepta un barco vinculado a Israel en el estrecho de Ormuz

Irán intercepta un barco vinculado a Israel en el estrecho de Ormuz

Las fuerzas especiales marítimas de la Guardia Revolucionaria iraní han interceptado este sábado un buque «vinculado» a Israel en el Golfo. Se trata de un portacontenedores, llamado ‘MCS Aries’, que opera la empresa Zodiac -pertenece al millonario hebreo Israel Eyal Ofer- y que ha sido incautado en el marco de «una operación realizada cerca del estrecho de Ormuz» que separa a Irán de los Emiratos Árabes, según ha indicado la agencia oficial Irna. La nave se encuentra ya en «aguas territoriales» de la república islámica. En su interior iban al menos una veintena de marineros filipinos y llevaba contenedores con destino final a India.

El incidente se ha producido apenas unas horas después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señalara que cree que Irán va a atacar a Israel «más pronto que tarde» en represalia por el bombardeo de la semana pasada contra su consulado en Damasco y ha instado a las autoridades iraníes a que no lancen una respuesta armada. El mandatario, como en otras ocasiones, ha asegurado que su país está «dedicado» a la defensa del Estado hebreo y prestará todo su apoyo a las autoridades israelíes en caso de estallido de un conflicto abierto con la república islámica.

«Apoyamos a Israel, defenderemos a Israel e Irán no va a salir ganando», ha señalado Biden sobre esta hipotética respuesta violenta. «No quiero hablar sobre información clasificada, pero tengo la expectativa de que va a ocurrir más pronto que tarde», ha manifestado, consciente de la creciente tensión. De hecho, el ejército hebreo ha anunciado este sábado que ha atacado un complejo de Hezbolá -la organización libanesa afín al régimen persa- en las inmediaciones de la localidad de Rihan, en el sur de Líbano, horas después de que el grupo chií dirigiera decenas de misiles Katyusha contra el norte del territorio israelí. El miedo a un nuevo conflicto en la región ha llevado a Países Bajos a cerrar su embajada en Teherán y suconsulado en Erbil, la capital de la región autónoma del Kurdistán iraquí, como «medida de preocupación».

Israel lleva días con la respiración contenida por las posibles represalias de Irán tras el ataque que arrasó su embajada en Damasco, donde murieron siete miembros de la Guardia Revolucionaria y varios civiles, y que apunta al ejército hebreo como responsable. Un tiempo, casi dos semanas, en que ambos países han protagonizado una escalada verbal que Occidente sigue con preocupación y, sobre todo, con el temor de que pase de las palabras a los hechos en cualquier momento y desate una crisis de consecuencias difíciles de prever en Oriente Medio. La respuesta del régimen de los ayatolás, según la información que maneja la Inteligencia estadounidense y que publicaba este viernes ‘The Wall Street Journal’, podría ser cuestión de horas y «posiblemente en suelo israelí», el peor de los escenarios a la hora de frenar un nuevo estallido de violencia en la región.

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La aparente inminencia de la venganza que el propio Alí Jamenéi prometió tras el bombardeo del consulado en la capital siria ha multiplicado en las últimas horas los movimientos en la comunidad internacional. Al viaje adelantado del general Michael Kurilla, jefe del comando central de EE UU, a Israel para planificar la respuesta a un hipotético ataque se suman los contactos diplomáticos con Teherán para evitar lo que muchos consideran inevitable. Los responsables de Exteriores de Reino Unido, Australia o Alemania no ocultaron su «preocupación» tras esas llamadas. «Irán no busca una escalada de hostilidad, pero el retorno de una seguridad sostenible a la región está ligado al control de los belicistas y trastornados dirigentes del régimen sionista», contestó su homólogo persa, Hosein Amirabdolahian.

El mayor miedo de Teherán, sin embargo, es que una acción de represalia sobre territorio israelí se le vuelva en contra con un ataque masivo del ejército hebreo, por ejemplo, a su infraestructura energética. Eso es lo que, según ‘The Wall Street Journal’, estaría retrasando la respuesta de la república islámica, que no quiere tomar una decisión precipitada ni, sobre todo, contraproducente para sus intereses. «Irán no debe arrastrar a Oriente Medio a un conflicto mayor», advirtió el ministro de Exteriores británico, David Cameron. EE UU, que insiste en su apoyo «férreo» a Tel Aviv, ha comenzado a buscar aliados en otros países, como China, Turquía o Arabia Saudí, para impedir precisamente esa escalada. El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, les pidió que presionen al régimen persa para evitar más violencia en una región donde se suceden los conflictos. «Nuestros enemigos piensan que pueden separar a Israel y Estados Unidos, pero es todo lo contrario. Nos están uniendo y fortalecen nuestros lazos. Estamos hombro con hombro», aseguró el titular hebreo de Defensa, Yoav Galant, tras reunirse con Kurilla.

Población «aterrorizada»

Los mensajes de Israel ante un hipotético ataque iraní tampoco son alentadores. Daniel Hagari, portavoz de las fuerzas armadas hebreas, afirmó que el país «está en alerta y preparado para varios escenarios» y que el ejército «sabrá cómo actuar allí donde sea necesario». Este viernes mismo se reunía el gabinete de guerra liderado por Benjamín Netanyahu ante un escenario cada vez más delicado. En la frontera israelí con Gaza, en ciudades como Ashkelon, la población vive aterrorizada» por la amenaza de Teherán. Korin Peretz, uno de sus vecinos, relataba esta semana a CNN su calvario: «No puedo dormir por la noche, siempre preocupándome por esta situación. Nuestra vida aquí no es segura en este momento, pero no hay otro lugar».

EE UU ha pedido a China, Turquía y Arabia Saudí que presionen al régimen iraní para que no cumpla su amenaza

No sería la primera vez que Irán sacia su sed de venganza. En 2020, la muerte de uno de sus generales, Qasem Soleimani, en un bombardeo de EE UU en Irak derivó en un ataque contra bases norteamericanas en suelo iraquí. Ahora, según la cadena pública Kan, los ayuntamientos israelíes han recibido el aviso oficial para que comiencen a prepararse, por ejemplo, con la puesta a punto de los refugios a los que podrían acudir sus residentes en caso de que la república islámica cumpla su amenaza. Y el ejército tiene ya movilizados a los reservistas y los permisos de vacaciones de sus soldados cancelados.

El temor a una acción inminente -que no se descarta sea protagonizada por grupos afines al régimen de los ayatolás, como Hezbolá- no para de crecer y también desde el exterior se ha empezado a tomar medidas. Francia, como hizo antes Rusia, ha aconsejado a su población no desplazarse a Israel, Irán, Líbano y los territorios palestinos y ha evacuado, además, a los familiares de los empleados de su embajada en Teherán, mientras que Estados Unidos ha limitado los viajes de su personal diplomático en suelo israelí a las ciudades de Tel Aviv, Jerusalén y Beersheba.

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