Quinientos kilos de ‘ensalada de maría’ procedente de la Región cazados con rayos X

Quinientos kilos de ‘ensalada de maría’ procedente de la Región cazados con rayos X

El funcionario del Servicio de Vigilancia Aduanera observó en la pantalla del escáner de rayos X algo que no le cuadraba en la carga del camión que iba a embarcar en el ferri que une el puerto de Bilbao con el de Rosslare, en Irlanda. Miró bien la imagen que le reportaba el avanzado sistema de inspección de vehículos y comprobó una disposición anómala de parte de los 26 palés de lechugas que transporta el vehículo desde la Región de Murcia. Agentes de la Guardia Civil de la compañía Fiscal y Fronteras del puerto de Bilbao verificaron la identidad del conductor y único ocupante, de 47 años y vecino de Cieza.

Ante las sospechas del funcionario, los guardias civiles rompieron el precinto y abrieron la zona trasera del semirremolque. En un primer vistazo a la carga, comprobaron que el precinto coincidía con el documento del contrato del envío y la entrega de mercancías entre las empresas (la carta de porte CMR). Posteriormente, trasladaron el camión a una zona de inspección en el puerto de Santurtzi, para realizar un estudio minucioso de la mercancía. Comenzaron a descargar del camión y verificaron que había algo más de 15 toneladas de lechugas. Pero seis de los palés llevaban sorpresa. Ocultas bajo las hortalizas encontraron más vegetales, concretamente cogollos de marihuana en 500 bolsas de plástico cerradas al vacío con un peso de un kilo cada una.

La media tonelada de droga, una vez introducida en el mercado clandestino, habría alcanzado un valor de algo más de tres millones y medio de euros, más aún cuando, tras analizarla, se comprobó que se trataba de una variedad de marihuana de gran calidad, con un alto valor en el mercado ilegal europeo. El camionero fue detenido el 26 de mayo de 2022 y al día siguiente pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Barakaldo. Los agentes habían cazado un camión de una más que probable red de tráfico internacional de drogas por carretera. El camionero, contratado por la empresa transportista, ubicaba en Abarán, declaró que él no había cargado la mercancía, ni había visto su mercancía, que solo se encargó de conducir el camión cuando ya estaba cargado y precintado.

Un ‘BlaBlaCar’ de camiones

El ciezano añadió que el transporte de la mercancía provenía de un encargo recibido a través de una bolsa de carga llamada Timocom, algo parecido a un ‘BlaBlaCar’ de camiones. Se trata de bolsas de carga que permiten aprovechar los viajes de los transportistas, evitando portes con el camión vacío. La Guardia Civil verificó que el vehículo estaba precintado desde su origen y que coincidía con el declarado en el documento CMR, por lo que el juzgado de Barakaldo decretó la libertad del detenido y se inhibió en favor de un juzgado del partido judicial de Murcia.

Ahora, la investigación viraba hacia la Región. Los agentes debían averiguar dónde se cargaron las lechugas con exceso de vegetal. Por un lado, estaba la empresa, que constaba como titular de la operación de exportación de la lechuga, radicada en Murcia, y por otro, la encargada del porte.

La causa ha sido archivada para tres de los procesados, pero el foco sigue puesto en los dueños de la mercancía

Dos de los investigados estaban ligados a esta última. El jefe de tráfico y el cargador. Ambos fueron defendidos por el abogado penalista Álvaro Prieto, quien lograría el archivo de la causa contra los dos en el procedimiento. El primero fue quien recibió el encargo del transporte a Irlanda por parte de la empresa exportadora. El segundo era su hijo, y tenía la labor de cargar el camión en una finca, situada en la pedanía de Cancarix, en Hellín (Albacete) y regresar a la base de la empresa abaranera de transporte. Desde allí partiría de nuevo el camión hacia Irlanda, aunque finalmente sería interceptado en el puerto de Bilbao.

El primer camionero que cargó las lechugas en Hellín explicó que le informaron de la dirección de la finca, llegó hasta allí, aparcó y esperó dentro de la cabina del vehículo mientras operarios cargaban los palés de lechugas. «Mi cliente no participó en las funciones de carga de la mercancía, porque así lo establece una de las medidas aprobadas durante el periodo de la covid-19, que prohíbe a los camioneros participar en las operaciones de carga o descarga de las mercancías», explica Prieto. Tampoco sabía que contenía sustancias ilícitas, «ya que una vez cargado el camión se precinta y este no se puede alterar ni manipular», algo que fue verificado por la Guardia Civil en Bilbao.

El pasado febrero, el Juzgado de Instrucción número 6 de Murcia, que asumió el caso, estimó que con las actuaciones practicadas no estaba «debidamente acreditada la perpetración del delito» contra la salud pública de los acusados, por lo que acordó el sobreseimiento provisional y el archivo de la causa. En este sentido, el juzgado estableció que la investigación debía continuar en relación con los dueños de la mercancía que cargaron el camión en la finca de Cancarix.

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