La basura y los escombros se acumulan en los alrededores de Joven Futura

Un recorrido por los antiguos carriles de huerta de esta área, incluyendo el camino Torre Falcón y la calle Doctor de la Peña, permite encontrarse con desechos de todo tipo, empezando por enseres de naturaleza doméstica, como sofás, colchones o espejos, y acabando por residuos vinculados más bien a actividades profesionales propias del sector de las reformas. Así, los restos de yeso, ladrillo, cemento o plástico conviven, bajo el arbolado de la zona, con puertas de madera, inodoros o materiales potencialmente peligrosos como placas fracturadas de fibrocemento. «Por aquí han abandonado hasta bidones de aceite, que tienen un proceso de retirada más complejo, ya que debe intervenir Medio Ambiente», explica el presidente de la Asociación de Vecinos de la urbanización, Chencho Mateos.

«Tampoco es raro toparse con abundantes restos de turba que dejan tirada por aquí los cultivadores de marihuana», explica Miguel, vecino desde hace 25 años de una zona a la que llegó mucho antes del desarrollo de la urbanización. «Al final, la mayoría de lo que se tira aquí procede de residentes de los alrededores, que saben que se trata de un lugar escondido y sin vigilancia», señala este vecino, que tiene la sensación de que esta problemática ha ido a peor tras la pandemia.

Una percepción algo distinta tiene Mateos, que considera que se trata de un problema cíclico. «No son circunstancias puntuales; la basura se acumula hasta que es insostenible y conseguimos que se limpie, algo que no es fácil porque precisa de intervenciones especiales que no se encuentran incluidas en los servicios del contrato de limpieza de la vía pública». Así, una vez que todo queda despejado, la rueda de la basura vuelve a girar, con un ritmo que se acelera conforme las pequeñas montañas de residuos se hacen más visibles.

Revitalización del entorno

Para Mateos, la solución definitiva a esta situación pasa por una revitalización del entorno que está en cartera y que, no hace mucho, parecía lista para arrancar. «Mantener una zona en el abandono hace que se siga degradando, algo que se podría frenar con la ejecución de las infraestructuras previstas», añade. Uno se lo piensa mucho más antes de tirar algo cuando la zona esta cuidada.

El primero de estos proyectos con vocación de revulsivo era la rehabilitación de la antigua y ruinosa Casa Torre Falcón. La actuación sobre el histórico edificio, divisado por todo aquel que transita por la Ronda Oeste, fue presentada en el verano de 2020, en plena pandemia. La propuesta pasaba por recuperar esta emblemática villa solariega del siglo XVIII, con el fin de convertirla en un centro cultural y social para un enclave necesitado de recursos de este tipo.

De hecho, pese a tratarse de un proyecto impulsado inicialmente por el equipo del popular José Ballesta, el gobierno socialista lo dotó en los Presupuestos Municipales de 2022 con casi medio millón de euros, con la idea de afrontar el resto de la inversión prevista –unos 100.000 euros más– con remanentes. Pero luego llegó, entre otras vicisitudes, la guerra de Ucrania y los costes del proyecto se incrementaron notablemente, al compás de una inflación disparada, rebasando el proyecto al menos los 700.000 euros.

A día de hoy, y a preguntas de LA VERDAD, el actual equipo de gobierno no ha querido confirmar si se ha reservado alguna partida para la ejecución del proyecto en los Presupuestos Municipales de 2024, cuyas líneas generales fueron presentadas el pasado viernes y que se irán desgranando en las próximas semanas, tras su aprobación inicial en el Pleno ordinario de este jueves. Mientras, la casa torre, cubierta de grafitis, con su rejería saqueada y restos de quemas a su alrededor, sigue deteriorándose.

Propuesta aparcada

Una incertidumbre similar, si no mayor, es la que envuelve a la construcción del Parque Metropolitano de Joven Futura, cuyo futuro perímetro se encuentra a día de hoy trufado de pequeñas montañas de escombros. Se trata esta de una iniciativa con origen vecinal que parece haber encallado tras el apoyo recibido por «todos los grupos políticos antes de las elecciones de 2019», subraya Mateos. Sin embargo, pasados aquellos comicios, el proyecto fue aparcado «por su envergadura y por estar sobre una zona arqueológica, según nos dijeron», apunta.

Recuerda Mateos que, tras la votación de los frustrados presupuestos participativos puestos en marcha por el anterior gobierno socialista en 2022, se consignaron 150.000 euros para iniciar los estudios geológicos y geotécnicos y realizar una pequeña intervención, a la espera de que una partida mayor permitiera acometer de una manera más decidida este gran espacio verde de 30.000 metros cuadrados. Sin embargo, fuentes municipales confirman que, por el momento, no se ha hecho ningún encargo con esa partida a la Urbanizadora Municipal (Urbamusa). Mientras, la basura sigue llamando a la basura.