Lleno total en el regreso de los toros a Alcantarilla

Vociferante, número 26, de Toros de la Plata, fue el novillo que abrió plaza y con el que volvían los toros a Alcantarilla. Bonito de hechuras, al castaño lo recibió Trigueros con dos largas cambiadas, un ramillete de verónicas y la revolera de remate. Con un solo puyazo cambió el primer tercio. Tras brindar al alcalde, Joaquín Buendía, se fue hasta los medios para brindar al público.

Fue faena de actitud del muchacho de Javalí Nuevo que inició su labor por redondos de rodillas, para cerrar con el de pecho. Acusó el novillo la querencia a tablas en una faena larga en la que Trigueros ligo dos series con la derecha para torear después al natural, dibujando uno que resultó extraordinario por su cadencia y despaciosidad. Acabó su labor pegado a tablas, por luquesinas, antes de cobrar una media estocada algo caída. Paseó la primera oreja de la tarde.

Con una tijerilla, arqueada la pierna, recibió al segundo, colorado y acucharado de cuerna. Con un puyazo cambió de tercio y en la faena de muleta demostró estar preparado. Al hilo de tablas, por las querencias del bovino, realizó una faena en la que fue resolviendo las ecuaciones que planteaba el animal, siempre con el concepto de torear por abajo y despacio. Unas ajustadas manoletinas sirvieron de epílogo a un trasteo malogrado con el descabello después de una media estocada. El posible triunfo quedó en ovación.

Dio un volantín el tercero en el saludo de capa. Luego lo toreó con soltura y ritmo Trigueros a la verónica. Puso originalidad para iniciar la faena sentado en una clásica silla de enea. El trasteo tuvo metraje, con buenos momentos con la mano izquierda y mucha entrega, aprovechando el novillero las embestidas del animal. Al segundo intento logró una estocada entera. A manos del novillero fueron las dos orejas y para el novillo el premio de la vuelta al ruedo.

Alto de cruz y vareado fue el cuarto y último de la tarde, novillo con motor al que Trigueros recibió con una larga de cambiada de rodillas a porta gayola, mostrando su total disposición, seguidas de otras dos largas cambiadas en el tercio. Como demostración a su gran entrega en este novillo compartió tercio de banderillas con su subalterno Carlos Pacheco. Salió airoso Trigueros en un par al violín y en otro al quiebro, pegado a tablas. Tras doblarse por abajo con el novillo en el inicio de faena, esta última entrega también fue por el camino de la disposición. No se dejó nada dentro en series por ambos pitones. Perdió las orejas por el mal uso de los aceros, con una estocada que asomó y fallos con el descabello. Al final, salió a hombros.