El helicóptero en el que volaba el presidente iraní, en paradero desconocido tras un aterrizaje de emergencia

Las autoridades iraníes creen que el helicóptero se encontraría aproximadamente en la zona de Kalibar, a unos 30 kilómetros de la frontera con Azerbaiyán, de donde había partido. En la zona las condiciones meteorológicas son «desfavorables y hay una espesa niebla», ha informado el ministro del Interior, Ahmed Vahidi, a la televisión estatal. «Llegar a la zona del helicóptero puede tomar tiempo«, añadió. El lugar en cuestión se ubica en el bosque de Dizmar, cerca de la ciudad de Varzaghan.

La agencia de prensa oficial IRNA ha informado que en la aeronave viajaban tanto Raisí -aunque al principio se puso en duda- como el ministro de Relaciones Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian. Tras lo ocurrido, la agencia Fars ha llamado a los iraníes a rezar por el presidente tras el accidente y la televisión estatal ha suspendido toda su programación.

Asimismo, un funcionario ha dicho a los medios que las vidas de ambos estaban «en riesgo». «Todavía tenemos esperanzas, pero la información procedente del lugar del accidente es muy preocupante», añadió bajo condición de anonimato.

40 equipos de respuesta rápida

Raisí se desplazó este domingo a la provincia de Azerbaiyán Oriental, donde inauguró una presa junto al presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliev, en la frontera entre ambos países. Una vez acabados los actos, la aeronave despegó junto a otras tres para volver a su lugar de origen. El jefe de la Media Luna Roja Iraní, Pir Hosein Kolivand, ha confirmado el despliegue de un enorme dispositivo de rescate formado por 40 equipos de respuesta rápida que rastrearán la zona a pie ante la imposibilidad de acercarse en helicóptero. Se espera que lleguen por la noche.

«Estamos haciendo todos los esfuerzos posibles, y hemos lanzado aviones no tripulados, pero ahora mismo una búsqueda por aire es imposible, y la zona es accidentada y montañosa», ha manifestado en declaraciones recogidas por la agencia semioficial ISNA. Asimismo, el vicepresidente iraní, Mohamad Mojber, está viajando ahora mismo a la capital de la provincia, la ciudad de Tabriz para encabezar una célula de crisis y coordinar las labores de rescate.

Mano dura en el Gobierno con el apoyo total del ayatolá

Ebrahím Raisí, de 63 años, fue elegido presidente en 2021 y, desde que asumió el cargo, ordenó un endurecimiento de las leyes morales en el país. De igual modo, ordenó una sangrienta represión de las protestas antigubernamentales y presionó con fuerza en las conversaciones sobre el armamento nuclear con las potencias mundiales.

En el sistema político dual de Irán, dividido entre el establishment clerical y el gobierno, es el líder supremo (ayatolá Ali Khamenei), y no el presidente, quien tiene la última palabra sobre todas las políticas importantes. Pero muchos han visto a Raisí como un fuerte contendiente para suceder a su mentor de 85 años, quien ha respaldado firmemente las principales políticas de Raisí.

Raisí llegó al poder hace tres años para imponer una línea de control dura, opuesta a la que había mantenido su predecesor, Hassan Rouhani, quien llegó a negociar un acuerdo nuclear con EE UU. Pese al apoyo en 2021, la población ha mostrado sus quejas por su política y ha habido protestas generalizadas contra el gobierno clerical y la incapacidad de revertir la economía de Irán, paralizada por las sanciones occidentales.