Sánchez reconoce Palestina y subraya la «amistad» hacia Israel frente a Hamás

Sánchez reconoce Palestina y subraya la «amistad» hacia Israel frente a Hamás

Martes, 28 de mayo 2024, 00:59

La diplomacia española ha dado este martes un paso histórico con el reconocimiento de Palestina como Estado por el Consejo de Ministros que encabeza Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno comparecía a las ocho y media de esta mañana en el palacio de la Moncloa en un simbólico gesto institucional que busca dotar de vuelo a una decisión que resulta coherente con el acuerdo unánime adoptado en 2014 por el Congreso en favor de la solución de los dos Estados -el israelí ya conformado y el nuevo árabe por configurar- como vía para tratar de poner fin a casi siete décadas de conflicto en Oriente Próximo, pero que no cuenta con la guerra actual desangrando Gaza, ni con el consenso del PP, principal partido de la oposición, tampoco con el respaldo de Estados Unidos, ni de las dos grandes potencias de la Unión Europea, Alemania y Francia.

El presidente del Gobierno, tras la desairada reacción que este recnocimiento ha causado en Israel, con la retirada de su embajadora en Madrid incluida, ha alegado que esta decisión «no es contra nadie» y que el «único objetivo» es buscar la paz entre israelíes y palestinos. «No adoptamos esta razón contra nadie, menos aún contra Israel, un pueblo amigo que respetamos. Esta decisión muestra su rechazo absoluto a Hamás, que no cree en la solución de los dos estados. España condenó desde el primer momento los atentados», ha zanjado.

Respecto a las fronteras que reconce el Consejo de Ministros, Sánchez ha especificado que el objetivo de la llamada solución del dos estados es que Palestina «sea viable», es decir, con Cisjordania y Gaza conectadas por un corredor y con capital en Jerusalén Este.

Sánchez ha precipitado el movimiento, persuadido de que es comprendido por la mayor parte de la ciudadanía española, tras desatarse la última y brutal oleada de violencia en la región y solo lo condicionó a intentar dotarse del colchón de un amplio apoyo europeo, un objetivo en el que ha tenido un resultado discreto. Pero nada ha frenado sus planes y este martes su resolución, avalada por Irlanda y Noruega con una foto conjunta el lunes en Bruselas de sus ministros de Exteriores con el español, José Manuel Albares, se hará realidad abriendo una etapa de hostilidad con Israel cuyas consecuencias están por calibrarse.

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Por el momento, y después de que el jefe del Gobierno anticipara este 28 de mayo como la fecha definitiva para este hito en la política exterior en el macropleno que protagonizó el pasado miércoles en el Congreso, el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu ha respondido a la iniciativa retirando a su embajadora en Madrid, Rodica Radian-Gordon. También prohibiendo al Consulado en Jerusalén que preste sus servicios a la ciudadanía palestina, una represalia diplomática esta última no menor si se tiene en cuenta que España no tiene previsto inaugurar embajada en Ramala (Cisjordania) y que su intención es seguir operando con sus oficinas de la Ciudad Santa.

Tono ‘in crescendo’

Aunque Tel Aviv ha limitado a esas dos medidas su réplica, al menos en los últimos seis días desde que Sánchez oficializó cuándo imprimiría velocidad a la estrategia española en la región, lo que ha ido ‘in crescendo’ ha sido el tono del choque entre ambos Gobiernos. Las inopinadas manifestaciones el sábado de la ministra de Defensa, Margarita Robles, en el marco del Día de las Fuerzas Armadas, acusando a Israel de estar cometiendo «un auténtico genocidio» en Gaza -una terminología de hondas repercusiones humanitarias, políticas y jurídicas que había quedado reservada a Sumar y a Podemos, que ni el presidente ni su ministro de Exteriores han empleado nunca y que también asume la vicepresidenta y candidata a Europa Teresa Ribera en una entrevista hoy en El Español-, provocaron esa misma noche una airada respuesta de la Embajada hebrea. La legación acusó a la representante española de hacer suyo «el relato falso de Hamás».

A partir de ahí, la escalada la ha protagonizado el titular de Exteriores de Netanyahu, Israel Katz. Lo ha hecho con un vídeo difundido el domingo desde su cuenta en la red social X que incide en la tesis abonada por su Ejecutivo desde hace una semana de que el gesto de Sánchez «premia» el terrorismo de la milicia palestina y la amenaza de que su país devolverá «el daño» a quien se lo cause.

El Consejo de Ministros ratificará este martes las palabras de Albares -«nadie nos va a amedrentar»- y sancionará su decisión, que culmina la determinación del presidente de encarar con ella un conflicto que ya se tradujo en una tensa entrevista con Netanyahu en Jerusalén el 23 de noviembre. Fue un cara a cara en el que Sánchez expresó su condena por la ofensiva terrorista lanzada sobre suelo israelí por Hamás el 7 de octubre que detonó esta última y dramática crisis en Oriente Próximo, pero trasmitiéndole también que el Gobierno español veía ya desmedida la represión israelí sobre Gaza.

El presidente palestino, Mahmoud Abbas, saluda al jefe del Ejecutivo español. Pedro Sánchez, tras la reunión que mantuvieron en Ramala el pasado 23 de noviembre.

El presidente palestino, Mahmoud Abbas, saluda al jefe del Ejecutivo español. Pedro Sánchez, tras la reunión que mantuvieron en Ramala el pasado 23 de noviembre.


EFE

Las 35.000 víctimas mortales, una parte relevante de ellas niños, que se ha cobrado la entrada implacable del Ejército hebreo en la Franja en estos siete meses de guerra ofrecen, a ojos del Ejecutivo de coalición PSOE-Sumar, razones más que suficientes para precipitar el reconocimiento de Palestina. Un compromiso que va a sellarse ahora en plena campaña para las europeas del 9 de junio y que ha llevado al PP a maliciar sobre las intenciones electoralistas del inquilino de la Moncloa.

Tintes electoralistas

El compromiso del Gobierno de coalición PSOE-Sumar con Palestina llega en plena campaña de las europeas del 9 de junio y por eso el PP duda de las intenciones de Sánchez

Feijóo, las presiones y los desmarques

Alberto Núñez Feijóo, ha reiterado en sede parlamentaria que mantiene al partido donde estuvo hace una década, en la solución de los dos Estados. Y ello pese a las presiones de los sectores más a la derecha y desmarques como el del expresidente José María Aznar, quien mantuvo, con más o menos matices, la histórica línea de la diplomacia española -desde Adolfo Suárez a Mariano Rajoy pasando por Felipe González (anfitrión de la conferencia de paz de Madrid que aventó esperanzas de pacificar la región) y José Luis Rodríguez Zapatero- de actuar como un factor de entendimiento entre las partes enfrentadas en el polvorín de Oriente Medio.

Con lo que disiente el líder de la oposición es con que Sánchez haya decidido tirar hacia delante con su resolución, sin consenso ni en el Congreso ni tampoco con los ‘grandes’ de la UE, al tiempo que alerta de que la medida, en este momento, puede perjudicar a los palestinos y «empodera» a Hamás, considerada una organización terrorista por buena parte de Occidente. El Gobierno confía en una suerte de efecto dominó que acabe dándole la razón en su convicción de que este paso sitúa a España en «el lado correcto de la Historia». Por ahora, el país se sumará junto a Irlanda, Noruega y Eslovenia -su primer ministro, Robert Golob, anticipó el lunes que lo hará este mismo jueves- a la lista de 140 Estados en el mundo que ya han reconocido a Palestina.

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