La rabia de quienes limpian su casa una y otra vez: «Es tercermundista»

La rabia de quienes limpian su casa una y otra vez: «Es tercermundista»

Viernes, 14 de junio 2024, 00:39

La vida es un desastre en Ribera de Molina. El temporal de lluvias torrenciales ha dejado en la Región de Murcia muchas ‘zonas cero’ donde los daños materiales se hacen más que visibles. Sin embargo, en esta pedanía al sur de Molina de Segura, a dos pasos del río Segura y rodeada de huerta y monte, las riadas son un visitante cuyo paso por el pueblo es cíclico y destructivo. Francisco mira desde el lateral de su casa la rambla de la Fuente, conocida así por los vecinos, y que fue el origen de todos sus males la tarde del miércoles. «Cuando la maleza colapsó los sumideros bajo el puente de la carretera, el nivel del agua comenzó a subir en nuestra casa», comenta.

Las paredes de color naranja llevan una marca, a casi un metro de altura, que da cuenta de la desgracia que han vivido. Muebles, ropa, electrodomésticos y otros enseres están amontonados en la puerta de la vivienda. Dentro, Catalina, su mujer, trata de escenificar el horror de aquellas horas: «No he visto algo así en mi vida. Cuando bajé de la segunda planta, el agua ya cubría tres escalones». El barro todavía tapiza la cocina. La enseña a los periodistas mientras bromea con sus vecinos qué hacer con cada objeto de su vivienda dañado por la inundación.

Unos metros más abajo, la casa de Fabiola recibe el caudal directo de la rambla durante las crecidas. «Esto es tercermundista», exclama, mientras enseña entre sollozos los destrozos en una parte de su vivienda. «Tenemos el mismo problema de siempre». La acequia por donde desagua el cauce está llena de maleza que tiene que retirar ella, «mientras las administraciones se pelean por saber quién tiene las competencias en esto», dice indignada. Carga contra el Ayuntamiento de Molina, que se defiende señalando que es la Confederación Hidrográfica del Segura y el Estado quienes deben desarrollar las obras de defensa en las principales ramblas de Molina. «Tengo otra casa en la huerta –a escasos metros de donde vive ahora– también afectada y con el agua todavía dentro».

La ruta de la riada continúa unos metros más abajo, donde se aprecia con exactitud la fuerza con la que bajaba el agua el miércoles, llegando a derribar el muro de contención de una vivienda en el camino del Hondo, que da paso a varias viviendas de huerta en la zona más baja de Molina. Esa acequia paralela a la carretera se convirtió en la pesadilla de los vecinos, que vieron como era incapaz de asumir el volumen de arrastres durante la media hora que llovió con intensidad.

Joaquín y María Rosario, otros residentes de la zona, continuaban ayer sacando barro de su casa. En 2019 la DANA les pilló con la vivienda recién comprada y todavía sin seguro. Hicieron frente a los gastos ellos solos, pero reconocen que ahora se hace muy cuesta arriba afrontar el mismo tiempo y dinero en volver a la normalidad. La nevera, la lavadora y tantos muebles hinchados por el agua se acumulan en la cocina y el salón. «Esto no se puede permitir. ¿Dónde están los administraciones con nuestros impuestos?». Antonio, que desde hace tres días vive en una especie de cueva pegada a la carretera, no puede acceder a su parcela. «No tengo dinero, no tengo trabajo, esto es inhumano», exclama también entre sollozos.

Día de limpieza

Una familia limpia su casa, ayer, en Espinardo.

Una familia limpia su casa, ayer, en Espinardo.


Nacho García / AGM

Los vecinos de Espinardo que residen junto a la rambla trataban ayer, como en Molina, de limpiar y regresar a la normalidad lo antes posible. El barro se seguía acumulando en unas casas condenadas a repetir la misma tragedia una y otra vez, ya que este tramo urbano ocupa una zona inundable que ha sufrido dos riadas en los últimos días.

En Los Alcázares, por el contrario, no hubo inundaciones, pero sí cuantiosos daños materiales. Las precipitaciones registradas recordaron a los peores episodios de lluvias torrenciales que ha sufrido la localidad ribereña del Mar Menor. Sin embargo, el canal perimetral que rodea el pueblo logró frenar las escorrentías procedentes de la cuenca, llevando incluso al límite su capacidad de retención de agua.

Rescate de tres personas atrapadas en un coche, en Torre Pacheco.

Rescate de tres personas atrapadas en un coche, en Torre Pacheco.


112RM

«Funcionó de manera extraordinaria», destaca el alcalde, Mario Pérez Cervera. Remarca que el impacto de la lluvia se dejó notar en los pabellones, el polideportivo, el campo de fútbol, la piscina municipal o el centro de seguridad de Los Alcázares, con daños por la filtración de agua a través de las cubiertas o por los laterales de las instalaciones. Cervera también apunta a destrozos en algunas carreteras o árboles caídos por las lluvias y el fuerte viento, una combinación meteorológica «que nunca había visto», incide.

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