«Las series cuentan historias que el cine no estaba contando»

«Las series cuentan historias que el cine no estaba contando»

Domingo, 16 de junio 2024, 00:16

«No soy más que un espectador que ha tenido el privilegio de dar un pasito más allá y meterse un poquito dentro de las películas», dice Alberto Rey. Pero no es cierto, porque cualquiera no tiene su capacidad para diseccionarlas con tino («’Los Goonies’ la critico con precaución porque es una religión, es la Taylor Swift de los señores de cincuenta años») ni su aplomo para charlar con estrellas de cine como si tal cosa. Confiesa que las películas lo han convertido en la persona que es, y por eso en ‘Peliculero’ (Península), además de colarnos en rodajes y entrevistas, hace un recorrido personal sobre las series y las películas que han marcado su vida. También la nuestra.

-¿Con qué estrella se tomaría un vermú?

-Con Sharon Stone. Es la estrella más interesante que hemos tenido en los últimos cuarenta años, y su presencia y su trayectoria explican muy bien cómo funciona el cine y cómo ha tratado a las mujeres. Es que me tomaría uno y cuarenta hasta caernos redondos. ¿Y quién te dice que no voy a acabar haciéndolo? [risas].

-Con Brad Pitt no compartió vermú, pero sí escenario.

-Presenté un estreno con él y Marion Cotillard hace unos años. Yo no he visto una masa de fans en la puerta del cine Capitol más desquiciada.

-¿Y qué tal de cerca?

-Pues creemos que cuando las estrellas no están en una película dejan de ser un personaje, y no, ellas interpretan también un personaje que les genera protección, porque, como dijo Christian Salmon en un libro horrible sobre Kate Moss, cuanto más te expones, más te escondes. Las estrellas son una construcción, una imagen, una proyección de un montón de cosas, y la idea de que cuando esa estrella salga de la pantalla va a ser una persona real es un poco inocente y un poquito frustrante y, a la vez, muy divertida. Acabas teniendo la sensación de haber estado con Brad Pitt, no con una persona.

-Es un crítico de cine que no ve películas de miedo.

-No, no veo las pelis de sustos. A mí los ascos no me molestan, pero me plantas una niña japonesa con el pelo por la cara y me tienes sin dormir dos semanas. No puedo. Es que no puedo.

-Antes todos veíamos las mismas series y películas, pero ahora hay tal avalancha que es difícil distinguir el grano de la paja.

-Es esta idea, apuntada por Juan Sanguino, del fin de la monocultura. Antes todos veíamos los mismos programas, y la televisión era el centro de la vida cultural del 99% de las personas nacidas a partir de los 60 en España. Pero, de repente, esas generaciones que veíamos lo mismo y teníamos los mismos referentes vemos cómo el mundo se expande y cada cual puede elegir lo que ve y lo que no. Aquello nos sirvió para tener una cultura general, porque es importante exponerse a cosas que, en principio, tú no elegirías. Por el contrario, ahora nos podríamos estar perdiendo muchas cosas interesantes porque tenemos la opción de estar constantemente viendo las cosas que queremos y que consiguen gustarnos en un 99%.

-¿Por qué las series han acabado desplazando al cine?

-Hay muchos factores que parecen banales, pero que son importantes, como que cada vez haya menos cines, que mucha gente no tenga tiempo para ir al cine pero sí un momento antes de acostarse para ver una película en casa y que las pantallas domésticas sean cada vez más grandes y de mayor calidad. Además, las series empezaron a contar historias que el cine no estaba contando y, por una mera cuestión de tiempo, permiten que el desarrollo de personajes sea infinitamente superior al de una película: por ejemplo, la mezquindad de Alicia Florrick tarda siete u ocho horas en aparecer, y en ocho horas una película ha acabado hace seis.

Cine en soledad

-El cine es un acto colectivo.

-Porque la mayoría lo entiende como una cosa social: hay muy poca gente que vaya al cine sola, aunque a mí me encanta hacerlo, pero, en cambio, hay mucha gente que ve series sola. Y la relación con las series es distinta: tú al cine vas a ver a las estrellas, pero las estrellas de la tele entran en nuestra casa y nos ven en pijama, por eso nos da la sensación de que son parte de nuestra vida.

-Como Matthew Perry, al que le dedica un capítulo que escribió el mismo día de su muerte.

-No era un actor importante, pero su presencia en nuestra vida cotidiana era muy superior a la de los siguientes cuatro o cinco actores en el ranking de presencia en nuestra vida, que probablemente sean los otros cinco de ‘Friends’. Por eso, cada vez que muera algún integrante de esa serie, la reacción de que se va una parte de tu vida va a ser muy parecida.

-Si rodaran una serie sobre usted, ¿quién le gustaría que la protagonizara?

-¿Quién me gustaría que la protagonizara o quién la protagonizaría? Porque esa es la gran pregunta. Me da la sensación de que yo querría que la protagonizara Jon Hamm y la acabaría protagonizando Paul Giamatti [risas]. Es una pregunta interesante, muy de terapeuta. Al final, como las estrellas significan cosas, la elección que hagamos también: si quieres que te interprete Jennifer Lopez, lo que estás diciendo es que tu mayor obsesión es que te vean guapo siempre. No lo sé, quizá elegir a Jon Hamm denota que yo lo que quiero es que, por encima de todo, me vean como una persona muy guapa. Jajaja.

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