Miguel Molina, campeón de las 24 horas de Le Mans

Miguel Molina, campeón de las 24 horas de Le Mans

David Sánchez de Castro

Madrid

Domingo, 16 de junio 2024, 17:44

La edición 2024 de las 24 horas de Le Mans, la carrera más grande del mundo, dejó una nueva línea en la historia del automovilismo español gracias a la victoria de Miguel Molina y del equipo Ferrari con su unidad 50. Junto al danés Niklas Nielsen y el italiano Antonio Fuoco, la Scuderia se impuso en una durísima edición marcada por la lluvia, con numerosos incidentes de carrera, largos períodos tras el coche de seguridad, fallos de estrategia y hasta sucesos surrealistas, como una puerta que no les cerraba.

Miguel Molina, de 35 años y nacido en Girona, unió su nombre al de Marc Gené y Fernando Alonso, los únicos españoles que habían logrado imponerse en el legendario circuito de La Sarthe, en una carrera muy complicada desde el principio, en la que Ferrari dejó claro que, a diferencia de lo que pasa en la Fórmula 1, son capaces de sobreponerse a los incidentes con fortaleza. Junto a Molina, Nielsen y Fuoco estuvieron en el podio los hombres del Toyota 7, con José María ‘Pechito’ López, Nick de Vries y el único de los tres que no cometió errores serios, Kamui Kobayashi. La tercera plaza fue para el otro Ferrari oficial de la categoría Hypercar, el 51, con quiene fueron los ganadores en 2023: Antonio Giovinazzi, Alessandro Pier Guidi y James Calado.

El ingrediente que hizo de estas 24 horas de Le Mans una edición sin un guion predecible fue la lluvia. En una carrera en la que la máxima categoría tenía hasta nueve fabricantes distintos, algo que no se veía desde hace años, desde los primeros compases fue complicado predecir qué iba a pasar. Sobre todo porque en Cadillac se empeñaron en ser la alternativa, con los Porsche de Penske muy fuertes y los Toyota creciendo desde la parte de atrás de la parrilla, ya que salían sin prácticamente opciones. Ferrari, por su parte, gestionó la carrera no sin riesgo, como demostraron en las primeras horas de la prueba cuando decidieron ir a contracorriente en los cambios de neumáticos y dejar gomas de seco cuando el resto iba con agua o estirar su puesta al máximo. En esa primera parte parecía que los Ferrari no iban a poder pelear por la victoria frente al poderío del Porsche 6, del Toyota 7 o del Cadillac 2, con el español Alex Palou, que ya es uno de los referentes en el campeonato de la IndyCar, entre sus integrantes.

Entrada la noche llegó el momento clave. A las 3:40 de la madrugada, arreció la lluvia sobre el trazado francés y los comisarios sacaron el coche de seguridad. que no se fue hasta casi cinco horas después. Sin posibilidad de adelantarse, prácticamente toda la noche fue un soporífero pasar de vueltas en los que ni siquiera la animada narración televisiva pudo despertar a los suyos. Pero hubo que esperar a que nadie tuviera problemas. Una salida de pista inoportuna podía dar al traste con todo.

Con menos de un 3% de batería

Ya amanecidos, justo después del larguísimo período del coche de seguridad, la carrera empezó a vislumbrarse como una pelea a tres. El Cadillac 2 se fue atrás, perjudicado por las circunstancias de la prueba y algún fallo propio, mientras que el Toyota liderado por el argentino López se presentaba como el gran favorito. Sin embargo, en Ferrari supieron leer mucho mejor la recta final de la carrera. Y, pese a asumir riesgos que casi le cuestan muy caro (como estirar demasiado la capacidad de su motor eléctrico, ya que llegaron con menos de un 3% de batería a meta) o problemas inesperados, como una puerta que no les cerraba y tuvieron que hacer una parada larga extra, pudieron imponerse en una edición que, durante 20 de las 24 horas, no pudieron liderar.

También les ayudó la propia idiosincrasia de Toyota, con un López que cometió varios errores (un trompo en la recta final de la prueba les privó de mejores circunstancias para ganar) que dejaron expedita la victoria para Ferrari. No sin tensión y, pese a grandes relevos de Molina (le tocó ‘comerse’ la madrugada tras el coche de seguridad), hubo que esperar hasta la misma línea de meta para darles como ganadores.

Con Miguel Molina haciendo historia, los otros cuatro españoles que estaban compitiendo en esta edición tuvieron suerte dispar. Palou, con el Cadillac 2, acabó séptimo en su segunda participación en Le Mans, mientras que en LMP2, Lorenzo Fluxá en el Oreca 37 del equipo Cool Racing fue 12º de su categoría. En GT3, donde había dos ‘balas’ españolas, hubo muy mala suerte. Dani Juncadella con el Corvette 82 del TF Sport no pasó de la 11ª plaza de su clase, perjudicado por los doblados al principio de la prueba, pero al menos pudo llegar a meta, mientras que Álex Riberas, que iba al volante del Aston Martin 27 del equipo Heart of Racing, vio cómo uno de sus compañeros se estrellaba con violencia dejando su coche volcado. El español se veía obligado a despedirse de la carrera con casi seis horas por delante y muchas esperanzas perdidas.

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