Los peritos de las víctimas de la tragedia de Atalayas aprecian «deficiencias estructurales muy graves»

Un grupo de ingenieros se adentró, en la mañana de este miércoles, en los restos calcinados de las discotecas Teatre y Fonda Milagros, el enclave de la zona de ocio de Atalayas, en Murcia, donde fallecieron trece personas en un incendio el pasado octubre. Estos profesionales cumplían el objetivo de realizar informes periciales para Pedro López Graña y José Manuel Muñoz Ortín, dos de los abogados que ejercen la acusación particular en nombre de familiares de las víctimas. Los peritos, según explicaron los letrados de la acusación, advirtieron «deficiencias estructurales muy graves». Una conclusión a la que la empresa Teatre no ofrece demasiada validez, explicó su abogado, José María Caballero, en aras al tiempo que ha transcurrido y a la falta de custodia de la zona.

Los peritos entraron poco después de las diez de la mañana escoltados por la Policía Nacional y por especialistas de Bomberos, dado el delicado estado en que se encuentra el edificio, declarado en estado de ruina. Transcurrida cerca de hora y media los profesionales abandonaron la zona, que queda ya pendiente de una demolición para la que la Audiencia ha dado un plazo máximo de dos meses.

López Graña, una vez finalizada la pericial, reveló la «desolación» que había asaltado a su equipo al entrar en la zona de la tragedia. Los profesionales, explicó, centraron su atención en valorar la disposición de los locales y las salidas de emergencia con que contaba Fonda Milagros. «Hay una zona especialmente delicada, que es la salida posterior», remarcó, «Todo indica que estaban cerradas las puertas y no había posibilidad de evacuación real».

Muñoz Ortín, otro de los letrados de la acusación particular, sostuvo, en base al análisis de su perito, que «el edificio tenía deficiencias estructurales muy graves». Mostró su sorpresa de que las discotecas hubieran podido ser levantadas en esas condiciones. «La estructura estaba mal construida y eso, en un principio, hubo alguien que lo autorizó», subrayó.

José María Caballero, abogado de la empresa Teatre, recalcó que estas pruebas «cuentan con un valor probatorio nulo». Asentó su argumentación en el tiempo transcurrido desde el incendio –en el que ha habido fuertes tormentas– y en la falta de preservación de la zona. «Aquí ha estado entrando y saliendo gente», recalcó. «Hay gente que ha visto incluso chatarreros entrar al edificio».

A preguntas de este diario, el abogado Raúl Pardo-Geijo Ruiz, que se encarga de la defensa del organizador de la fiesta ‘We Are Remember’ que se celebraba en Teatre la noche de la tragedia, dijo no tener interés en el estado del edificio. A su entender la acusación contra su cliente «ya tendría que haber sido archivada hace tiempo por numerosos motivos».

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