De colegio de los 60 a nuevo espacio turístico de Mazarrón

Las antiguas escuelas de Bolnuevo (Mazarrón) tendrán una segunda oportunidad como lugar de aprendizaje y conocimiento. El edificio docente, levantado en 1960 y ya en desuso, se convertirá en un centro municipal pensado para enseñar a vecinos y visitantes el patrimonio natural de la zona. Con una inversión de casi 328.000 euros, las obras impulsadas por el Ayuntamiento avanzan a buen ritmo y podrían estar acabadas a final del año.

El proyecto que firma la arquitecta Pepa Díaz aspira a devolver a esta localidad costera (en otro tiempo un poblado de pescadores y hoy día un lugar de veraneo) un inmueble público de referencia, para su disfrute ciudadano. Y lo hará con una intervención que combina «reciclaje arquitectónico y ecología», en palabras de Díaz. Para el alcalde, Ginés Campillo, el nuevo espacio «respetará el alma y la historia del lugar, manteniendo el encanto de ‘pueblo’ que siempre ha caracterizado a esta pedanía».

El inmueble conservará su fisonomía, si bien las estancias interiores se transformarán en unas dependencias versátiles y modernas. En la planta baja, que antes ocupaban las aulas y que ahora acogerá el centro de interpretación del medio natural, las dos salas pasarán a estar comunicadas para así disponer del espacio de un modo más flexible, pudiendo ser dos salas cuando se necesite o una sola. También tendrán accesos independientes de forma que puedan ser utilizadas fuera de horarios sin condicionar al resto de la edificación.

Mientras, la planta alta, que era la casa del maestro, se destina a uso administrativo. Así, lo que originalmente eran los dormitorios se mantienen pero convertidos en tres despachos (uno de ellos para el concejal de Medio Ambiente); y además habrá una sala de juntas. Para cumplir con la normativa de accesibilidad, se ha previsto montar un ascensor. Los trabajos también abarcan los antiguos patios de recreo. El objetivo es convertirlos en un punto de encuentro y reunión para el vecindario del que ahora carece la población. Se habilitará una zona con juegos infantiles y otra área con gradas para actividades, como exposiciones.

La vegetación tendrá su protagonismo, respetando el arbolado existente y con la plantación de especies autóctonas. El proyecto muestra su compromiso con los objetivos de desarrollo sostenible: apuesta por las energías limpias y por un menor consumo de recursos naturales. El futuro centro de interpretación se abastecerá de electricidad gracias a paneles fotovoltaicos que se montarán en la cubierta. También dispondrá de sistemas de recirculación de agua con destino al riego de las zonas verdes. En cuanto a los materiales, la arquitecta apuesta por el barro y el cañizo.

Por otra parte, el Ayuntamiento ya está trabajando en el diseño de los contenidos que tendrá el centro de interpretación. El concejal de Medio Ambiente, Gaspar Miras, espera contar en septiembre con un diseño del material que se expondrá. En principio, el patrimonio geológico tendrá su lugar, con conjuntos como el de las gredas de Bolnuevo, declarado monumento natural, o los diferentes yacimientos mineros. Miras explica que el centro aspira a convertirse en un nuevo reclamo turístico. De hecho, será el punto de partida de algunas de las excursiones que organiza el Consistorio para mostrar la riqueza paisajística del municipio, como las vecinas calas vírgenes.

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