Decenas de muertos en un ataque israelí que tenía como objetivo al jefe de operaciones de Hamás

Nuevos bombardeos aéreos han azotado el barrio gazatí de Tuffah y el campamento de Shati, donde el ejército de Israel buscaba destruir entre una y tres células de Hamás. Todavía no se ha facilitado una cifra de víctimas, pero la propaganda palestina asegura este sábado que al menos hay 42 fallecidos y decenas de heridos.

La confusión este mediodía era absoluta. Varios edificios situados en el radar de los cazas han quedado destruidos y el personal de emergencias busca posibles víctimas debajo de los escombros. Los rescatistas han recuperado quince cadáveres, entre ellos los de varias mujeres y niños, según la Defensa Civil. Las ambulancias entran y salen de la zona devastada, lo que apunta a que todavía se siguen localizando víctimas.

Medios palestinos han confirmado una sucesión de «incursiones y bombardeos violentos» en los dos lugares mencionados, así como de combates cuerpo a cuerpo en el sur de Gaza. En el centro de Rafah, los proyectiles aéreos hicieron «estallar edificios residenciales» habitados por civiles. Fuentes militares han señalado, por su parte, que los ataques se dirigieron contra un grupo de inmuebles pertenecientes a familias de jefes del brazo armado de Hamás y que sospechaban de la existencia de armas y «terroristas» en su interior.

Asalto anterior

Las Fuerzas de Defensa están a la espera de difundir un mensaje más completo, pero han adelantado que el principal objetivo de los bombardeos era el alto comandante de la milicia Raad Saad, quien habría muerto bajo las explosiones.

Saad está considerado como el jefe de operaciones de Hamás. El tristemente conocido asalto del ejército al hospital Al-Shifa en Gaza City el pasado marzo –con decenas de víctimas mortales y que dejó aún más devastado el centro médico– fue organizado precisamente para capturarle después de que los informes de Inteligencia lo situaran allí como paciente. Incluso aparece entre las 350 fotografías que los militares distribuyeron a los medios de los milicianos detenidos.

El comandante que, según las Fuerzas de Defensa, ha muerto en los bombardeos de este sábado formaba parte del estrecho círculo de jefes del brazo militar de Hamás. Figuraba entre los más buscados junto a Yahya Sinwar y Mohammed Deif, Con Sinwar participó hace ocho años en las sesiones de tortura contra Mohamoud Ishtiwi, comandante que la milicia ejecutó por su condición de homosexual y posible delator de Israel.

Inclemente contra sus militantes gais, para la milicia se trata de una «conducta indecente» y además cree que puede favorecer que Israel presione sobre ellos con el fin de ejercer como espías. Ashtiwi fue declarado espía y corrupto, encerrado en un calabozo, colgado de las manos y azotado con 400 latigazos antes de recibir tres disparos en el pecho por parte de sus verdugos.

La ejecución provocó una dura división entre el ala política y militar de Hamás, ya que un sector importante de las fuerzas de combate Brigadas Izzedine al-Qassam consideraron que fue eliminado debido a luchas de poder internas. Ashtiwi dirigió un batallón de mil hombres en la guerra contra Israel de 2014 y pertenecía a una familia influyente de Gaza, que incluso había dado refugio al perseguido Mohammed Deif.

Raad Saad, que tomó parte en aquellas torturas, siempre se ha mantenido firme junto a Yahya Sinwar, el líder militar «más duro» que ha tenido la milicia y guardián de que su ejército «sea puro». Algunas fuentes apuntan este sábado que el comandante abatido ha permanecido durante estos ocho meses de guerra en Gaza escondido en sus túneles, muy cerca de su jefe y que ha organizado algunos de los combates de la milicia contra las tropas israelíes.

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