Así es cómo el Gobierno controlará la edad para acceder a contenidos pornográficos

Siete de cada diez adolescentes en España consumen pornografía de forma habitual y la edad de acceso es entre los 9 y 11 años. «Estamos ante un problema grave y muy preocupante», señaló este lunes el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública de España, José Luis Escrivá. Por ello, el Gobierno ha presentado las primeras especificaciones técnicas para que las plataformas puedan verificar de forma totalmente anónima la edad de sus usuarios. «Es un tema complejo, delicado y pedimos a todos que participen», destacó el ministro en una comparecencia ante los medios.

Por el momento, el sistema de verificación nacional solo será de obligado cumplimiento para «las plataformas de contenido de vídeo para adultos en España», aseguró el ministerio liderado por José Luis Escrivá. «Ellas ya tienen desde este lunes disponibles las especificaciones técnicas para adaptarse». ¿El resto? «Les pedimos que también las adopten», piden desde el Gobierno.

Con esta solución, disponible a finales del verano, el Ejecutivo espera restringir el acceso a contenido pornográfico a los menos. «Muchos de los sistemas actuales no sirven y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ya ha incoado expedientes por ello», afirmaron fuentes del ministerio. El nuevo sistema propuesto por el departamento de Escrivá tiene un funcionamiento similar a los certificados digitales disponibles para hacer determinados trámites administrativos con las diferentes administraciones del Estado.

Solo en móvil

A diferencia del resto de certificados, estos estarán «solo en móvil», explicó el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública. «Esto es porque los menores acceden a estos contenidos principalmente desde el móvil», explicó Escrivá. Para consumir estos contenidos, los ciudadanos tendrán que pedir el certificado, en un primer momento, a la Secretaría General de Administración Digital. «Se comprobará que el ciudadano es mayor de edad y se emitirán 30 certificados», detallaron los portavoces del ministerio. «Son totalmente anonimizados y se concede ese número para evitar la trazabilidad por parte de las plataformas», señalaron. Además, cada credencial emitida se podrá usar solo 3 veces en la misma plataforma. «El objetivo es preservar la seguridad del usuario».

Las acreditaciones de mayoría de edad, aclaran las especificaciones técnicas de esta herramienta, estarán almacenadas en la zona segura del dispositivo móvil y se ‘presentará’ a las plataformas para la verificación a través del escaneo de un código QR previo acceso a la app ‘Cartera Digital’ que necesitará, asimismo, de comprobación de la identidad mediante sistemas biométricos (huella digital o reconocimiento facial), contraseña o patrón.

Los retos

A pesar de las medidas planteadas y establecidas por el grupo de trabajo interministerial, en este proyecto han trabajado personas de hasta cinco departamentos distintos, el Gobierno es consciente de las limitaciones de control en este tipo de contenidos. «Es una herramienta pionera», advirtieron.

Aunque en el ámbito europeo también existe un gran consenso sobre la necesidad de proteger a los menores en el ámbito digital, las soluciones actuales son nacionales hasta que en 2027 sea obligatoria a nivel comunitario. «Esperemos que el impulso europeo como ocurrió con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) lleve estas herramientas a nivel global», destacó Cabanillas.

En esta primera versión de la Cartera Digital Beta, las acreditaciones de mayoría de edad están disponibles para ciudadanos españoles y para los residentes en España, «aunque conocemos las circunvalaciones existentes para sortear este control», señalan fuentes del ministerio. «De momento es una solución nacional y esperamos que se sumen más países», añaden.

El otro gran vacío se encuentra en quién está obligado a adoptarlo.«Lo será para aquellas plataformas que estén residenciadas en España», avanzaba la semana pasada el ministro José Luis Escrivá en una entrevista a este periódico. Quedan fuera, por el momento, las aplicaciones de mensajería instantánea y las redes sociales, dos vías donde los menores, según varios estudios, comparten imágenes y archivos de contenido pornográfico. «Las empresas, por ejemplo, con sus algoritmos pueden detectar este tipo de información y hacer una petición a nuestra herramienta. Lo tienen a disposición, pero es algo voluntario que ellos han de hacer», aseguró Cabanillas.

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