Alberto Torres Blandina condensa en ‘Tierra’ la historia del mundo de los últimos 60 años a través de los testimonios de personas anónimas

Alberto Torres Blandina condensa en ‘Tierra’ la historia del mundo de los últimos 60 años a través de los testimonios de personas anónimas

Miércoles, 3 de julio 2024, 17:55

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A ‘Tierra’ (Candaya, 2024) no dejan de encasquetarle el sambenito de «ambiciosa», pero es que es lo primero que, sin redundar en el tópico, uno piensa sobre la novela de Alberto Torres Blandina (Valencia, 1976), profesor de literatura y de creación literaria. Son 666 páginas que componen «un viaje espectacular» por muchos pueblos del mundo: la excusa perfecta para traernos a Torres Blandina de vuelta a Murcia [este jueves 4 de julio, a las 19 horas, presentará la obra en Libros Traperos, en Murcia], «más sabio, y con una visión de conjunto más amplia y desprejuiciadora».

¿Qué es ‘Tierra’, además de una obra monumental y deslumbrante? «Tengo la sensación de que este libro no se puede acabar nunca de escribir, de que me he dejado demasiados países e historias por contar, pero tras casi 700 páginas supongo que ya es suficiente. He intentado equilibrar lo histórico con lo puramente personal, las grandes historias con las pequeñas y he mezclado diferentes tonos que van de lo dramático a lo desenfadado. Porque creo que eso es la vida. Hasta el punto de que siento que no es mi libro, que es el suyo, que yo sólo soy un médium, un intermediario entre sus historias y los lectores».

Parte de ‘Tierra’ fue escrita en Corea del Sur, con el programa de residencias en la Toji Cultural Foundation, donde permaneció por tres meses a finales de 2019. «Hay que saber a lo que uno va, y tienes que tener una gran fortaleza mental», reconoce, en conversación con LA VERDAD desde Valencia. «La gente allí no habla casi inglés, y yo lo pasé más mal que bien en ese sentido. Pero escribí muchísimo, dediqué como doce horas cada día a este proyecto». El «proyecto» al que se refiere es su propósito de contar las intimidades de la Historia a través de los recuerdos cotidianos de personas de más de 100 países.

Los grandes acontecimientos y los cambios recientes de la humanidad están en estas páginas, «en una visión de dron que engloba todos los continentes». Esto fue lo que más convenció a los editores, Olga Martínez y el fallecido Paco Robles. «Dedicaba hasta doce horas cada día a este proyecto entre coger audios, ponerme en contacto con gente, hablar con gente, empezar a transcribir, decidir qué historias tomaba, y cómo las contaba… Ha sido un proceso bastante entretenido y lo cierto es que si me hubiera decantado al final por una historia más convencional el resultado habría sido mucho peor», afirma.


Cubierta del libro ‘Tierra’.


CANDAYA

Imagen - Cubierta del libro 'Tierra'.

–A este libro le ha dado muchas vueltas. Incluso ha cambiado el método de trabajo sobre la marcha. ¿Qué idea original tenía, y si se parece esa idea al resultado, a lo que llega a los lectores?

–Cuando empecé yo sí tenía claro que quería hablar de historias reales. Es la tónica que había empezado con ‘Jávea’ y con otro poemario que escribí antes. De hecho, creo que funciono de tres en tres libros. Quería contar pequeñas historias reales, y de gente de todo el mundo. Porque me interesa la transculturalidad, cómo el mundo no cambia, pero la mirada sobre el mundo sí. De modo que vemos cosas diferentes aunque miremos lo mismo. Y partí de dos hipótesis: que en el fondo todos somos iguales, que da igual de qué país, de qué cultura o de qué religión seas, porque a todos nos importa ya más o menos lo mismo, es decir, la familia, el dinero, el éxito profesional o el qué dirán; y también partía de que aunque siempre es igual, siempre es diferente, porque cambia el matiz, y eso es lo bonito del mundo. Yo quería recopilar historias, y no tenía claro el nexo de unión.

–¿De qué se ha dado cuenta?

–De que una vez que tienes el libro ya hecho, parece que todo ha sido sencillísimo. Y, de hecho, yo siempre intento llegar a lo más sencillo, pero llegar a lo más sencillo es a veces muy complicado. Yo tardé en encontrar que estaba, en realidad, hablando de Historia. Muchas mañanas, durante el confinamiento, me despertaba con audios que eran una pasada, porque me escribía gente con el horario cambiado. Unas eran de Puerto Rico, otras de Kuwait, de Nicaragua… pensaba que tenía que hacer algo con todas estas historias con sus acentos. Había testimonios importantes de hechos históricos, y hasta que no me llegaron dos testimonios que me contaban la misma guerra [la invasión de Irak y la guerra del Golfo] desde dos lugares distintos [Kuwait e Israel] no fui muy consciente de ello. No solo se ve la historia a través de esos testimonios sino también la evolución de sus protagonistas.

«Si sabes cómo contar una historia individual puedes convertirla en una gran historia. Mucha gente me ha llorado contándome sus historias, y muchos también mientras las leían»

Alberto Torres Blandina

Autor de ‘Tierra’

–Reunir todos esos testimonios, que son originales, en tanto en cuanto hasta ahora nadie los había escuchado, salvo en la intimidad, y convertirlos en narraciones literarias da valor al libro.

–Sí, si sabes cómo contar una historia individual puedes convertirla en una gran historia. Prácticamente me sirvieron para el libro los testimonios de todo el mundo con el que contacté. Había gente que me hablaba de sus abuelos, de sus padres… había gente que decía que tenía una vida normal y luego resulta que sí tenían cosas que decir. Mucha gente me ha llorado contándome sus historias, y muchos también mientras las leían. Yo tenía, en realidad, mucho miedo con esto.

–Para hacernos una idea, nos dice: «Todo comienza en agosto de 1961 con Gertrud huyendo a Berlín Oeste tras recibir un chivatazo sobre la construcción del muro al tiempo que en Masatepe (Nicaragua) dos familias ricas enfrentadas –los Sánchez y los Ramírez– discuten por culpa de dos jóvenes enamorados. En la India, Kim se queja de los cambios que todo lo dejan igual mientras Ahmed, guardaespaldas de Charles de Gaulle en Argelia, libera a su hijo que ha sido arrestado por la policía al confundirlo con un rebelde. Nace Donvé en medio de las manifestaciones antiapartheid en Sudáfrica; Augusto, de ideología anticomunista, descubre justo antes de atacar a los americanos en Bahía Cochinos que la revolución, como acaba de decir en su discurso el comandante Fidel Castro, es socialista. En Fram, una colonia japonesa de Paraguay, un joven de la segunda generación no sabe cómo decirle a sus padres que quiere ser bailarín de tangos». El libro los sigue una y otra vez a estas mismas familias a lo largo de seis décadas.

–De alguna forma muchos de ellos podían pensar que les había robado la historia para hacer algo que no tenía mucho sentido, y la verdad es que la respuesta de la gente ha sido tan bonita… Hay familiares que no entienden cómo me he podido meter en el alma de ciertos personajes. ¿Cómo encuentro el valor literario en los testimonios? Yo sabía que tenía unas líneas claras que buscaba: cuando decido que quería que fuera una novela, buscaba momentos históricos, que me contaran momentos que todos hemos conocido. Por ejemplo, me gusta cómo se cuentan el Mayo del 68 o el 11 de Septiembre a partir de historias muy pequeñitas. Pero también quería incluir historias que no tuvieran nada que ver con la Historia sino con la humanidad: un padre jordano preocupado por un hijo que no quiere estudiar, por ejemplo. Cosas que sea en el país que sea nos preocupa lo mismo. Y me interesaban las historias que fueran como una mirada muy local, como la del ramo de flores y mariposas de Japón, una mirada que no tendría nadie en España u otro país. Y tenía que haber un equilibrio, una dinámica, momentos más de estribillo, de acción, con piezas más poéticas o más esqueléticas.

–A todos estos colaboradores les llama en el libro «informantes».

–Me ha preguntado gente si no considero que es una crónica, en vez de novela. Y creo que cualquier cosa vale. No metí la primera persona, porque tenía pudor en que no se vieran reconocidos o malinterpretar algo de otra cultura. Yo consideré que estas historias las tenía que escribir a mi manera, respetando su voz, pero con una elaboración propia, ahí está el toque de novela. Para mí todos estos testimonios eran demasiado importantes desde el punto de vista histórico. Como digo en un momento dado, el libro que estaba buscando, aunque fuese muy ambicioso y me costase mucho más trabajo de documentación, era la historia del mundo en los últimos años, aunque contada por gente anónima. [«La Historia ha sido durante siglos patrimonio de la clase alta: de reyes, emperadores, o nobles guerreros. Sus conquistas, nacimientos y muertes son las fechas que marcan nuestra cronología mientras el pueblo solo sabía de los ciclos de la cosecha y de la vida», escribe].

«La Historia ha sido durante siglos patrimonio de la clase alta: de reyes, emperadores, o nobles guerreros. Sus conquistas, nacimientos y muertes son las fechas que marcan nuestra cronología mientras el pueblo solo sabía de los ciclos de la cosecha y de la vida»

Alberto Torres Blandina

Autor de ‘Tierra’

–¿Qué nos diferencia a los españoles del resto del mundo?

–Nos podemos comparar con absolutamente todos los países. Yo cuando estaba en Corea, leí unos estudios que decían que Corea era España, que China era Francia y que Japón era Inglaterra. Eran estudios interesantes, porque decían que en una isla te tienes que proteger de tus amigos, no de tus enemigos, por eso son tan ‘polites’ en Inglaterra y en Japón. Decían que Francia era como el chovinismo, tierra adentro. Y ser península y ser tierra como en España suponía eliminar protocolos y resultar hasta antipáticos por lo directos que somos. Sí que he visto muchas similitudes entre España y el mundo mediterráneo, yo me siento más cercano a la cultura de Siria, por ejemplo, que a la cultura finlandesa. Gente abierta, familiar, de la charla… que he visto en muchos países árabes también, donde le dan importancia a la familia y a los amigos.

Alberto Torres Blandina ha publicado las novelas ‘Cosas que nunca ocurrirían en Tokio’ (Premio Internacional Las Dos Orillas 2007, Premio de la Médiathèque Bussy Saint-Georges a la mejor novela extranjera publicada en Francia en 2010, finalista al Premio de la juventud Jean Monnet 2011), ‘Niños rociando gato con gasolina’ (finalista del Premio Café-Gijón 2008), ‘Mapa desplegable del laberinto’ (2010), la trilogía del frío compuesta por ‘Con el frío’ (2015), ‘Contra los lobos (2016) y ‘Después de nunca’ (2019). También el poemario ‘Los cementerios vacíos’ (Moderna 2019). ‘Jávea’ (Candaya 2020) es su última novela. Como autor de literatura infantil publicó ‘El aprendiz de héroe’ (2009), ‘El domador de versos’ (2024) y ‘Todo lo que harías por amor’ (2024).

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