Los lazos que hermanan el Nilo y el Segura en Orihuela

Los lazos que hermanan el Nilo y el Segura en Orihuela

Domingo, 21 de julio 2024, 08:46

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Al Ándalus. Crisol de culturas y tribus milenarias, entre ellas los negros egipcios. Guardianes de los reyes de Quds, una región que se extendía a lo largo del Valle del Nilo, cuya prosperidad y abundancia en metales como el oro ayudarán a forjar la leyenda de la antigua y milenaria civilización egipcia. A pesar de sufrir durante siglos el dominio de los faraones, llegaron al poder durante la vigésimo quinta dinastía, cuando nace la leyenda de sus guerreros, que lucharon con las tropas musulmanas durante la expansión del Islam por la Península Ibérica. Así se inicia el relato del espectacular boato que protagonizó la comparsa de los Negros Egipcios. Un espectáculo que llevó los cinco sentidos de los oriolanos hasta la más recóndita cabernas del Valle de los Reyes.

Estos guerreros, que, durante su presencia en el valle del Segura, ejercieron como mercenarios a sueldo para ambos bandos de la Reconquista, sacaron pecho de su fuerte potencial intimidatorio enaltecido por esos coloridos ropajes y maquillaje que les confieren un aspecto animal. Las huestes llevaban diez años a la espera de designar a ese líder que les guiara con el poder de los dioses egipcios y con la feroz determinación de las fieras que pueblan las sábanas. Ese líder ya tenía nombre: José Francisco Rocamora, embajador moro de este año.

Antes de que Rocamora ingresara en la carrera, se pudo observar todo el despliegue de mística guerrera. La bandera, de nueva creación, y el escudo de la comparsa con ese característico elefante que el fundador de la comparsa encontró simpático en una caja cerillas, abrió paso al cortejo. De entrada, el espectáculo estaba servido. La compañía Pyros anunciaba con percusión y escupe de fuego la llegada de los temidos guerreros del Nilo asentados a orillas del río Blanco, como ellos conocen al Segura.

Tras ellos, lucía su banda orgullosa Paula Rocamora acompañada de la abanderada infantil Miranda Ruiz. Le seguían muy de cerca las diferentes filas que conforman esta muy bien nutrida compañía del bando de la media luna. La primera de ellas, Kalkoen, es una de las más jóvenes que ascendía por primera vez al desfile principal tras varios años participando en el infantil. Los que siguen siendo muy peques, aun así, no perdieron la oportunidad de poder disfrutar de la embajada subidos a una carroza como príncipes de Egipto.

Los hermanos de Santiago

Continuaban pasando las filas, masculinas y femeninas, pero también cada vez más mixtas. Se estrenaba la fila Tariq, creada este año, y salían también nuevas, con carácter excepcional, filas como Eayim, integrada por comparsistas cristianos de los Caballeros de Santiago, con quien los Negros Egipcios mantienen una relación de hermandad.

Hunos es el nombre de la fila que encabeza el actual presidente de la comparsa, Francisco Javier Ramón junto a su Junta Directiva. Varios grupos de guerreros después, el ballet alcoyano Gawazi, que ya intervino el viernes en la embajada cristiana de los Caballeros de Tadmir, salía de nuevo a escena para deleitar con sus ritmos pausados de oriente y temática acuática.

A continuación, el incienso hacía presagiar la pronta llegada de la carroza del embajador. El olor, siempre atrayente y vinculado a la mística oriental, venía de un lugar bastante más cercano: Sevilla. Con la ocasión de la embajada, los Negros Egipcios hablaron con Inciensos de Sevilla, histórica empresa familiar famosa en España por acompañar, por ejemplo, a la Esperanza de Triana de Sevilla. En este caso, improvisaron una fórmula exclusiva, con aroma de cítricos y especias como la vainilla.

Los Negros Egipcios, además, han aportado gran cantidad de cargos de relevancia en los 50 años de historia de las fiestas. En la fila Kalahari, está la que ha pasado a la historia como la Armengola más longeva (2020-2022), la periodista Elisa Gil. En la fila Negras, también está su predecesora de 2013, Asun Ruiz. Ahora, las que tuvieron la suerte de escoltar al embajador entre las danzas africanas del Ballet Ópera de Onteniente fueron Oshun y Negros Mahoríes, la fila, por otra parte, que dio origen a la comparsa al formar parte en sus inicios de una de las cuatro agrupaciones festeras fundacionales, Cruzados del Pilar. Segundas y terceras generaciones conforman este grupo donde está encuadrado, entre otros, José Francisco Rocamora Cano, padre del Embajador Moro 2024, que, ahora sí, remataba el final del boato, el quinto que protagonizan los Negros Egipcios. A bordo de la carroza, a Rocamora le acompañaron su mujer, María Salinas y sus hijas Elena y Ana.

Seis bandas y más de 200 músicos

Los Negros Egipcios no estuvieron faltos de acompañamiento musical. Hasta seis bandas de diferentes orígenes (una por cada uno de los seis bloques en los que se dividió la embajada) y más de 200 músicos hicieron vibrar al público anoche. Entre los locales estuvieron la Agrupación Musical Oriol y la Asociación DaCapo. También llegaron experimentados intérpretes como los alcoyanos de Música Primitiva Apolo, Unió Musical Contestana (Concentaina), Agrupació Musical Ontinyent (Onteniente) y la Agrupación Músico-Cultural Adlibitum (Albatera).

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