Los siete guardianes de la Fuensanta

Los siete guardianes de la Fuensanta

Domingo, 8 de septiembre 2024, 08:16

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De los cientos de miles de devotos que atesora la Virgen de la Fuensanta, hay siete personas que veneran a la Patrona de Murcia de forma muy especial. Devotos que contribuyen al cuidado y el culto a la imagen en diferentes vertientes y para quienes la Morenica ocupa un lugar protagonista en sus vidas. Es el caso de María Artiñano, la camarera de la Virgen desde hace ocho años. Un cargo que antes ocuparon su madre, Pilar de la Cierva, y su bisabuela, María Codorniú, progenitora de Juan de la Cierva, el ilustre ingeniero murciano que inventó el autogiro.

«Mi abuela murió cuando mi madre era muy pequeña y la crió su abuela, que fue también la mía». De ellas le viene el «sentimiento muy profundo» que tiene con la imagen. «La Fuensanta es mi vida; he nacido con ella», explica sobre el origen de una misión que recayó en su familia hace más de un siglo. «Tengo la gran responsabilidad y el honor de arreglar a la Virgen; le pongo lo que me parece oportuno en cada momento, lo que más le favorece y creo que le va a gustar a la gente, desde el traje hasta la corona y las joyas, pasando por la decoración floral, que siempre va en sintonía con los colores que luce», explica.

La camarera de la Fuensanta también vela por la conservación de los más de treinta mantos bordados que tiene la imagen. Auténticas obras de arte textil que se guardan con sumo cuidado y de cuya limpieza y mantenimiento se encarga personalmente, ya que resulta impensable correr el riesgo de llevarlos a la tintorería y que se puedan estropear.

Aunque María no tiene sucesora en su familia y cree que la saga que empezó su bisabuela se acabará con ella, asegura que no le preocupa el relevo porque «hay mucha gente estupenda y la Virgen va a estar siempre perfectamente cuidada». Sin embargo, Artiñano asegura que seguirá como camarera «mientras pueda, si Dios quiere y la Virgen me lo permite».

El cabello de la Morenica es otro elemento característico de la imagen, que tiene como peluquero y posticero a José Fernando Espinosa desde hace casi dos décadas. Para el estilista, también es un honor «con mayúsculas» servir a la Patrona de la capital, ya que confiesa que tiene «una fe inmensa a la Morenica desde bien pequeño». Sobre el proceso de elaboración de las pelucas, detalla que es una labor que requiere mucho tiempo y que siempre realiza «en silencio y oración». A lo que Espinosa añade que «son creaciones de mucha envergadura por la cantidad de pelo que se necesita para hacerle los tirabuzones». Pelucas en las que incorpora con esmero los mechones que donan muchas mujeres, tanto en el Santuario y la Catedral, como haciéndolos llegar directamente al posticero.

Corte de damas y caballeros

Pilar Cáceres, presidenta de la Corte de Damas de Honor de la Fuensanta, lidera desde hace doce años a cerca de mil mujeres «encargadas de acompañar a la Virgen durante sus estancias en la Catedral». Otra guardiana de la Fuensanta a la que le resulta muy difícil expresar el sentimiento de tener «el privilegio» de estar tan cerca de la Morenica. «No tengo palabras; forma parte de mi vida».

Su homólogo al frente de los Caballeros de Nuestra Señora de la Fuensanta es Manolo Garre, que tampoco puede disimular su pasión por la Virgen. «Nuestra misión es difundir el amor y la devoción a la Patrona y participar en todos los actos que se celebran en torno a su imagen». Todo ello bajo la máxima supervisión y custodia del canónigo de la Catedral José Antonio Ibáñez, ya que la imagen pertenece al Cabildo, aunque popular y religiosamente se considere «de todos los murcianos».

Réplica en Madrid

Prueba de que la devoción por la Morenica traspasa fronteras es que hay una réplica en la Colegiata de San Isidro de la capital de España desde hace treinta años. Allí, la ’embajadora’ murciana encargada de dar culto y mantener en perfectas condiciones a la Patrona es Gloria Alemán, presidenta de la Hermandad de la Virgen de la Fuensanta en Madrid. «Está en la que antiguamente era la capilla de la Almudena, que se quedó vacía cuando la trasladaron a su templo actual, que hoy es la Catedral», rememora.

El séptimo escudero de la Virgen es Joaquín Vidal Coy, cabo de andas de la Fuensanta desde 2014, cuando cogió las riendas del trono en el que la Morenica es trasladada en romería tras fallecer su padre, Joaquín Vidal Monerri. De su antecesor le viene el amor por una imagen que «es de todos», como le inculcó su padre siendo un crío. Y aprovecha para recordar que «quienes lo deseen tienen derecho a portarla desde la esquina de la iglesia del Carmen hasta las siete cuestas que marcan la subida al Santuario (y viceversa) porque es la madre de todos los murcianos».

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