Vinicius es el rock and roll

Entiende a la perfección Carlo Ancelotti la filosofía del Real Madrid en el Bernabéu, donde uno llega como a la vida, a pasarlo bien, a ser feliz y marcar goles que valen una remontada. Y lo de jugar bonito, pues bueno. Como citó Clint Eastwood en una de sus películas, las opiniones son como los culos, todos tenemos uno. El técnico de Reggiolo sabe que la afición blanca está acostumbrada al rock and roll, aunque en el coliseo de Chamartín hayan decidido suspender temporalmente los conciertos, por lo que ante el Espanyol no quiso perder tiempo en llegar a la portería defendida por Joan García, un porterazo que tuvo mucho trabajo desde el pitido inicial. Cinco paradas protagonizó el meta del Espanyol en los primeros 35 minutos. Le costó tanto abrir la lata a los locales que tuvieron que hacerlo después de un error de Courtois, héroe habitual del equipo, al inicio de la segunda parte con el que adelantó sin querer a los de Manolo González, que encontraron premio sin merecerlo. Un tanto que puso en jaque a Ancelotti, que dio entrada a Vinicius, suplente por aquello de las rotaciones, por el activo Arda Güler, titular por segunda vez consecutiva.

Y duró un suspiro la alegría perica, que vio como un doble error, primero del defensa Romero, y luego de su guardameta, protagonista durante todo el acto, facilitaba el gol de Dani Carvajal antes de que el volcánico extremo brasileño asistiera con el exterior a su compatriota Rodrygo, que solo tuvo que empujarla. Defendió en la previa su idea de juego vertical y fiel a su creencia, la libreta de un entrenador debe adaptarse siempre a los futbolistas con los que cuenta, y no al revés. Y así pués, nada nuevo bajo la noche del paseo de la Castellana ante un rival metido en su área, que corrió de lo lindo y que fue testigo del clásico trámite que vive el Madrid cuando acoge al cuadro catalán, que acumula ya 28 años sin conocer la victoria en feudo madridista. Con samba o ‘rock and roll’, la historia es la de siempre.

El propio Vinicius se apuntaría el tercer gol tras filtrar Mbappé un pase para la carrera del fluminense, que en su mano a mano ante el cancerbero definió de forma exquisita. Remontada y goleada para los blancos ante el conjunto blanquiazul -púrpura en el Bernabéu-, que regresó esta temporada a una liga de las Estrellas en la que sabe que no podrá vivir sin sufrir. Javi Puado fue lo único destacado.

Mbappé sigue anotando

La entrada de Vinicius, un rato de intensidad y unos acordes del género musical que gusta a Ancelotti valieron para que los locales continuaran con el frenesí de victorias dentro del primer Everest del curso, donde pasan exámen con un intenso y criticado calendario en el que aún le restan por disputar cuatro duelos en apenas doce días, con un derbi en el Metropolitano en el horizonte y la segunda jornada de Champions.

Al Madrid le está costando más de la cuenta encontrar el fútbol que mostró la temporada pasada, y que parecía obligado a mejorar con la llegada de Kylian Mbappe, el nuevo arma de destrucción masiva del técnico de Reggiolo. Pero qué más da. Estamos en septiembre, y el Madrid no suele entrar en calor hasta que empieza lo fuerte. Antes del otoño las sensaciones son reguleras, pero las victorias continúan en el casillero mientras el equipo se busca a sí mismo. El crack de Bondy actuó de 9 ante los de Manolo González y anotó el cuarto de los locales, que han marcado en cada uno de sus 42 últimos partidos en el Bernabéu, con una pena máxima por un agarrón a Endrick. El francés ya está en ese promedio de 0,8 goles por partido que le ha acompañado a lo largo de su carrera.

Cuatro victorias y dos empates para los blancos tras los primeros seis encuentros de la temporada que les dejan provisionalmente segundos a un punto del Barcelona que tiene un partido menos.

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