La pala echa abajo las discotecas de la tragedia de Atalayas

Ha pasado casi un año, pero aún se mantiene en la retina de todos. Este fin de semana se cumplen 365 días del incendio en la zona de Atalayas en Murcia que se cobró la vida de 13 personas. A punto de cumplirse el aniversario de una tragedia que sacudió a la ciudad, a la Región y a todo el país, las discotecas Teatre y Fonda Milagros comenzaron ayer a ser derribadas. Los trabajos de demolición se mantendrán un par de días hasta que la nave quede completamente derribada, según las previsiones de la empresa.

La maquinaria pesada ya está convirtiendo en una mezcla de ladrillo, hierro, restos de la construcción y polvo las dos salas de ocio donde se originó el fuego y donde se encontraron a las víctimas mortales.

El Ayuntamiento de Murcia declaró en su día en ruina los locales, por lo que se instaba a los propietarios a demolerlo. El expediente municipal fue trasladado al Juzgado de Instrucción número 3 de Murcia, que investiga el caso, que en noviembre del año pasado ordenó su derribo. Sin embargo, las labores se aplazaron a petición de los familiares de las víctimas con el fin de realizar informes periciales en el interior de las salas. El objetivo era tener más datos que permitieran esclarecer lo ocurrido aquella madrugada.

El grupo de ingenieros realizó la visita a los restos de los locales el pasado mes de junio por espacio de hora y media, tras lo cual la jueza dio un plazo de dos meses para proceder al derribo de la nave industrial en la que estaban ubicadas las discotecas.

La instrucción del siniestro sigue en marcha, y, entre otras cuestiones, los testigos que han pasado por el juzgado han defendido que hubo fallos en la división de los dos locales y en los sistemas y protocolos de emergencias y que el fuego se originó en Teatre por la máquina de fuego frío durante la fiesta ‘We are remember’.

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