Los pozos de la nieve presumen de Premio Europeo de Patrimonio al «esfuerzo coral»

En un día soleado como el de este jueves, entrar en los pozos de la nieve es acceder a un lugar climatizado por la energía del ingenio humano hace ya más de 500 años. Testigo de un cambio climático que a más de 1.300 metros de altitud se hace patente, el titánico esfuerzo de las generaciones precedentes -como destacó la consejera de Turismo y Cultura, Carmen Conesa- contribuyó a la revolución alimentaria e industrial cuando todavía no se había alumbrado la electricidad.

Hoy, el trabajo coordinado y conjunto de administraciones públicas, empresas y profesionales especializados ha permitido «recuperar su estado original para conservar y transmitir este legado patrimonial a las generaciones venideras», dijo el consejero de Medio Ambiente, Juan María Vázquez. Y la excelencia con la que se ha ejecutado ha tenido ya recompensa, el Premio Europeo de Patrimonio en la categoría de Conservación y Reutilización Adaptativa que otorgan la Comisión Europea y Europa Nostra anualmente. Y, aunque la ceremonia de entrega de las distinciones (26 de 18 países distintos) tendrá lugar el próximo lunes 7 de octubre en Bucarest (Rumanía), el pozo número 11 -13 m de altura de tambor, más casi 7 de cúpula- ya presume de premio tras el descubrimiento de la placa que recuerda al visitante «la importancia de cuidar y preservar nuestro patrimonio como legado», en palabras de Carmen Conesa.

«Cuantos más somos y más trabajamos juntos, alcanzamos metas mucho más lejanas de lo que nos podíamos plantear. Esto es una lección que podemos extraer de aquí». Con estas palabras resumió el representante de Europa Nostra, Víctor Antona, uno de los aspectos más valorados por la Comisión Europea para la concesión de este galardón. Un «esfuerzo coral» que también destacaron los consejeros en el acto en el Parque Regional de Sierra Espuña; y que estuvo presente con la participación de responsables y técnicos de todos los organismos participantes y de los municipios de Totana y Aledo.

Vázquez calificó el día como «muy importante para el patrimonio de todos los europeos y que significó mucho durante muchos siglos»; alabó la coordinación del equipo para «devolver a su estado original y entender qué significa y ha significado este patrimonio de todos los europeos». Además, aseguró que «esto anima y refuerza la idea de seguir avanzando en el Plan Director de los Pozos de la Nieve con la restauración del conjunto -BIC por su interés etnológico- en la medida que haya disponibilidad presupuestaria, porque esto es una tarea a largo plazo, no de 1 o 2 años». Vázquez también confió en que, en Budapest, la suerte vuelva a sonreírnos con el Grand Prix o el Premio del Público, y deseó que las fotos del pozo 11 en la portada y contraportada del catálogo de Europa Nostra sean una señal de ese nuevo logro.

Por su parte, Conesa valoró la importancia de «incorporar los pozos a la oferta del turismo interior de naturaleza; una muy buena noticia porque es algo único que nos diferencia».

El arquitecto Pablo Carbonell, artífice de la restauración, agradeció a municipios, Gobierno regional y profesionales especializados, como los de Patrimonio Inteligente, su labor y a Europa Nostra, el reconocimiento, resultado del éxito al afrontar lo que para Ecoproyecta fue «un gran reto y una gran ilusión, la de restaurar un patrimonio que exigía emplear materiales de una manera sostenible, ser respetuoso con la tradición constructiva y con el espacio natural protegido en el que está».

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