Una «joya jurídica» que mantiene la tradición huertana

La lorquina Andrea Ibánez no había oído hablar nunca de lindes ni de azarbetas. Junto a unos setenta compañeros de primer curso del Grado de Derecho de la Universidad de Murcia, asistió ayer ojiplática a dos juicios del Consejo de Hombres Buenos, el antiquísimo tribunal de justicia donde los regantes de la Vega Media del Segura resuelven sus disputas siguiendo las ordenanzas y costumbres de la huerta. Un órgano donde la tradición manda que fue declarado hace quince años Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco y que cada primer jueves de mes hace gala de su potestad, que solo puede recurrirse ante el Tribunal Constitucional.

«Tenemos una joya jurídica que es única en el mundo y debemos dar a conocer. Los estudiantes acaban de llegar a la Facultad y es el primer juicio al que asisten, con pleitos muy entretenidos donde el costumbrismo ha sido protagonista», destacó Ascensión Leciñena, profesora de Derecho Civil, que se mostró muy satisfecha por la respuesta de sus alumnos, a quienes les llamó mucho la atención la aplicación de la ley de la huerta en pleno siglo XXI.

«Me ha parecido supercurioso; ha sido muy intenso y me ha encantado ver cómo algunos temas que parecen insignificantes tienen mucha importancia para los afectados», resaltó Ana Pérez, una joven almeriense de 18 años que se refería al conflicto de dos vecinas de Casillas que salían a andar juntas y acabaron enzarzadas por el límite imaginario de sus terrenos. «Tiene toda su manía de que le falta tierra», apuntaba la demandada.

Palmos de retranqueo

Y es que los lindes fueron el motivo de fondo de los pleitos resueltos por el Consejo de Hombres Buenos en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Murcia, con Diego Frutos, máximo responsable de la Junta de Hacendados como presidente. En uno de los casos, un vecino del carril de los Giles de Beniaján fue denunciado por vallar su finca sin cumplir las medidas de retranqueo que marcan las ordenanzas. Respecto a las vecinas disgustadas ya mencionadas, el vallado de una azarbeta en cuyo cauce se construyó un muro sin tener en cuenta los palmos de retranqueo fue el origen del desencuentro, además de la retirada de un bloque medianero acordado hace 40 años. En ambos casos, se dictaron sentencias que ordenaban la retirada de los cercados y delimitaban, por palmos, las distancias a cumplir.

Junto a Frutos, el tribunal estuvo compuesto por Juan Jesús Sánchez, secretario de la Junta de Hacendados; Francisco Macarro, procurador de la acequia de Benicomay, en Los Ramos; José Miguel Gracia, procurador del Azarbe de Beniel (primer tercio) y Las Parras y Carcanox, en Alquerías; y Pedro Zapata, procurador de la acequia de Benetucer, en Llano de Brujas. Ataviados con típicos blusones negros, volvieron a demostrar que las costumbres huertanas no pasarán nunca de moda.

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