La caída de la red polaco-rumana que traficaba con marihuana desde Molina de Segura

La caída de la red polaco-rumana que traficaba con marihuana desde Molina de Segura

Lunes, 7 de octubre 2024, 01:26

Opciones para compartir

La operación se gestaba desde hacía semanas. La información recibida por la Unidad contra Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (Ucrif) apuntaba a una organización criminal compuesta por ciudadanos rumanos y polacos, que alquilaban naves industriales para procesar grandes cantidades de droga. Lo que los investigadores no podían prever era la complejidad y la capacidad organizativa con la que esta red operaba, utilizando a personas en situación irregular para manipular y envasar la marihuana, y valerse de todo tipo de estrategias evasivas para ocultar sus actividades ilícitas.

Los agentes de la Ucrif junto con la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) pusieron el foco en aquella nave de la pedanía molinense de Torrealta. No era solo un almacén; era, en apariencia, el epicentro de una trama de tráfico de drogas que movía mercancía desde Molina de Segura hacia países de toda Europa, sobre todo a los del norte.

Un Mercedes gris y un Volvo con matrícula noruega entraban y salían de la nave. Los conductores, hombres corpulentos de aspecto rudo, no tenían pinta de ser simples trabajadores. Los policías, parapetados en coches camuflados, los observaban. El Mercedes partió a toda velocidad esa mañana, conducido por un hombre con la cabeza rapada. Los agentes intentaron seguirlo, pero el vehículo se perdió en Alguazas, entre los caminos que conducen al río. El hombre sabía cómo moverse, cómo desaparecer.

Dentro del camión, las bolsas contenían lo que todos sospechaban: 34 kilos de maría

A la mañana siguiente, el 23 de julio, la tensión aumentó. Cerca de las seis de la mañana, el camión de una empresa de Lorca entró en escena. Estacionó frente a la nave y, tras varias maniobras, sus ocupantes comenzaron a cargarlo con bolsas negras. La mercancía estaba lista, pero no pasó mucho tiempo antes de que los agentes intervinieran el vehículo en una gasolinera cercana. Dentro del camión, las bolsas contenían lo que sospechaban: marihuana, 34 kilos empaquetados en bolsas al vacío con destino a Reino Unido. Los dos hombres que viajaban en el camión, S. M. y G. C., ambos rumanos, no opusieron resistencia. Sabían que su destino estaba sellado en cuanto el camión fue interceptado. Pero eran solo dos piezas del engranaje.

El cerebro de la red y su huida

Mientras el camión era registrado, el supuesto cerebro de la operación, C. M., seguía moviéndose libremente. Este hombre corpulento debía tener ojos en todas partes. Cada vez que los agentes intentaban atraparlo, desaparecía a gran velocidad, esquivando cada control policial, como un juego de escapismo.

No era la primera vez que trataban de darle caza. El día anterior, C. M. ya había evadido a la Policía en varias ocasiones, utilizando caminos rurales y circulando a gran velocidad para perder a sus perseguidores, se desvanecía cada vez que se acercaban. El resto de la jornada se convirtió en un tenso juego del gato y el ratón. C. M., junto a sus cómplices, intercambiaba bolsas de viaje de un coche a otro, mientras realizaba maniobras evasivas por las carreteras de la comarca de la Vega Media.

El abogado Eduardo Romera señala que el juez decretó la libertad para su cliente y que no adoptó medida cautelar alguna contra él

Como el gato y el ratón

Se detenían en bares y gasolineras, cambiando de dirección constantemente, realizando vueltas en las rotondas, para despistar a los agentes que les seguían de cerca. La organización había perfeccionado sus técnicas de evasión, y los policías, aunque tenaces, veían cómo se les escurrían de las manos. Incluso cuando los agentes lograban interceptar algún vehículo o detener a otros implicados, C. M. parecía tener siempre un plan de escape.

En una ocasión, cuando los funcionarios creyeron haber acorralado su Mercedes frente a la nave de Torrealta, el conductor redujo drásticamente la velocidad, adivinando la presencia policial. Los agentes intentaron detenerlo, pero C. M. aceleró y desapareció en la maraña de caminos de campo.

Sin embargo, no todos corrieron la misma suerte. Entre las detenciones más importantes del operativo se encontraba la de N. I., una mujer de 48 años, también de origen rumano y pareja del presunto cabecilla. Ella era la encargada de parte de la logística del transporte de la droga. Fue sorprendida en posesión de una mochila negra repleta de marihuana, y detenida cuando intentaba refugiarse en un garaje de Molina de Segura. Una de las piezas clave de la red había caído.

Aunque la operación logró desarticular una parte significativa de la red, el desenlace no es definitivo. C. M., el líder de la banda, sigue en paradero desconocido. El dispositivo policial, aunque no detuvo a todos los miembros de la banda, asestó un golpe contundente a una organización que había estado manipulando y transportando grandes cantidades de droga en la Región. Los tres detenidos fueron puestos a disposición judicial y el juzgado de Molina decretó libertad para todos ellos. El abogado penalista Eduardo Romera, que representa a uno de los arrestados, señala que en el caso de su cliente, el juez no adoptó medida cautelar alguna contra él. «Ni siquiera la retirada del pasaporte, lo que evidencia la aparente escasa responsabilidad que tiene mi representado en este asunto».

  1. «Cuanto más arriba se lleva la droga, más vale la mercancía»

Para los expertos en la lucha contra el tráfico de drogas, y específicamente de marihuana, la operación de Torrealta es un caso más que evidencia que España se está consolidando como el mayor exportador de marihuana en Europa. En las diligencias del caso Torrealta, los investigadores ponen de manifiesto que en estos últimos años han observado un aumento exponencial en las organizaciones criminales formadas por ciudadanos de países de este de Europa. Estos grupos, asentados principalmente en municipios del levante español, trafican con sustancias estupefacientes, siendo la marihuana su sustancia predilecta debido a diversos motivos.

Uno de ellos es la consideración de la marihuana como una sustancias que no causa grave daño a la salud, por lo que el Código Penal determina una horquilla de penas que no suponen un castigo severo. Igualmente, exponen los policías nacionales, dichas organizaciones, una vez obtenida una cantidad considerable de maría, la envían a países del norte de Europa, donde el valor se duplica, triplica e incluso se cuadriplica, dependiendo del país de destino. Los traficantes siguen una máxima que dice que «cuanto más arriba, más vale la mercancía», es decir cuánto más al norte de Europa está el país de destino, mayor valor tiene la sustancia estupefaciente.

Enlace de origen : La caída de la red polaco-rumana que traficaba con marihuana desde Molina de Segura