Selu Herraiz se inspira en la alquimia

Coge el teléfono a LA VERDAD desde Armenia Selu Herraiz (Murcia, 1981). El artista, que actualmente reside en Berlín (Alemania), pasa unos días en este país caucásico. Allí está montando «una instalación, una ‘performance’ y un taller», cuenta el creador, que el 11 de septiembre inauguró en el Museo del Cristo de la Sangre de Murcia la exposición ‘Ídolos y procariotas’, que puede visitarse hasta este viernes.

Inspirado en el lenguaje simbólico de la alquimia, Selu Herraiz invita, con esta propuesta, «a un universo que comprende el pensamiento mágico, la psicología, la biología y la ecosofía crítica contemporánea», explica Elena Azzedin, comisaria de la exposición.

«En cuanto Carlos [Valcárcel, presidente de la Archicofradía de la Sangre de Murcia], que es un viejo amigo, me propuso realizar un proyecto para el Museo pensé en algo visual y no en algo sonoro, a pesar de que ahora estoy dedicándome mucho más al sonido», hace saber el creador, que dirige artísticamente el festival Rota, dedicado a la música experimental, y el sello Aldarrax. Además, es miembro de la plataforma AADK Spain, que desarrolla su actividad en el Centro Negra de Blanca. «Yo vengo del arte visual y tenía ganas de volver a este mundo», indica sobre un proyecto basado en la ilustración y la pintura: «Fue muy estimulante tener un museo como fuente de inspiración, con toda su imaginería».

«Siempre he leído mucho sobre la alquimia, una disciplina que en su tiempo y de alguna forma actualmente, aunque muy transformada, reúne mucho de otras disciplinas. Es un trabajo que coge de la filosofía, de la espiritualidad, un trabajo interno y a la vez externo», indica el creador, que concibe el arte «como una expresión de transformación que, cuanto menos, debe transformar a la persona que lo hace. El proceso del arte, en general, está muy relacionado con la pintura», dice Herraiz, que en esta muestra combina, tal y como cuenta la comisaria, «tierras, pigmentos naturales al agua, fragmentos de papel de oficina, rotulador y aerógrafo, intercalando lo natural con técnicas industriales para enfatizar –con su materialidad– las formas de vida que transitamos».

El nombre de la muestra da pistas de lo que podrá encontrar el visitante: «En el título, ‘Ídolos y procariotas’, trato de aunar aquello que está sobre lo humano, aquello que proyectamos en la divinidad, en los dioses, en los ídolos, frente a las procariotas, que para mí representan lo más básico, lo más estructural que nos conforma». Una «dicotomía entre lo superior y lo inferior; lo divino y lo biológico, pues en la propia pintura también está el proceso». Un «viaje de lo más básico a lo más complejo y viceversa».

Ídolos capitalistas

Sobre los ídolos que hoy en día admiramos, opina Herraiz que «actualmente ha bajado la potencia de la religión como tal, pero se elevan otras religiones y, entonces, convertimos en ídolos a personas. Están los cantantes, los futbolistas, y esos mitos que creamos ahora en los ‘influencers’. Luego aparece también el gran mito de la tecnología, internet, Google y todos estos entes que, en su mayoría, son muy capitalistas».

El artista pretende, con esta muestra, provocar al visitante «un momento de reflexión; hablo mucho sobre los ciclos de la vida y la transformación entre lo humano y lo no humano».

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