Las lágrimas en el adiós de Iniesta: «Son las de ese niño que soñó con ser futbolista y lo consiguió»

Las lágrimas en el adiós de Iniesta: «Son las de ese niño que soñó con ser futbolista y lo consiguió»

Martes, 8 de octubre 2024, 12:45

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Algo más de 5.000 días transcurrieron desde que aterrizó en La Masia con las lágrimas de quien es menos que un adolescente hasta que hizo que todo un país se abrazara gritando un gol que le convirtió en ídolo Mundial, y otros tantos hasta el adiós que le harán ser recordado como uno de los jugadores más queridos y admirados del panorama futbolístico español. Andrés Iniesta anunció que cuelga las botas a sus 40 años un 8 de octubre, número del dorsal que lució en sus mejores años en el Camp Nou, como en la noche mágica de Stamford Bridge que permitió al Barça liderado desde el banquillo por Guardiola iniciar el camino de un sextete histórico.

«Nunca pensé que llegaría este día, pero todas estas lágrimas no son de tristeza, sino de emoción y de orgullo. Son lágrimas de ese niño de Fuentealbilla que tenía el sueño de ser futbolista. Y lo conseguí, lo conseguimos. Con mucho sacrificio y mucho esfuerzo. Y de nunca rendirse. Valores imprescindible en mi vida», dijo el manchego en el America’s Cup Experience del Port Vell de Barcelona en un multitudinario acto en el que se proyectaron varios vídeos icónicos de toda su extensa trayectoria deportiva.

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El genio de Fuentealbilla, pequeña localidad de 2.000 habitantes y donde todo eran sueños cuando aquel crío de 12 años hizo las maletas rumbo a Barcelona, comenzó la intervención ovacionado con un recuerdo visual en la pista del pueblo, del cole y los campos de tierra de Albacete.

El presidente del Barcelona y el Director Deportivo, Joan Laporta y Deco, quisieron estar cerca de uno de los jugadores más importantes que ha tenido el conjunto azulgrana. Al acto también quiso asistir gran parte de la plantilla del Barcelona, como el entrenador Flick y futbolistas como Gavi, Gavi, Dani Olmo, Ansu Fati o Araújo. Su familia también arropó a Iniesta en este día tan emotivo y el padre de Dani Jarque, íntimo amigo de Andrés, hizo acto de presencia.

La despedida se convirtió en el homenaje a un futbolista decisivo en la historia de la selección y del Barça. «Fue mágico, fue único. Este club ha sido vida y todo para mí». El héroe de la victoria de España en el Mundial de Sudáfrica en 2010 con el tanto del histórico triunfo ante Holanda, y miembro destacado en los triunfos de las Eurocopas de 2008 y 2012, será recordado por su su elegancia sobre el verde, su visión de juego y el dominio de todos los aspectos que se pueden establecer en un terreno como la creatividad y el control del espacio y tiempo.

«La familia ha sido siempre mi motor y fortaleza, donde siempre me he apoyado. Tengo la suerte de contar aquí con muchas generaciones de esa gran familia. Mi hermana, mis padres lo han sido todo para mí, por todo lo que me han dado y transmitido. Hoy tengo mi gran familia, con Ana y nuestros seis peques. Mención especial para mi padre, que ha sido mi inspiración. Siempre hemos tenido una conexión especial. Mi pasión por el fútbol y lo que he hecho se lo debo a él».

«Era capaz de participar en tareas defensivas, de crear juego, de organizarlo y de llegar adelante. Una mirada y una palabra suya ya valía mucho. Tenía su personalidad y así ha sido respetado por todos los vestuarios y querido», destacó Vicente del Bosque, seleccionador nacional en la ruta hacia la eternidad de Johannesburgo. «Pensar rápido es el único secreto», apuntó en una entrevista reciente el ‘cerebro’ de aquella histórica España junto a Xavi Hernández, y que se despidió del balompié tras 962 partidos oficiales a lo largo de las 22 temporadas que jugó como profesional. En ellas logró 38 títulos, anotó 102 goles y repartió 188 asistentes.

«Es uno de los compañeros con más magia y de los que más disfrute jugando juntos. La pelota te va a extrañar», escribió en las redes el argentino Leo Messi, con quien compartió podio en el Balón de Oro 2010 en la histórica imagen que encumbró a los talentos de la fábrica culé junto a Xavi Hernández. Juntos lograron 32 títulos, incluidos cuatro Champions.

«La Masia me cambió para siempre, fue el mejor lugar donde podía estar para potenciar los valores que tenía que tener en la vida», destacó el manchego, que ahondó en la influencia que han tenido para él todos los entrenadores por los que pasó. «No podría destacar a ninguno por encima, y no me quiero olvidar de Van Gaal, que me dio la alternativa. Mi agradecimiento a esa valentía, porque no era un momento fácil. Mi otra piel es la selección, y he tenido el privilegio de estar en la mejor época de la selección. Una mención especial a Luis Aragonés , Del Bosque y Lopetegui por ese respeto que me han tenido».

El jugador, que andaba por el golfo Pérsico apurando sus opciones de seguir en activo con el balón entre los pies, siempre se mantuvo en un segundo plano fuera de los terrenos de juego, sin declaraciones altisonantes. Ahí se ganó el cariño de la gente con su sencillez y su actitud comprometida. «No tenía ganas de vivir. No tenía esa alegría o energía que tiene que tener la vida. Te hacen pruebas y estás bien, pero tú notas que algo no funciona. Te metes en tu cuerpo y tu mente, donde todo lo ves negro. Deseaba que llegase la noche para tomarme mi pastilla y descansar. Era el momento de más placer», explicó el jugador hace unos años, cuando la prematura muerte de su gran amigo, Dani Jarque, le golpeó tan fuerte que entró en una depresión y estuvo a punto de abandonar el fútbol unos meses antes de los dos goles más importantes de una carrera llena de éxitos en donde lo ganó todo.

«Todo se resume con una foto, ese gol del Mundial. Pero ese gol lo marcamos todos. Los que luchamos, los aficionados, todos los jugadores. La magia de todos lo hizo posible. Y la magia de Jarque, que nos ayudó desde donde esté», dijo emocionado el ya exfutbolista, que termina su labor en el césped pero que continuará ligado al deporte rey. «Ha sido mi vida, lo seguirá siendo, la construcción de lo que seré el día después ha sido paso a paso. Necesito aprender, equivocarme, formarme… Estoy empezando con el curso de entrenador. Los que me conocéis sabéis que soy bastante cabezón. Espero hacer un gran trabajo no corriendo detrás del balón, sino desde el otro lado. Habría jugado hasta los 90 años pero estoy feliz de haber convertido el sueño de ser futbolista», finalizó el jugador, entre los violines del ‘Viva la vida’ de Coldplay, emblema de la felicidad durante los mejores años de Iniesta en Can Barça.

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