Muere a los 92 años María Teresa Cervantes, la gran dama de la poesía de Cartagena

Muere a los 92 años María Teresa Cervantes, la gran dama de la poesía de Cartagena

Viernes, 11 de octubre 2024, 09:41

Opciones para compartir

María Teresa Cervantes (1931-2024) amaba la vida («el mayor tesoro de los hombres») y dejó testimonio de su paso por este «valle de lágrimas» en más de 30 libros que, a excepción de la novela, navegan por la poesía, la prosa poética, el ensayo y la biografía. Una obra llamada a perdurar en el tiempo por su elegante y personalísima manera de sumergirse en mundos ajenos para intentar comprender el suyo propio.

La gran dama de la poesía de Cartagena falleció este viernes a los 92 años en su ciudad natal, con muchos reconocimientos, como el Premio de la Cultura del Ayuntamiento de Cartagena. Sus restos mortales están siendo velados en el tanatorio de Los Dolores (Cartagena), donde este sábado, a la 10 horas, se oficiará el funeral. En señal de respeto y como último homenaje, el Ayuntamiento ha ofrecido a la familia el sudario con el escudo de Cartagena para que cubra el féretro, en señal de agradecimiento por su cariño a la ciudad. En su capilla ardiente se ha instalado un retrato que le hizo el fotógrafo Juan Manuel Díaz Burgos.

La poeta donó al Ayuntamiento parte de su legado, incluida la casa familiar de Los Dolores, llamada a ser un espacio para promover la cultura y, sobre todo, la poesía. En 1954 publicó su primer poemario, ‘Ventana de amanecer’, lo que da una idea de su extensa carrera literaria, pues sus últimos libros publicados en La Fea Burguesía, Huerga & Fierro, Torremozas y MurciaLibro aparecieron en el último lustro. Era una mujer de espíritu libre y risueña, espontánea, divertida y con vivencias increíbles como el Mayor del 68 en París, como recordó en LA VERDAD en alguna ocasión.

María Teresa Cervantes siempre miró hacia «los desorientados y los pesimistas», ya fueran Camus, Tolstói o Dostoyevski, autores que aparecían en su mesita de noche a la edad del tierno despertar, cuando apuesta por emprender una vida nómada alejada de las opresiones e imposiciones de su Cartagena natal.

Más información

En ‘Edificio del recuerdo’ (2011), su libro de memorias, imprescindible para internarnos y descubrir sin necesidad de triquiñuelas su yo más recóndito, sus secretos bienestares y malestares, reconoció que tal vez los años y su errancia entre París, Céret, Madrid, Castelldefels, Barcelona, Leverkusen, Bonn… durante más de cuatro décadas, le fueron dando una clase de riqueza cultural «que no sé si permaneciendo sedentaria la hubiera conseguido». La lectura, sin duda, fue la salvación de María Teresa Cervantes, el mejor de los escudos frente al «desánimo moral y humano» que tanto le costaría vencer. De Cioran a Juan Ramón Jiménez, de San Juan de la Cruz a Tagore, de Borges y Balzac a sus amigos Asensio Sáez y María Cegarra…

Más de 90 años de experiencias [la infancia y la juventud fueron recogidas en las páginas de un diario guardado en una caja amarilla que llevará consigo, incluso en sus mudanzas por Europa, por miedo a que nadie comprendiera sus primeros poemas], siendo en todo momento consciente de las vicisitudes que ofrece el simple hecho de ser y existir. También de pensar, porque es justo en la calma, en los momentos en que la mente flota en el espacio, cuando más disfrutó de «la tranquilidad de lo invisible». La noche y sus reveladores silencios…

Una obra viva, emocionante, que en el largometraje documental ‘La eternidad de las palabras’, del realizador y académico Primitivo Pérez (Archena, 1959), un proyecto de acendrada factura de Azenaya Producciones dentro de una serie dedicada a escritores murcianos, es evocada con la profundidad y el respeto que merece una mujer tan comprometida con la creación y la belleza como María Teresa Cervantes. Es oportuno ser agradecido con Primitivo y su equipo, y con la excelente nómina de amigos, lectores y admiradores entrevistados, por la indudable atención prestada a la autora cartagenera.

«La niña que fui por un muy corto espacio de tiempo ha ido atravesando conmigo mi vida entera», escribe María Teresa Cervantes, coleccionista de anhelos, momentos del ayer «apresados en los párpados» que pese a las nieblas del presente ella nos regala en versos de indudable emoción. Sigue aún viva en su interior aquella pequeña que mantiene una pura esperanza: «Afuera la luz, la vida, la mágica montaña que aún no conocemos». Alguien que continuará soñando con los colores del atardecer, o, cómo poéticamente cabría esperar de su infalible sensibilidad, con «un camino de luz y de nostalgia». Si la producción literaria de María Teresa Cervantes nos hace pensar en el poder de la constancia, una de sus principales virtudes, no es menos cierto que su vida, tan pendiente de la rosa y de la luna, tan abierta a las ventanas del alma, tan clarividente con lo que está por venir, es la de quien en casi un siglo de cavilaciones todavía sigue haciéndose la misma pregunta que Beumarchais: «Señor, ¿por qué estas cosas y no otras?». Una biografía de ensueño, de felicidades tantas veces inalcanzables.

Reacciones a la muerte de María Teresa Cervantes

«Despedimos con tristeza a una autora no solo destacó por su obra literaria, sino también por la enorme generosidad que ha tenido con su ciudad», destacó este viernes Noelia Arroyo, alcaldesa de Cartagena, quien recordó que en 2016 la autora de ‘Lluvia reciente’, ‘La estrella en el agua’, ‘Vuelvo a encontrar mi azul’ y ‘La travesía de los sentimientos’ realizó una importante donación de su legado al Archivo Municipal de Cartagena, entregando más de 4.000 ejemplares de su biblioteca personal, junto a cuadros y recuerdos significativos de su vida y trayectoria. Esta primera donación fue el preludio de lo que culminaría en 2024, cuando entregó el resto de su archivo personal, que incluye manuscritos inéditos, correspondencia con destacados escritores como Gerardo Diego, Antonio Buero Vallejo y Carmen Conde, y más de 1.500 fotografías que documentan su carrera literaria.

Esta última donación, según recordó el Ayuntamiento de Cartagena, incluyó una colección de pinturas de artistas como Wssel de Guimbarda, Ramón Alonso Luzzy, su primer novio, y Vicente Ros, el maestro de pintura en cuyo estudio recitó sus primeros poemas, que ahora forman parte del patrimonio cultural de Cartagena.

En palabras de Cervantes, estas donaciones se hicieron «para que el Ayuntamiento de Cartagena custodie, proteja y difunda estos fondos que son parte de mi memoria». La alcaldesa Arroyo destacó el legado de Cervantes y su generosidad: «Su obra y sus donaciones permitirán a las generaciones futuras conocer y disfrutar del inmenso talento de una de las poetas más grandes de Cartagena». La escritora también fue homenajeada por el Ayuntamiento con la dedicación de una plaza en su nombre en el Barrio Universitario y la instalación de una placa en su casa en Los Dolores, inmueble que la escritora quiso que custodie el ayuntamiento para dedicarlo a la difusión de su legado. «Este año Cartagena ha perdido los dos poetas más importantes, después de Carmen Conde: José María Álvarez y Teresa Cervantes».

El presidente de la Comunidad de Murcia, Fernando López Miras, despidió a la autora cartagenera en sus redes sociales como «una gran escritora, maestra de la poesía, y una mujer referente en el ámbito cultural. María Teresa Cervantes deja un legado literario que perdurará para siempre. Cartagena y la Región de Murcia al completo hoy sentimos su pérdida. Descanse en paz».

Enlace de origen : Muere a los 92 años María Teresa Cervantes, la gran dama de la poesía de Cartagena