Morata ofrece la Eurocopa a un estadio volcado con La Roja

El Enrique Roca volvió a parecer de nuevo un estadio de Primera División. La llegada de Felipe Moreno a Murcia permitió al recinto inaugurado a finales de 2006 lucir de nuevo un césped de élite, mientras que la reciente inversión de la Federación Española de cara al España-Dinamarca de este sábado dotó a la casa grana de una iluminación a la altura de cualquier estadio del máximo nivel. No fueron los únicos arreglos pero sí los más importantes para un evento que midió la capacidad organizadora de una ciudad que decidió, hace solo unos meses, no pujar por el Mundial 2030.

El trabajo conjunto de la propia Federación Española, el Real Murcia y el Ayuntamiento de la capital de la Región surtió efecto y permitió que todo transcurriera de la forma que marca la UEFA. Un choque que nadie, entre los representantes de las administraciones públicas regionales, se quiso perder. Presidió el duelo José Miguel Monje Carrillo como mandamás de la Federación Murciana de Fútbol que ha cumplido cien años, que fue homenajeada con la presencia de la selección. Es la quinta visita de España a Murcia. Junto a Monje estuvo Fernando López Miras, presidente de la Comunidad, José Ballesta, alcalde de Murcia y Noelia Arroyo, alcaldesa de Cartagena. Junto a ellos, diversos consejeros del Gobierno regional y también otros alcades y concejales de divesos municipios murcianos.

Tampoco se quiso perder el choque Yaye García, la presidenta en funciones de la Federación Española, y varios presidentes de otras territoriales, incluso David Aganzo, presidente de la AFE, (Asociación de Futbolistas Españoles). El palco también tuvo color grana ya que además de Felipe Moreno, actual presidente del Real Murcia, tuvieron un lugar privilegiado otros expresidentes granas vitales en la supervivencia del club en las últimas décadas como Francisco Tornel, José Luis Ortín, Antonio Zamora y Faustino Cano.

Al final todo salió bien. La ovación fue atronadora cuando cerca de las ocho en punto los integrantes del equipo español saltaron al césped. Morata, capitán de la selección, ofreció a los cerca de treinta mil asistentes la Eurocopa ganada recientemente en Alemania mientras que en la tribuna lateral se desplegaba una pancarta gigante que rezaba ‘Enhorabuena España’. Y luego llegó el himno nacional que sonó de forma algo defectuosa y pobre en una megafonía que no estuvo a la altura, aunque a la afición española no le importó y vivió el duelo de España con intensidad y pasión.

Menú con toques murcianos

La zona noble estuvo abarrotada. Desde el palco principal a los otros más de 30 con los que cuenta el estadio y la zona VIP. El menú del descanso también fue de altura. El del antepalco tuvo un toque muy murciano con presencia de elaboraciones de la tierra como el zarangollo o la típica marinera, mientras que en la planta tercera, la destinada a los palcos y asientos VIP, el jamón ibérico, las tablas de quesos internacionales, la tortilla de patatas y trufa, los raviolis japonés o los sandwiches gourmet vegetal y de bonito fueron protagonistas. Todo servido por la firma murciana Moma Doux.

El aparcamiento principal del estadio bajo la tribuna preferente, donde habitualmente aparcan todos los usuarios de la zona noble, estuvo blindado y acotado solo para autoridades. El motivo: evitar que los usuarios de estas zonas aprovecharan la cercanía para acercarse demasiado a los futbolistas de la selección y también impedir, tanto en la sala de prensa como en la zona mixta, el trabajo de los múltiples periodistas acreditados en una cita histórica.

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