Benjamin Netanyahu, el primer ministro que lleva al mundo al abismo

Benjamin Netanyahu, el primer ministro que lleva al mundo al abismo

Miércoles, 16 de octubre 2024, 11:00

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Hay una expresión en inglés que sirve para definir con precisión el comportamiento de Israel: ‘going rogue’. Se dice de alguien que actúa de forma temeraria y fuera de toda normativa o regulación. Normalmente se aplica a personas, pero cada vez se utiliza más para referirse a estados como el que dirige Benjamin Netanyahu. No sorprende que el primer ministro palestino, Mohammad Mustafa, acuse al país hebreo de actuar haciendo caso omiso de la legalidad internacional y de las resoluciones de Naciones Unidas. Pero más llamativo es que lo hagan los propios israelíes en tribunas de tanto peso como las del diario Haaretz: «Un primer ministro ‘rogue’ está convirtiendo a Israel en un estado ‘rogue’», titula Alon Pinkas en un artículo en el que utiliza ‘rogue’ en su acepción de ‘delincuente’ para referirse a Netanyahu, al que también tacha de ‘autócrata, deshonesto y vil’.

En su último libro, ‘Guerra’, el periodista del Washington Post Bob Woodward revela que Biden se refiere a ‘Bibi’ como ‘hijo de perra’ y ‘una puta mala persona’, muestra de que el primer ministro hebreo parece estar tomando decisiones contrarias incluso a los deseos de Estados Unidos, país del que depende su defensa. O, por lo menos, gran parte del armamento con el que se defiende. Por eso, es lógico preguntarse cuánto durará la paciencia de Washington ante la escalada bélica -y la concatenación de barbaries justificadas con un derecho a la defensa en el que se obvia el principio de proporcionalidad- que está provocando el Ejecutivo israelí.

Porque primero fue reducir Gaza a escombros, ahora es abrir un frente de guerra en Líbano -ya ni siquiera importa atentar contra los Cascos Azules de la ONU- y atentar en Siria, y ya hay quienes apuntan hacia la búsqueda de un enfrentamiento directo con Irán, algo que parecía indeseable desde todos los puntos de vista. Desgraciadamente, todo ello sucede con la connivencia de las potencias occidentales, que siguen pidiendo a Netanyahu que eche el freno con la boca pequeña y sin hacer absolutamente nada.

Por eso, hoy nos centramos en analizar por qué se debe parar al primer ministro israelí.

Estos son los dos temas que abordaremos hoy:

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  1. Imagen principal - Netanyahu es el mayor peligro para Israel

    Oriente Medio en llamas

    Netanyahu es el mayor peligro para Israel

Siempre he rechazado las teorías de la conspiración. La gran mayoría -por no decir todas- son un desvarío de mentes calenturientas en busca de respuestas que refuercen su ideología y creencias. No obstante, hay asuntos que resultan demasiado sospechosos como para confiar en la versión oficial a pies juntillas: el de los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023 es uno de esos. Cuesta creer que unos servicios de Inteligencia capaces de hacer estallar en un país extranjero ‘buscas’ y walkie-talkies del enemigo de forma sincronizada, y de matar de forma selectiva a sus líderes, no tuviese la menor idea de que cientos de terroristas iban a atacar su territorio utilizando incluso aladeltas. Lógicamente, es imposible asegurar que no fuese así sin pruebas que lo confirmen, pero resulta cuando menos sospechoso.


El momento posterior a un ataque de Israel en Líbano.


AFP


Independientemente de que el Mossad tuviese información previa o no, es evidente que los brutales ataques de Hamás han sido, a la postre, un salvavidas político para Netanyahu, un primer ministro que estaba en horas muy bajas de popularidad, acorralado incluso por su propio ejército. La guerra -y esto no es nada nuevo- le ha mantenido en el poder. El problema es que se está cobrando innumerables vidas inocentes y está arrastrando a Israel -y al mundo- a un conflicto regional que puede tener un impacto notable a nivel global.

Netanyahu esconde su particular guerra por la supervivencia en el poder tras la guerra por la supervivencia del país. Pero no va a lograr lo que todos los israelíes querrían, poder vivir en paz, sino todo lo contrario. Porque no tiene la capacidad para aniquilar a todos sus enemigos, como parece ser su objetivo, y la sangría que está provocando le va a granjear muchos nuevos. Los judíos ya dejaron claro lo que eso supone: ojo por ojo. Y, al final, todos ciegos.

También es cierto que no es nada nuevo que Israel se salte la legalidad internacional: se ha pasado tradicionalmente las resoluciones de Naciones Unidas por el arco de triunfo y continúa estableciendo asentamientos ilegales en territorio palestino. Pero cada vez está más cerca de ponerse la triste etiqueta de estado terrorista que muchos ya le otorgan. En esa dirección apunta el último episodio, en el que ha llegado a ocupar una base de la ONU -organización creada para evitar que se repita la tragedia de las guerras mundiales- al menos con uno de sus tanques, provocando la intoxicación por gases de una docena de cascos azules. Rogue.


Cuánto mejor le iría a Israel si Netanyahu hiciese más el amor y menos la guerra.


Reuters


Es evidente que el primer ministro israelí no quiere testigos de ningún tipo. Porque sus operaciones también han provocado una auténtica masacre entre los periodistas palestinos que cubren lo que acontece en Gaza: 125 han muerto según datos de ayer proporcionados por el Comité para la Protección de los Periodistas. Por otro lado, los informadores extranjeros tienen vetada la entrada a la franja. Solo pueden acceder en viajes organizados por las fuerzas hebreas para ver lo que quieren mostrarles y sin capacidad para contrastar los datos.

Por todo ello, es hora de que alguien pare a Netanyahu, seguramente lo peor que le ha sucedido a Israel en lo que llevamos de siglo. Y solo Estados Unidos puede lograrlo. Así que Washington haría bien en aplicarse el cuento y hacer con él lo mismo que le exige a China con respecto a Vladímir Putin y la invasión de Ucrania. Lo mínimo es detener los envíos de armamento, porque es más evidente que se está utilizando para cometer crímenes de guerra.


Evolución de la ayuda militar de Estados Unidos a Israel desde 1959.


Que no comulguemos con los regímenes que amenazan a Israel -teócratas y autoritarios, contrarios a todos los avances progresistas de Occidente y a menudo abanderados de técnicas terroristas- no debería hacernos cómplices de unos actos que no son muy diferentes a los que tanto criticamos en los integristas islámicos. No es descabellado pensar que en, en el futuro, Netanyahu tenga que responder de sus actos ante los tribunales. Pero habría que conseguir que, a diferencia de lo que ha sucedido en anteriores ocasiones, lo haga antes de tener un pie en la tumba.

  1. Imagen principal - China asedia Taiwán en ejercicios preocupantes

    Tensión en el Lejano Oriente

    China asedia Taiwán en ejercicios preocupantes

En otro de los focos ‘calientes’ del planeta, el lunes China echó un poco más de leña al fuego con unos ejercicios militares destinados a rodear la isla de Taiwán -independiente ‘de facto’ pero cuya soberanía reclama Pekín- en un simulacro de la primera fase de una hipotética invasión de la antigua Formosa. Como ya hizo en la primera operación ‘Espada Conjunta’ de mayo, logró culminar el asedio sin mayor problema, provocando que varios cargueros diesen media vuelta en su viaje a puertos taiwaneses, que serían el primer objetivo de la segunda fase, la del ataque.


La estrategia china para asediar a Taiwán.

China ha dejado siempre claro que el de Taiwán es un conflicto doméstico y que, por eso, ninguna potencia mundial tiene derecho a inmiscuirse en él. Estados Unidos, desde la pragmática indefinición que le permite hacer negocios con el gigante asiático mientras suministra armas a Taiwán, advierte a Pekín de que acudirá en ayuda de su socio democrático, aunque cada vez más analistas ponen en duda ese extremo. Porque sus incursiones en Asia -Corea, Vietnam o Afganistán- han sido un fiasco y de un enfrentamiento con China podría salir trasquilado. Además, si Trump regresa a la Casa Blanca, Estados Unidos volverá a hacerse bicho bola.

Sin duda, la situación geopolítica global pasa por un momento delicado. Con incendios en Europa y Oriente Medio, uno más en Extremo Oriente podría tener consecuencias devastadoras, sobre todo a nivel económico. Si, además, estas guerras de momento confinadas geográficamente encuentran nexos comunes -Irán, por ejemplo, es protagonista tanto en el fuego de Oriente Medio como en el de la invasión de Ucrania, y mantiene buenas relaciones con China-, la amenaza de una Tercera Guerra Mundial podría materializarse. Al fin y al cabo, los bandos están claros y las razones para que se enfrenten crecen cada día.

Es todo por hoy. Espero haberte explicado bien algo de lo que está ocurriendo en el mundo. Si estás suscrito, recibirás esta newsletter todos los miércoles en tu correo electrónico. Y, si te gusta, será de mucha ayuda que la compartas y la recomiendes.

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