El plan frente a los virus respiratorios queda en el aire por la falta de acuerdo entre Sanidad y las autonomías

El plan para afrontar el aumento de los contagios de gripe y de covid durante este invierno queda en el aire después de que el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas no hayan llegado a un acuerdo sobre su contenido en la reunión que han mantenido este jueves.

La Comisión de Salud Pública, el órgano que reúne a los técnicos ministeriales y de las comunidades, no ha logrado pactar un texto que, entre otras medidas, contemplaba la vuelta de la mascarilla en caso de que se disparasen las infecciones. Ahora, las administraciones se emplazan a una reunión extraordinaria, ya en noviembre, para tratar de consensuar sus posturas, que en cualquier caso deberán ser convalidadas posteriormente en un Consejo Interterritorial de Salud.

Las comunidades gobernadas por el PP han criticado el texto con los argumentos de que estaba «poco maduro», era improvisado y adolecía de «falta de rigor». En la reunión también se han expresado dudas algunas de las medidas, como dar cinco días de baja a los trabajadores de centros residenciales contagiados que no puedan ser reubicados en otros puestos mientras estén infectados. La directora general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, Elena Andradas, ha lamentado la «falta de criterio técnico» del plan. «Se tiene que hacer una revisión profunda de la metodología», ha afirmado Andradas.

Paradójicamente, en la elaboración del borrador han participado expertos autonómicos, entre ellos, varios del PP, como ha recordado el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, que ha mostrado su malestar en la red social X. «Las comunidades del PP frenan el documento redactado por sus propios técnicos para tener por primera vez un plan de actuación común frente a la epidemia de virus respiratorios. La irresponsabilidad es enorme y ojalá recapaciten», ha señalado.

En vísperas de la nueva temporada de virus respiratorios, Sanidad se había propuesto «garantizar la coordinación» entre las autonomías con una serie de actuaciones que se adaptaban a unos escenarios prefijados, aunque también dejaba la puerta abierta a que las comunidades pudieran implantar «tantas medidas complementarias» como considerasen «adecuadas».

El borrador fijaba la recomendación de usar mascarillas (salvo en menores de seis años, en personas con enfermedades respiratorias, con discapacidad o dependencia, en actividades en la naturaleza) y el autoaislamiento para aquellos que tuvieran síntomas de gripe o covid. También establecía la recomendación del teletrabajo, la reducción de las visitas a las residencias de mayores y la implantación de planes para garantizar la asistencia sanitaria en caso de niveles de contagios muy altos, e incluso se abría a estudiar «medidas adicionales y excepcionales» ante situaciones consideradas «pandémicas».

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