Jueves, 24 de octubre 2024, 13:52
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«Muchas han sido las frustraciones», recordaba José Vives, presidente de la Asociación de Vecinos de Barriomar, durante la presentación este jueves del que se espera que sea el proyecto definitivo del Parque Metropolitano Oeste. Desilusiones que arrancaron a finales de la década de los 2000 con el diseño del arquitecto japonés Toyo Ito, que quedó en nada y cuyos fantasmas salen a pasear cada vez que se promete que la propuesta de una gran zona verde en el actual aparcamiento disuasorio de la Molinera va a coger vuelo.
«Denos un voto de confianza», señaló el alcalde de Murcia, José Ballesta, ante el escepticismo de Vives, tras anunciar que el proyecto básico será finalmente aprobado este viernes en Junta de Gobierno, aunque sin dar fechas concretas para el inicio de obras. No obstante, quiso dejar claro que esta vez la piscina –o más bien, la acequia– sí tiene agua. Esa es la que ofrecen los 2,5 millones de euros que la administración ya tiene consignados presupuestariamente, uno de ellos cuya aprobación inicial arrancó en la legislatura pasada con el PSOE y otro millón y medio incluido en el borrador de presupuestos de 2025, que recibió luz verde el pasado miércoles.
Parque Metropolitano Oeste
Avda. Ciudad
de Almería
Fuente: Ayuntamiento de Murcia
Parque Metropolitano Oeste
Avda. Ciudad
de Almería
Fuente: Ayuntamiento de Murcia
Parque Metropolitano Oeste
Avda. Ciudad
de Almería
Fuente: Ayuntamiento de Murcia
A esta cantidad se podrían sumar, en caso de ser necesario, otras cuantías procedentes de una partida genérica extra destinada a parques y jardines sin asignación concreta. Se cubriría así buena parte de la financiación de los 5,5 millones previstos para el desarrollo de la fase 1 del parque, que incluye una actuación sobre una superficie de cerca de 38.000 metros cuadrados, convirtiendo esta futura verde en la más extensa de la ciudad, por encima del jardín del Malecón (con 30.500 metros cuadrados), el de la Seda (32.800 m2) o la Pólvora (26.900 m2).
Cuenta el proyecto con un periodo de ejecución de un año, lo que hace sugerir que la posible contratación de los trabajos se hará más bien hacia la segunda mitad del año 2025, ya que Ballesta ha prometido que, salvo contratiempo, las máquinas comenzarán a trabajar el año próximo. «Esa es la intención», apostilló. De esta manera, la ejecución plurianual permitiría consignar el resto de los fondos necesarios dentro de las cuentas de 2026. No obstante, el principal inconveniente para el inicio de los trabajos no es presupuestario –«ya que hay una partida suficiente para arrancar», según señaló el alcalde–, sino burocrático.
Y es que aún están por cerrar autorizaciones procedentes de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), al encontrarse los terrenos sobre el dominio público hidráulico, de la Demarcación de Carreteras, ante la cercanía de la autovía A-30, y de la Dirección General de Bienes Culturales, dado que hay bienes protegidos sobre los que intervenir, como la antigua chimenea de La Molinera, que se prevé conservar. «Existen contactos previos y necesitamos aún la aprobación definitiva, pero todas las modificaciones se han hecho con estas instancias y en principio debería estar todo ‘ok’», apostilló el alcalde.
Al tiempo que intentó despejar las dudas sobre la culminación del proyecto, Ballesta quiso asentar las bases sobre las que se conceptualiza este. La primera es que se trata de una iniciativa que pretende «la unión de los barrios, coser la ciudad y evitar la marginalidad». Dentro de este nexo de conexión tendrá un papel importante la nueva pasarela proyectada, que conectará la margen sur del río con la norte, cerca del jardín de la Alameda y que abrirá la puerta a la configuración de un gran eje verde.
Este mirará hacia el sur y este con la senda peatonal que se urbanizará en la zona soterrada sobre las vías el tren, pero también hacia el norte, proyectando esta continuación de Murcia Río hacia el Malecón, el Corredor de San Andrés y San Antolín, con la ruta de los museos, los jardines de esta zona y la Calle de la Acequia, un proyecto a futuro que arrancará en Acisclo Díaz.
El segundo y tercer concepto llegan casi de la mano. El segundo es la importancia del agua en este entorno, que se configurará como un parque inundable, con Sistemas de Drenaje Sostenible (SUDS), que permitan retenerla humedad, para contener avenidas y contribuir a la regulación térmica. Además, dispondrá de ocho fuentes ornamentales, una pisable –que fomente el juego con chorros saliendo del suelo–, y cobrarán especial importancia los cauces de riego, ya que se dejarán a cielo abierto la acequia de Almohajar y un azarbe.
Zona de transición a la huerta
Conecta esta circunstancia, precisamente, con esa tercera base conceptual, la de configurar esta zona verde como un ámbito de transición entre la ciudad y la huerta. Así, se ha configurado esta zona verde en dos áreas diferenciadas, que tienen como inspiración la malla de cultivo que recorría este entorno a principios del siglo pasado. La primera de estas zonas, la del este, tendrá un carácter más urbano y contará con un mayor equipamiento, incluyendo una innovadora área de juegos infantiles y un auditorio al aire libre. Desde la plaza de entrada partirán así dos senderos, uno de ellos paralelo a la autovía con carril bici y con un acceso restringido al parking del Cuartel de Artillería. El otro se internará junto a la chimenea hacia el interior del parque, generando entre ambos la bolsa destinada a los equipamientos.
La segunda área, más cercana a la mota del río y al oeste de estos senderos, tendrá un carácter más naturalizado, según explican los responsables del diseño, el jefe del Servicio municipal de Desarrollo Urbano, Salvador Benimeli, y el arquitecto de la Urbanizadora Municipal (Urbamusa), Guillermo Jiménez Granero. De hecho, desde el Consistorio se muestran convencidos de que esta propuesta supera, en este sentido, a la formulada en su día por el gobierno del PSOE, la cual no obtuvo fondos europeos de la Fundación Biodiversidad por tener un carácter excesivamente convencional y poco naturalizado. Por ello, según destacó Ballesta, no se renuncia a conseguir fondos externos para su ejecución, aunque si no se logran, «la ejecución está garantizada con fondos propios.
Especies autóctonas de ribera
Incorpora, asimismo, el diseño especies autóctonas de ribera y plantas aromáticas, elegidas todas ellas en colaboración con la Universidad de Murcia (UMU) y organizaciones naturalistas, sumando un millar de árboles de gran porte, entre ellos sauces, plátanos o álamos, y numerosas especies arbustivas que tapizarán las motas, según explicó el concejal del que depende el proyecto José Guillén. La última base sobre la que se conceptualiza la propuesta, y que quiso subrayar Ballesta, es la de la modernidad. Esta llega de la mano de los sistemas inteligentes de iluminación –con 200 luminarias–, riego o sensores de humedad entre otros. El concepto elegido está claro, el camino de ejecución también. Solo falta que esta vez no acabe en una nueva frustración.
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Enlace de origen : El Parque Metropolitano de Murcia suma ya 2,5 millones de consignación para arrancar las obras el año próximo
