El torbellino azulgrana destroza al Real Madrid

El torbellino azulgrana destroza al Real Madrid

Sábado, 26 de octubre 2024

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El Barcelona completó su semana fantástica humillando este sábado al Real Madrid en un Santiago Bernabéu que llevaba 567 días siendo inexpugnable, pero que sufrió una noche negra. Apenas 72 horas después de exorcizar sus demonios ante el Bayern de Múnich en la Champions, el conjunto azulgrana ofreció otro recital de fútbol en el coliseo de Chamartín y confirmó el cambio de signo en la Liga dejando hecho unos zorros a su máximo adversario.

Un doblete de Lewandowski, un tanto de Lamine Yamal, el primero del prodigioso atacante de Mataró en un clásico, y otro más de Raphinha consumaron la goleada por parte de un equipo cuyo ánimo se encuentra en la estratosfera y dejaron en 42 la serie de jornadas que acumulaba el Real Madrid sin hincar la rodilla en la Liga, impidiendo así que el cuadro de Carlo Ancelotti igualase el récord que registraron los azulgranas entre abril de 2017 y mayo de 2018.

El vendaval ofensivo desplegado por el bando culé se llevó por delante a los blancos, con más músculo que ideas. Sin otro recurso creíble que las individualidades de sus atacantes frente a un Barça excelentemente trabajado por Hansi Flick y con los automatismos adquiridos en el mismo tiempo récord en el que parece haberlos perdido la escuadra que el curso pasado firmó el doblete Liga-Champions, el Real Madrid recibió un correctivo tan duro como merecido que activa el gabinete de crisis en Chamartín y dispara la euforia en la Ciudad Condal.

Real Madrid

Lunin, Lucas Vázquez, Militao, Rüdiger, Mendy (Fran García, min. 86), Tchouaméni (Modric, min. 63), Valverde, Camavinga (Brahim, min. 77), Bellingham, Mbappé y Vinicius.

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Barcelona

Iñaki Peña, Koundé, Iñigo Martínez, Cubarsí, Balde, Casadó (Dani Olmo, min. 65), Pedri (Gavi, min. 87), Fermín (De Jong, min. 46), Lamine Yamal, Lewandowski y Raphinha.

  • Goles:
    0-1: min. 54, Lewandowski. 0-2: min. 56, Lewandowski. 0-3: min. 77, Lamine Yamal. 0-4: min. 85, Raphinha.

  • Árbitro:
    Sánchez Martínez (Comité Murciano). Amonestó a Casadó, Koundé, Iñigo Martínez, Vinicius, Iñaki Peña, Militao y Gavi.

  • Incidencias:
    Partido correspondiente a la undécima jornada de Liga, disputado en el Santiago Bernabéu ante 78.192 espectadores.

Compareció el Real Madrid con su medular más fibrosa, Lucas Vázquez ocupando el lateral derecho y una dupla ofensiva que atesora la capacidad destructiva de una bomba de hidrógeno, pero que este sábado hizo aguas. Envidó el Barça con el mismo centro del campo juvenil que impuso su ley ante el Bayern, Lamine Yamal y Raphinha perimetrando las bandas y Lewandowski comandando la vanguardia.

Dispuesta de esta forma la caballería, el partido tardó en salir trotón. Sucede muchas veces que cuando las expectativas se disparan, la realidad se encarga pronto de rebajar ánimos. Ocurrió así este sábado con una primera parte deslucida que preludió a un segundo tiempo en el que el Barça jugó a calzón quitado.

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El plan de batalla de Ancelotti resultaba diáfano: aprovechar la defensa adelantada del Barça para desplegar la catapulta y activar a sus velocistas. Nítido aparecía también el cuaderno de bitácora de Flick, que pasaba por cortocircuitar la salida del Real Madrid, robar lo más arriba posible y precipitar el torbellino ofensivo de los azulgranas.

Conlleva el valiente libreto que caracteriza al técnico del Barça un riesgo indudable al cavar la trinchera tan distante del área que custodia Iñaki Peña, pero sus soldados saben mantener alejada la pirotecnia manejando el fuera de juego con excelencia. Le costó burlar la línea al Real Madrid –ocho veces cayó en la trampa antes del descanso, incluyendo un gol anulado a Mbappé tras una picadita genial del francés, y doce en el cómputo total del partido- y cuando lo hizo, a sus delanteros les falló la puntería. Prefiere Ancelotti protegerse con un bloque bajo, lo que permitió al Barça cargar el área de forma más acompasada.

Repaso de Flick

Movió ficha tras el paso por la caseta Flick, que retiró a Fermín para alistar a De Jong y situar así de enganche a Pedri. Buscaba el teutón clarividencia en el último pase para un Barça que había ido ganando mando con el paso de los minutos y encontró pronto la luz que perseguía. No fue Pedri el encargado de pulsar el botón sino Casadó, que abrió en canal al Real Madrid con un envío milimétrico que Lewandowski, habilitado por Mendy, recogió para fusilar a Lunin. Volvió a hacer lo mismo el polaco dos minutos después, embocando esta vez con la testa un extraordinario centro desde la izquierda de Balde.

El doble castigo a un Real Madrid de nuevo contemplativo recordó mucho al que sufrieron los blancos el martes ante el Dortmund, aunque en esta ocasión se produjo frente a un rival de jerarquía incuestionable. La reacción de Ancelotti pasó por llamar a filas a Modric, una figura contracultural en este Madrid de mucho músculo y poco toque. Sacrificó con justicia para ello a Tchouaméni, de nuevo transparente. Todo lo contrario que Casadó, quien antes de dejar su puesto a Dani Olmo había impartido un clínic de corte y confección.

Empujó a la desesperada el Real Madrid, que estuvo cerca de recortar distancia en un mano a mano de Mbappé con Iñaki Peña, resuelto soberbiamente por el cancerbero culé, con un remate fallido de Bellingham a la salida de una acción a balón parado y con otro disparo de Mbappé, de nuevo abortado por el arquero. Pero fue el Barça el que aumentó, y de qué forma, la herida, aprovechando el desconcierto defensivo de los locales para sentenciar un clásico que pone al Barça en órbita y saca los colores al Real Madrid.

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