Las joyas dentales ‘Made in Murcia’ que lució Lamine Yamal en el Clásico

Las joyas dentales ‘Made in Murcia’ que lució Lamine Yamal en el Clásico

Jesús Fernández

Jueves, 31 de octubre 2024, 13:08

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Madrid. 26 de octubre de 2024. Estadio Santiago Bernabéu. 22.30 horas. Es la fecha, hora y localización exacta del momento del gol de Lamine Yamal al Real Madrid en el último clásico. A 400 kilómetros de allí, se encuentra Kiko Gálvez, un joven murciano que va a ver cómo el mejor jugador joven del mundo, en la celebración del tanto, se señala sus dientes, mostrándole al mundo unos ‘grillz’ que lleva enganchados a sus ‘brackets’ y la emoción hace acto de presencia: él es el encargado de haberlos hecho en su laboratorio de Molina de Segura.

El mundo del fútbol, la moda y el marketing van cada vez más cogidos de la mano. Atrás quedaron esas excepciones, y que sorprendían a muchos, como los cambios de looks repentinos de David Beckham o los peinados excéntricos de Djibril Cissé. Ya casi que no quedan futbolistas como Rodri Hernández. El reciente ganador del Balón de Oro es una clase de jugador en peligro de extinción que huye de la redes sociales, los tatuajes o cualquier atisbo de salir fuera de lo corriente. Incluso, juega con la camiseta metida por dentro.

Uno de esos ejemplos ocurrió este pasado sábado con el futbolista del FC Barcelona, Lamine Yamal. El joven de 17 años lució en sus ‘brackets’ unos ‘grillz’, o lo que es lo mismo, joyería para los dientes hecha a medida normalmente de colores metálicos con fines estéticos. En su caso, al llevar ortodoncia, se le puso unos del tipo ‘Hook crimpales’ personalizados con forma de estrella, logo de la marca de TwoJeys, promotor de la idea, con los colores blaugranas. Esta famosa marca de joyas, con más medio millón de seguidores en Instagram, contactó con Ofensa, una empresa murciana especializada en joyería dental manejada por Kiko Gálvez, un joven de 26 años, para que realizase el trabajo para el atacante español.

«A principios de octubre, TwoJeys se puso en contacto conmigo, porque yo estoy dedicado al diseño y producción de joyas para los dientes, en concreto a los ‘grillz’», nos cuenta Kiko Gálvez. Tras revisar todos los archivos necesarios, como el informe clínico de Lamine Yamal o un molde de su dentadura, él, casi sin creerlo, se puso a trabajar en la idea en su laboratorio de Molina de Segura. Al final, entre ‘brackets’ y ‘brackets’, situó dos estrellas, una azul y otra grana, imitando los colores del Barça.


Los ‘grillz’ de Lamine Yamal en el molde de su dentadura.


@Ofensa__


El viaje a la Ciudad Condal

El jueves 24 de octubre, a dos días del Clásico, Kiko arrancó su coche rumbo a Barcelona para estar presente en la colocación de su obra en la boca de Lamine Yamal. «Fueron 24 horas sin dormir. Me levanté a las cuatro de la mañana, seis horas de viaje, estuve trabajando en la clínica Autrán Dental junto a la doctora Claudia para que todo fuera lo más rápido y sin molestias para Lamine y, cuando todo salió perfecto, de vuelta a casa», dice el jefe de Ofensa. Cuando llegó el futbolista de 17 años, al principio «me temblaba la voz» de los nervios, pero es un chico «muy humilde y muy majo y, sobre todo, muy agradable, que me recordaba a mi primo pequeño» que incluso, nos relata Kiko Gálvez, que les llegó a confesar en ‘petit comité’ que «si marcaba, se señalaría la boca». Solo hubo un pequeño percance. El pico de las estrellas le rozaba, así que «tuvimos que ponerle un poco de protección en el labio para no le molestase a la hora de hablar o comer». Además, se le entregaron dos protectores bucales para el entrenamiento previo al partido.

Kiko se lleva de recuerdo una foto con el mejor futbolista joven del mundo, una camiseta firmada de la Selección Española, que se compró para la ocasión, y un abrazo de Lamine en el que le agradeció el trabajo y se lo calificó como «brillante».

Lamine Yamal cumplió su promesa. Marcó y se señaló la joya que lucía en sus ‘brackets’. «Fue un orgullo, vamos, increíble la sensación, todavía me acuerdo y se me ponen los pelos de punta», nos confiesa Kiko con una sonrisa en su cara. Fue el mejor punto y final posible para este proyecto, el mejor que «he hecho hasta la fecha» y que ya ha notado la repercusión en el Instagram de Ofensa donde «subió muchísimo» los seguidores.

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