Viernes, 1 de noviembre 2024, 15:53
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Tras una celebración importada como la de Halloween, que sigue cobrando fuerza en las calles año a año entre disfraz y disfraz, las distintas necrópolis o ‘ciudades de los muertos’ volvieron a llenarse de vida este Día de Todos los Santos, en un esfuerzo por mantener las tradiciones autóctonas. Así, miles de vecinos de Murcia se acercaron de nuevo este viernes tanto al Cementerio Municipal de Nuestro Padre Jesús de Espinardo como a los 33 camposantos de pedanías, sin que se registraran mayores incidencias.
Llegó este 1 de noviembre marcado por la meteorología en tres planos distintos, en el del hoy, en el del ayer y en el del más allá. El del hoy es el que se refiere al agradable tiempo del que pudieron disfrutar todos aquellos que, un año más, se acercaron a recordar y honrar a los que ya no están. Especialmente patente se hizo esta situación en el cementerio de Nuestro Padre Jesús, en el que la manga corta se dejó ver casi desde primera hora. «Unos años llueve y te mojas; otros hace un calor insoportable como para estar al sol, así que yo me traigo ya siempre el paraguas, que sirve para una cosa y la otra», señalaba Encarna, sentada en su silleta, a la sombra de este elemento y con una bolsa de patatas fritas lista para ser abierta. Unas calles más allá, una nevera en un carrito esperaba el inicio de un pequeño pícnic festivo, mientras que otros grupos de visitantes buscaban el confort térmico a la sombra de los árboles.
Lluvia con tierra, doble pasada
El segundo plano meteorológico, el del ayer, se encuentra referenciado al tiempo registrado en el municipio en los días previos. «Hasta el martes hubo poco movimiento por las precipitaciones y el viento, pero el miércoles desbordamos y casi tuvimos que cerrar la parte de arriba; aunque el jueves tampoco andamos mal de afluencia», explica Reme, empleada municipal del camposanto, demostrando que las visitas escalonadas al cementerio durante estos días se han convertido ya en un hábito.
Sin embargo, la nutrida afluencia registrada desde el miércoles tiene una segunda lectura en relación con la meteorología. «Hay quien ha venido más de una vez, ya que, aunque lo había dejado todo listo días atrás, se encontró con que la lluvia, que cayó con tierra, y las fuertes rachas de aire habían dejado las fosas poco presentables», añade Reme. Y prácticamente nadie quiere dar la impresión a causa de una tumba descuidada de que, llegadas estas fechas, no se acuerda de sus seres queridos. Contribuyen a lograr esta imagen embellecida las miles y miles de flores que se vieron este viernes bajar de coches y autobuses. Aunque siempre hay quien, tras poner un pie en el cementerio con las manos vacías, se acerca a los puestos instalados a las puertas del camposanto. «Este año vuelve a haber incertidumbre porque la gente lo deja para el último momento; además, todo el mundo está en otra cosa: en la catástrofe de la reciente DANA», comenta José Martínez, desde la Floristería Juan Simón.
Y este es, precisamente, el tercer plano en el que la meteorología ha marcado este 1 de noviembre, el del ‘más allá’ del municipio de Murcia y de la Región. Y es que no era raro escuchar, en cualquier rincón del cementerio municipal, una conversación relacionada con el drama humano que ha afectado a las comunidades autónomas vecinas. «¡Qué desastre! Hemos ido durante casi veinte años al camping de Letur y nos duele especialmente», cuentan Gloria, Fernando y la hija de ambos. «Mi marido es transportista de una cadena de supermercados y ya le han dicho que toca empezar a subir a llevar suministros», señala esta última.
«Un conocido mío de Valencia ha acudido a ayudar con la pala. ¡De la que nos hemos librado!», le comentaba Diego a Loli y Ricardo. No pudo tampoco el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, eludir la tragedia en la homilía pronunciada durante la misa que tuvo lugar en dicho cementerio. Quiso así el prelado«pedir a Dios por tanta desgracia y destrucción» y tuvo un recuerdo para las víctimas, pero también para los voluntarios que tratan de ayudar en unas circunstancias como estas. «Su labor y entrega es un ejemplo maravilloso; un testimonio de lo que es ser santo, olvidándote de ti y saliendo a ayudar a los demás», concluyó Lorca Planes. El cielo, en todos los sentidos, marcó el 1 de noviembre.
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Enlace de origen : El cielo marca el Día de Todos los Santos en Murcia entre el calor y el recuerdo a los fallecidos por la DANA
