Martes, 12 de noviembre 2024
‘Este es el núcleo’ (Galaxia Gutenberg, 2024) ha dado a Leonardo Cano (Murcia, 1977) el Premio Internacional de Novela Ciudad de Barbastro en su LV edición. Este miércoles, a las 20 horas, en la Sala de Catas de Estrella de Levante, en Espinardo (Murcia), está programada la primera presentación de una gira que le llevará por librerías e instituciones de todo el país para hablar de esta «apasionante fábula sobre la vocación de inmortalidad del ser humano y su inclinación autodestructiva», en palabras de Ignacio Martínez de Pisón, presidente del jurado del premio, formado también por Lara Moreno, Elvira Navarro, Inés Plana, Carmen Valcárcel y Carlos Zanón.
La novela acaba de llegar a los lectores con el respaldo de un premio que, según Leonardo Cano, licenciado en Derecho y Máster en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada Europea y profesor de escritura creativa en la escuela Club Renacimiento, tiene el prestigio ganado en 55 ediciones: «Yo me di cuenta de lo importante que había sido ganar al leer los cientos y cientos de mensajes que he recibido desde que se conoció el fallo de periodistas, críticos y otros escritores con los que no tenía tanto trato. Para mí ha sido un sueño poder publicar, además, en Galaxia Gutenberg». Este era el momento para esta obra que gira en torno a la inteligencia artificial y trata también el asunto de la polarización social. Siete años de escritura, ni más ni menos. «Y mientras tanto este mundo de las inteligencias artificiales ha explotado».
Cano empezó a bosquejar la trama, haciendo crecer los personajes en cada uno de los manuscritos que fue escribiendo, ganando con el paso del tiempo profundidad en las tramas. Lo que sí tenía claro desde el principio es la influencia de la tecnología en nuestras vidas. El protagonista es Pablo Alcubier, el primer hombre en transferir su mente al metaverso, en un mundo en el que las mujeres ostentan en exclusiva ese privilegio. Mientras espera que llegue el día de la inmortalidad, asistirá a una sesión para fijar los recuerdos, de su mujer y de su hija desaparecida, que se llevará con él. Hay que ubicarse en 2052.
«Me atrae mucho cómo la tecnología nos cambia, y cómo afecta a la sociedad. Pero no solo lo que tenemos en común, sino también cómo interfiere en la intimidad de las personas, en los afectos, y cómo la tecnología está potenciando la polarización, la lucha entre grupos políticos y grupos sociales, tanto es así que parece que hombres y mujeres seamos enemigos, que vivamos en una sociedad de enfrentamiento», percibe el escritor murciano. Mostrar las tensiones de la sociedad es algo que siempre ha estado, en realidad, presente en su literatura, y cómo afectan a los individuos, tratando de comprenderlos y huyendo de respuestas fáciles.
«Me atrae mucho cómo la tecnología nos cambia, y cómo afecta a la sociedad. Y no solo sobre lo que tenemos en común, sino también cómo interfiere en la intimidad de las personas, en los afectos, y cómo la tecnología está potenciando la polarización, la lucha entre grupos»
Leonardo Cano
Escritor
Tenía claro que Madrid iba a estar en el epicentro de la trama. Madrid como sede de corporaciones tecnológicas potentes. ¿Por qué le atraen tanto al narrador estos temas tan complejos de la inteligencia artificial? «Yo no me voy a meter en los algoritmos, ni soy matemático, ni informático, pero sí puedo hablar de cómo nos puede afectar la tecnología. En mi anterior novela, ‘La edad media’ (Candaya, 2016) [tres historias cruzadas en el tiempo, atravesadas por la ansiedad, el humor y la tragedia de las aspiraciones desbaratadas] eran los chats, los mensajes entre parejas y grupos, y ahora me interesa hablar de cómo nos han cambiado o afectado las redes sociales y la inteligencia artificial».
El catedrático de la UMU José María Pozuelo Yvancos se ha convertido casi en el sacerdote que bautiza todas las obras de Leonardo Cano, de hecho, la primera crítica de ‘Este es el núcleo’ la firmó Pozuelo hace apenas unos días en ABC, donde se atreve a calificarla de «fundacional». «El autor murciano asume el riesgo de plantear una utopía fechada en 2052, creando un artefacto narrativo excelente, equiparable al que se dio en con la película ‘Ex machina’ de Alex Garland», escribe Pozuelo. «Cuando hizo la primera crítica de ‘La edad media’ ya me sorprendió, le vino muy bien a esa novela, y ante lo que dice de ‘Este es el núcleo’ no puedo más que ser agradecido y darle las gracias».
No es una novela tocho. Se nota que Leonardo Cano lo ha abreviado. ¿Reciclará en algún momento los restos del naufragio? No lo descarta. «En la escuela de escritura hablo mucho con los alumnos de la intensidad, de que las novelas y los relatos deben contener unas cuantas ideas potentes, y para potenciar hay que separar el grano de la paja. Como llevo tanto tiempo escribiéndola, esta novela podía ser casi el doble, y me di cuenta de que apuntaba a muchos temas que no me interesaban tanto, que le restaban brillo a los que eran verdaderamente importantes. Por eso ha llevado un trabajo de poda importante. La estructura final era la perfecta para contar lo que quería contar».
Dice Leonardo Cano que «ese mundo que planteo sin amor es gris, desasosegante, muy frío. Hoy lo es, pero en el futuro lo será todavía más»
¿Qué espera que le digan los alumnos de esta novela? ¿Serán los verdaderos críticos sus propios discípulos? Uno de ellos, el filósofo Antonio Garrido, ha sido de los primeros en atreverse a valorar la obra del maestro: «’Este es el núcleo’ es una novela sobre el recuerdo que seremos mientras haya aliento. Aquí el empeño está en el orden. El orden que mantiene una de nuestras mayores y más queridas ficciones: que somos un yo. Todas las veces que he oído despreciar la condición humana con expresiones del tipo «no somos nada más que…» se han juntado en este texto para reafirmar mi fe de que esa es la gracia: no ser más que… y, sin embargo, ser y serlo espléndidamente. Una historia de la inmortalidad sugerida por Frank Typler hace años. Una inmortalidad perseguida por los brujos modernos: Musk o Thiel». Diez para Garrido.
«Los alumnos de la escuela [en Club Renacimiento también son profesores de escritura Miguel Ángel Hernández, Ginés Sánchez, Cristina Morano y Elvira Navarro] son grandes lectores. Yo no espero gustar a todo el mundo, eso es un ‘desideratum’, pero sí espero que le guste a los grandes lectores, a los que están acostumbrados a leer buena literatura. Cuando uno explica y da clases siempre tiene una visión de la literatura, y a mí me gusta explicar eso, no una visión canónica ni dogmática, creo que lo bueno de nuestra escuela es que tiene cuatro o cinco visiones diferentes», cuenta a LA VERDAD.
En los años 80, siendo Leonardo Cano un niño con el mundo por descubrir, tuvo conocimiento de las primeras historias de seres que ansiaban la inmortalidad, tal vez Julio Verne podía ser un antecedente. Pero reconoce que nunca ha sido buen lector de literatura de ciencia ficción. «Sí he visto muchas películas, y más cercanas se me vienen a la mente obras de Christopher Nolan, ‘Her’, ‘Olvídate de mí’, ‘Interstellar’ y ‘Ex Machina’… con las que a veces he especulado sobre cómo sería un futuro en el que la inteligencia artificial sea extrema y vislumbrar cómo funcionarían en el futuro los problemas de polarización de hoy». «Me pregunto, por ejemplo, qué pasará cuando en el futuro las mujeres no necesiten gestar en su interior sino en unas ‘baby bags’ como en la novela. Puede que en un futuro, en pos de la procreación, ya no nos necesitemos. Creo que las tecnologías podrían separarnos todavía más».
En la novela se muestra que en el futuro el amor no existe, es solo una ficción de nuestra mente, una imaginación tuya. ¿Acaso ese mundo sin amor no es el que vivimos ya? Dice Leonardo Cano que «ese mundo sin amor es gris, desasosegante, muy frío. Hoy lo es, pero en el futuro lo será todavía más». ‘Este es el núcleo’ especula también con la posibilidad de que el clima pueda ser articulado por las inteligencias artificiales. El centro tecnológico que crea un algoritmo revolucionario que revoluciona la vida humana en la trama está, de hecho, ubicado en la plaza de Sol, totalmente techada, y con un bosque tropical creado, «todo artificial pero que parece muy natural». Cada vez más todo parece «jugable», esa «jugabilidad», no confundir con «junglabilidad», advierte Leonardo Cano, hace que incluso los ambientes de trabajo de ciertas empresas hoy guarden parecido con parques infantiles. «¿No crees que hay una especie de infantilidad de los espacios urbanos?», se pregunta. «Quizás para que cuando salgamos de casa, de ese metaverso, de ese videojuego, la realidad también nos parezca un videojuego».
Un escritor lento
Han pasado muchos años desde que ganó el Premio Creajoven de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. ¿Se ha convertido Leonardo Cano en el escritor que quería llegar a ser? «Con mi hermano Raúl, el mediano [el pequeño es el periodista David Cano, también escritor, su última novela es ‘Once’, en Balduque], yo recuerdo jugar escribiendo historias. También gané un concurso de microrrelato en la Ser. Siempre pospuse la escritura, quería escribir una novela, pero primero tenía que sacarme Derecho, luego aprobar la oposición [es funcionario en excedencia del Ministerio de Justicia], luego tener un trabajo… y claro, no es fácil escribir y trabajar en otras cosas. Creo que necesitaba madurar para escribir una novela».
Esa novela que tenía en mente esos años fue ‘La edad media’, y ha seguido escribiendo. «Yo creo que soy un escritor lento. Me atraen los músicos y los artistas lentos. Cuando alguien que me atrae tarda años en sacar un libro, un disco o una película, la impresión que me da es que debe ser muy bueno, que ha trabajado mucho en ello».
Según Elvira Navarro, ‘Este es el núcleo’ es «una novela intrépida y bárbara sobre la intromisión de la inteligencia artificial en los afectos más íntimos, con una voz poderosísima en la que se encarna la deriva del mundo actual y el viejo afán de ir más allá de los límites humanos». Leonardo Cano no pone ni un pero a esta afirmación. «Esta novela ya ha tenido suerte ganando el Premio Internacional de Novela Ciudad de Barbastro, ahora lo que espero que llegue a los lectores y que esa mirada sobre el futuro de nuestra vida pueda interesar a la gente».
¿A qué tiene más tendencia: a la inmortalidad o a la autodestrucción? «A partir de los 40 hay que cuidarse. Tenemos vocación de perdurar, y ahora hay muchas corporaciones tratando de alargar un poco más la vida de los seres humanos. Yo lo que quería es reflexionar sobre la inmortalidad y la transferencia mental. En ese futuro, las mujeres tienen el privilegio de cuando llegan a mayores o están enfermas guardar sus recuerdos o transferirlos antes de pasar a una vida definitiva en el metaverso. Esos seres artificiales podrán ser ellos mismos, pero sin cuerpo, solo con un avatar. Pablo Alcubier, por una serie de avatares, será el primer hombre que tendrá acceso a ello. Es una inmortalidad un poco artificial, se llama la vida definitiva, que es totalmente digital, aunque conservamos nuestra mente y nos recuerdos. Me pareció interesante esa idea». Un escenario que nos lleva a 2052, un futuro más o menos inminente. «Treinta años pueden ser muchos para la evolución», sospecha. «Está claro que la inteligencia artificial nos superará».
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Enlace de origen : Leonardo Cano y la promesa de la vida eterna: «Puede que en un futuro, en pos de la procreación, ya no nos necesitemos»