Trump vuelve a Washington

Trump vuelve a Washington

Mercedes Gallego

Corresponsal. Nueva York

Miércoles, 13 de noviembre 2024, 21:41

En 2021 se fue en helicóptero, de mal humor, sobrevolando el Capitolio que sus huestes habían tomado dos semanas antes para impedir la certificación del hombre que en ese momento juraba el cargo sobre la escalinata. El mismo que ayer le recibió amablemente para extenderle la cortesía de una transición pacífica, de la que él le había privado.

Los protagonistas de este capítulo de la historia que se cierra en círculo, Donald Trump y Joe Biden, se fotografiaron sonrientes en el Despacho Oval para enterrar el hacha de guerra por el bien del país. Biden le esperó con la chimenea encendida y el busto de Bobby Kennedy sobre su hombro, pese a que su hijo sea el primer miembro del clan de Massachusetts en cambiar de bando y contribuir a la derrota de un demócrata.

Trump ha demostrado muchas veces ser un mal perdedor, pero su ego se calma con las victorias y los halagos. «Felicidades», le saludó Biden. «Nos aseguraremos de que tengas todo lo que necesitas para una transición fluida». Sobrecogido una vez más por los símbolos del poder, Trump parecía más dócil que nunca, sentado en esa oficina que pronto volverá a ser la suya. «La política es dura. Y, en muchos casos, no es un mundo muy agradable, pero hoy sí lo es», agradeció, a su manera.

La reunión fue «muy bien», confirmaría después al diario ‘New York Post’. «Le pedí sus opiniones y me las dio». Se refería en particular a su visión sobre el conflicto de Oriente Medio, que ha prometido terminar antes incluso de tomar el poder el 20 de enero. Trump ha rechazado recibir los briefings diarios de inteligencia que tanto le aburrían, con el argumento de que no quiere que se le acuse de filtrar material clasificado, pero recibió el sumario a través de Biden.

Dos horas

Como ya ha sido ocupante de la mansión, no necesitaba la visita guiada ni instrucciones de cómo actuar ante el protocolo. Aun así, el encuentro duró dos horas, en comparación a los 90 minutos del primero con Barack Obama. Entonces el presidente creyó que, acabada la campaña, Trump aparcaría la retórica nihilista y podría ser un hombre razonable, por lo que le pidió que respetase las principales bondades de la reforma sanitaria y el pacto antinuclear con Irán.

Trump rescindió este último e intentó en más de 70 ocasiones desmantelar la Ley de Atención Sanitaria Asequible (ACA). Si sobrevivió, fue porque el propio senador John McCain, moribundo de cáncer, salió del lecho para dar un poderoso discurso y emitir el voto que la salvaría, hasta ahora.

En su segundo mandato Trump cuenta con la mayoría de su partido en ambas cámaras y una sumisión sin precedentes. «Tenemos que abrazar su misión, sus objetivos, y todo aceptar cada palabra que diga», declaró el congresista tejano Troy Nehls, tras reunirse con su líder. «Si Donald Trump dice: ‘salta desde un metro de altura y ráscate la cabeza’, todos saltamos desde un metro de altura y nos rascamos la cabeza».

La Cámara de Representantes, que ya se presumía desde la noche electoral en manos del Partido Republicano, cayó oficialmente ayer en su marcador por la mínima, 218 escaños frente a los 208 de la oposición demócrata. En el Senado, donde se elegía un nuevo líder por primera vez en dieciocho años, la votación secreta arrojó un resultado ligeramente distinto al que expresan los legisladores frente a las cámaras que Trump puede estar viendo.

Tres aspirantes

Tres senadores aspiraban a sustituir a Mitch McConnell, al que Trump nunca ha perdonado que apoyase su segundo impeachment tras el asalto al Capitolio, pese a que fue McConnell quien le dejó escapar, conminando a su partido a votar en contra con el argumento de que ya le quedaban pocos días en el cargo y debía ser la justicia quien se encargara. Al final, no ha sido un juicio en los tribunales, sino en las urnas, el que ha acabado con los casos abiertos contra él por incentivar la insurrección para mantenerse en el poder, en el que más de 75 millones de estadounidenses le han absuelto.

McConnell anunció que renunciaría al liderazgo del Senado en marzo, cuando se supo que Trump había ganado las primarias. Trump no ha querido apoyar públicamente a ninguno de los tres candidatos a sucederle, pero sí lo hizo su nuera Lara Trump en favor del senador de Florida, Rick Scott. El hecho de que cayera en la primera ronda, con solo 12 votos, es testamento de que, cuando no tienen miedo a su venganza, los senadores republicanos apuestan por una línea más tradicional.

El hombre al que han elegido para liderar la Cámara Alta es John Thune, quien fuese segundo de McConnell entre 2019 y 2021, pero que, como otros, se ha entregado a Trump en los últimos tiempos. «Vamos a asegurarnos de que el presidente y su equipo tengan las herramientas y el apoyo que necesitan para hacer cumplir las leyes de seguridad fronteriza y expulsar a los criminales violentos que están causando estragos», prometió ayer.

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