Ana de Dios
Sábado, 16 de noviembre 2024, 10:45
Con el paso del tiempo y los lavados frecuentes, es común que las toallas pierdan esa suavidad que tenían recién estrenadas. Sin embargo, este desgaste no es solo el resultado del uso, ya que otros factores como el tipo de agua (especialmente si es agua dura, con alto contenido de carbonatos), la fricción durante el lavado y el secado a altas temperaturas también influyen en que se vuelvan ásperas y menos absorbentes.
Para mantener la suavidad de tus toallas durante más tiempo, los expertos sugieren seguir ciertas pautas que pueden prevenir o, al menos, ralentizar este deterioro. Por ejemplo, es recomendable lavar las toallas por separado, ya que mezclar prendas con texturas distintas puede generar fricción y deteriorarlas más rápidamente. Además, es preferible utilizar agua fría para evitar que las fibras se endurezcan, y emplear una cantidad moderada de detergente, ya que un exceso puede apelmazar las toallas y restarles esponjosidad.
Otra de las claves es evitar el secado a altas temperaturas, tanto en la secadora como al aire libre, ya que el calor intenso puede dañar las fibras. También se recomienda no planchar las toallas, y agitarlas suavemente tras cada lavado para ayudar a que recuperen su forma original.
El truco para recuperar su suavidad
Si a pesar de estos cuidados sientes que están ásperas y has considerado reemplazarlas, antes de tirar la toalla -nunca mejor dicho-, debes saber que existe un truco sencillo que puede restaurar su suavidad utilizando dos productos fáciles de conseguir: vinagre y percarbonato de sodio. Este consejo lo ha compartido Diego, ingeniero químico y creador del perfil de Instagram Renovando con Ideas, quien explica que la rigidez en las toallas suele deberse a la acumulación de detergentes y minerales en las fibras.
El proceso es bastante simple. Primero, sumerge las toallas en una mezcla de agua tibia y vinagre, utilizando una taza de vinagre por cada cinco litros de agua. Déjalas en remojo durante aproximadamente una hora. El vinagre actúa como un suavizante natural, eliminando los residuos acumulados en las fibras y devolviéndoles flexibilidad.
Después del remojo, lava las toallas en la lavadora, pero esta vez utilizando solo una cucharada de detergente y añadiendo 30 gramos de percarbonato de sodio. Este producto, conocido por sus propiedades quitamanchas, también contribuye a eliminar los residuos y a restaurar la suavidad de las telas. Selecciona un ciclo de lavado a 40 grados.
Una vez que termine el lavado, es importante sacudir bien las toallas para que recobren su forma esponjosa. En cuanto al secado, es fundamental evitar la exposición directa al sol, ya que puede endurecer las fibras. Si decides secarlas al aire libre, asegúrate de darles la vuelta cada dos horas para que se sequen de manera uniforme.
Si tienes una secadora, puedes mejorar el resultado introduciendo entre cuatro y cinco pelotas de tenis o bolas especiales para secado junto con las toallas. Estas pelotas ayudan a distribuir el calor de manera uniforme y a esponjar las fibras. Eso sí, es importante no secarlas en exceso, ya que un secado prolongado puede volverlas rígidas nuevamente.
Siguiendo estos sencillos pasos, no solo podrás devolverle la suavidad a tus toallas, sino también prolongar su vida útil, evitando así tener que reemplazarlas antes de tiempo.
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Enlace de origen : Descubre cómo devolver su suavidad original a las toallas con solo dos productos