Torombolo, un nuevo restaurante en Murcia con platos resultones

Jueves, 21 de noviembre 2024, 00:11

| Actualizado 01:51h.

El alquiler del local, el traspaso, los sueldos, la terraza y cien mil cosas más ha hecho, bajo mi punto de vista, que Torombolo vaya un pelín alto de precio si obviamos que estás en la mismísima plaza de la Cruz con el lateral de la catedral a veinte metros. Si tenemos en cuenta la cercanía con la catedral, el precio es más justo. No sé si me explico. Digamos que tiene el plus económico que los turistas asumen con agrado.

En cuanto al local, el interior es muy confortable, con grandes ventanales y mesas y sillas adecuadas. Aunque, teniendo las mesas en la terraza, me salgo para ver pasar la ‘procesión’. Correcto servicio de sala, con algunos momentos faltos de información por el poco tiempo que llevan funcionando, pero agradables en todos los casos.

En cuanto a la carta, encontramos un resumen de platos resultones que se han puesto de moda desde hace unos años y que en Torombolo dan un giro de tuerca haciéndolos suyos, combinados con otros más tradicionales como por ejemplo, hueva y mojama, jamón ibérico, tabla de quesos o anchoas. De los ‘hits’ más conocidos, pata de pulpo con puré de chirivía, queso parmesano y aceite de chile; calamar nacional con ensalada exótica y salsa satay; ceviche; tartar de atún con gazpacho verde y helado de wasabi; parpatana de atún, panipuri de aguacate y atún o costilla de rodaballo con crema baba ganush, hortalizas de temporada y pipirrada. Como se puede ver, buena intención y tino para hacernos salivar.

Empiezo por el panipuri que, además de recordarme al que ofrece desde hace años Taúlla, viene sobre una mahonesa de kimchi que tapa un poco el sabor. El atún de encima ha pasado por la plancha y un poco de cebolla encurtida corona el plato.

Un caballito interesante

Bastante interesante encuentro el caballito, donde la gamba, en vez de rebozada, viene envuelta en una hoja de albahaca y masa brick, quedando crujiente y lo suficientemente original como para querer repetir. El tartar de atún llega a mi mesa bien condimentado y las proporciones son generosas. Evitaría el gazpacho verde que no creo que aporte demasiado, la verdad. Sí que me gusta mucho las rebanadas de pan de algas tostadas que llegan con el plato para que nos hagamos barquillos con el atún. Un buen detalle. Y para terminar, dos buenos platos de carne a la brasa. Mollejas al verdeo y un entrecot con verduras al wok. Ambos platos perfectamente cocinados y muy recomendables, especialmente las mollejas, que tan complicadas son de ver en las cartas de la capital.

Termino con una mejorable pavlova con relleno de caramelo y sirope de frutos rojos y con la sensación de que Torombolo va a afinar muy pronto ciertos detalles que le restan un poco en la experiencia para que vayamos todos a comer cerca de la catedral a ver pasar a media Murcia de un lado para otro.

William Abrego

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