Viernes, 22 de noviembre 2024, 01:27
Su trayectoria ACB se reduce a siete minutos y medio, suficiente pasar a los anales como un jugador «con el 100% de acierto en tiros», se enorgullece entre risas Gustavo Pallarés (Murcia, 1974). Su historia es de las que en la NBA se conocen como ‘tazas de café’, la de los jugadores que participaron en exactamente un solo partido en la liga, en este caso la ACB.
Fue el 3 de enero de 1993 en el vetusto Palau Sacosta de Girona, donde un Júver que «la verdad, iba regular» visitaba a un Valvi que le pasó por encima. «Ya en el tercer cuarto íbamos perdiendo por más de 20 puntos, pero cuando Felipe Coello me dijo de salir miré a los lados para asegurarme de que me decía a mí», recuerda Pallarés del pico de su carrera. «Pero la verdad es que no salí nervioso, tenía 19 años, pero me apetecía». Y, a la primera, diana. «El primer balón que tuve lo lancé y lo metí», cuenta el murciano, no sin reconocer que en defensa no le fue tan bien. «Estaba intenso en línea de pase, a ver si podía robar un balón e irme a hacer un mate, pero Dusko Ivanovic me hizo una puerta atrás y aún le estoy buscando», comenta sobre el mítico entrenador montenegrino, 17 años mayor que él y que, en el crepúsculo de una carrera que contaba con dos Copas de Europa, terminó aquel partido con 33 puntos.
No dio para mucho más la trayectoria de este entonces muy joven Gustavo Pallarés. «Al día siguiente Felipe Coello presentó la dimisión, llegó Moncho Monsalve y, con él los refuerzos, y ya dejamos de subir los juniors». Al terminar esa temporada tuvo una oferta del Burgos de EBA, entonces la segunda división, pero escogió los estudios y una trayectoria laboral más estable. De aquel día quedan ese 100% de efectividad y las anécdotas. «Quique Villalobos (ex del Madrid y la selección) me dijo ‘fíjate, has hecho mejor estadística que yo, que he jugado 16 minutos’», cuenta como recuerdo agradable en viaje de caras largas por la dura derrota.
El profesionalismo había sido descartado, pero nunca muerta la ilusión. No para alguien que empezó a jugar «cuando no había ni pabellón» en la Alquerías en que se crió. Llegó al CB Murcia por una ‘operación altura’ cuando era «un niño regordete» y, terminada su etapa en el club con ese paso por la ACB, se recorrió la Región. «Al año siguiente estuve en Archena en Primera B, una liga muy fuerte, recuerdo jugar contra Roberto Dueñas». Primera parada de un viaje que pasó por Molina, Lorca y Mazarrón, «en la época de grandes presupuestos» y, sobre todo, por una Cartagena en la que se estableció y donde vive dedicado a su empresa de importación de acuariofilia.
Allí sigue jugando a sus 50 años, cumplidos el pasado mes. Lo hace en el 2ª División del Sierramar, habiéndose bajado dos categorías desde el año pasado, que compitió en EBA «como el más veterano de toda España» con el Estudiantes de Cartagena, con el que ascendió en 2023 desde 1ª División en una final muy especial. Enfrente estaba el Real Murcia y, en sus filas, su sobrino Jonathan, 28 años menor que él, que sufrió en sus carnes la exhibición de su tío en la segunda parte. El Murcia llegó a tener 19 puntos de ventaja, pero los cartageneros remontaron con Pallarés pasando de una sola canasta en la primera parte a terminar con más de 20 puntos. Jonathan, hoy en el CB Beniel donde juega con su segundo apellido Pallarés a la espalda en honor a su tío, y donde es segundo entrenador Vicente, hermano de Gustavo, asistía a lo que sabía que pasa «cuando se le enciende la bombilla», resume. «Es increíble, yo le tengo en un pedestal», cuenta el sobrino, que recuerda que «acabamos desquiciados con su tiro de media distancia y triple».
Después de cada partido entre tío y sobrino había cena. Y pique. «Que si había metido más puntos que yo, que si habían ganado…». Y el tío ríe, claro. «Me meto mucho con él, le doy mucha caña», admite.
Nueva ilusión
Con 50 años, no hay final a la vista. «Me encuentro bien físicamente, así que, ¿por qué no?». Secreto no hay. «Nunca he tenido una lesión grave y nunca me he cuidado excesivamente, así que ya no creo que empiece», ríe. Para él, cada año jugando con chavales de 18 años supone «un reto». Pero este fin de semana es turno del MAMBA y, con él, de una nueva ilusión. Ha pasado de la categoría +45 a la de +50 y, de golpe, de ser el mayor cada fin de semana a, ahora, ser el más joven.
Este fenómeno del baloncesto de veteranos le hace «sentir un junior». Y es que, en el baloncesto convencional, «cuando llegas a los 30 años ya has perdido el contacto con muchos jugadores que conoces desde niños, y esto ha servido para unirnos y recordar cuando éramos jóvenes», valora Pallarés, que ha hecho «un montón de viajes con el equipo». Que si Europeo de Málaga, Mundial de Finlandia, torneos en Venecia, Malta, Irlanda… «Casi me ilusiona más jugar estos torneos internacionales, que hacerlo federado«. Arranca el MAMBA y el benjamín de +50 está listo.
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Enlace de origen : Gustavo Pallarés, con cuerda para rato: de jugar en ACB con 19 años a ser el más veterano de EBA