Sábado, 23 de noviembre 2024, 18:53
Pasadas las cinco de la tarde en España (tres más en Azerbaiyán), las puertas del plenario principal del Estadio Olímpico de Bakú se abrieron para recibir a las delegaciones. Un encuentro convocado sin aviso ni a propios ni a extraños, según las caras que se veían al entrar al salón. «Es la recta final, los ojos de todo el mundo nos están vigilando y ninguno quiere irse de Bakú sin un acuerdo satisfactorio», espetó Mukhtar Babayev, presidente de la COP29.
Tras unas breves palabras de bienvenida, el dirigente azerí comenzó una larga y tediosa aprobación de procedimientos clásicos en las cumbres climáticas. A golpe de mazo, una tras otras iban siendo aprobados, entre ellos los polémicos mercados de carbono, un mecanismo a través del cual los Estados y empresas pueden vender o comprar derechos para seguir emitiendo CO2. «Son una falsa solución que usará la industria de los combustibles fósiles, permitiéndole compensar las nuevas emisiones que siga haciendo», alertó An Lambrechts, experta en Políticas de Biodiversidad de Greenpeace Internacional.
Al otro lado del estrado, los delegados de las partes se miraban asombrados sin entender nada de lo que estaba ocurriendo. Tras una hora de «no hay objeciones, está aprobado», el tono cambió y la sesión quedó suspendida. Como una saga de Hollywood: «Continuará…»
El reloj de la COP29 acumula casi 1.800 minutos de tiempo extra, lo fácil ya está aprobado pero queda lo complicado. «Seguiremos negociando toda la noche», coinciden todas las delegaciones, aunque parece ser lo único que les une porque las posiciones en los temas más espinosos apenas se han acercado un centímetro, quizá se han separado.
Horas antes de que Babayev llamara a los países a capítulo, la Alianza de Pequeños Estados Insulares (Aosis en inglés) se levantó de la mesa y lo hizo porque «discusiones del objetivo global de financiación (NCQG, por sus siglas en inglés) no ofrecen una manera progresiva de avanzar». Desde el viernes no se ha conocido ninguna propuesta oficial, la página de documentos de la CMNUCC está vacía como los expositores de comida en el recinto oficial de Bakú.
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Hasta el momento solo se conocen las filtraciones que se escapan en las salidas de las delegaciones. El último rumor que ha recorrido las entrañas de la COP29 ha sido los 300.000 millones de dólares que han puesto sobre la mesa los países desarrollados, 50.000 millones más. «Los 300.000 millones son insuficientes», apuntan fuentes consultadas por este periódico. «Además, no se tiene en cuenta la inflación», añade Javier Andaluz, portavoz de Ecologistas en Acción. El G77+China está negociando un suelo de medio billón, aunque esa cifra sigue siendo considerada escasa por los países más desfavorecidos.
El elefante en el estadio
Si la financiación climática no avanza, el Diálogo de EAU parece retroceder. Si el NCQG enfrenta el Sur Global, los países en desarrollo, con el Norte Global, los estados desarrollados, este punto lo hace con Arabia Saudi contra el resto.
Al menos así se desprende de los informes diarios emitidos por el servicio Earth Negotiations Bulletin, que tiene acceso especial a las salas de negociación en Bakú. Según sus apuntes se registran al menos hasta cinco casos de obstruccionismo en la bautizada como «transición justa». Desde el minuto 1, los representantes de Riad y sus aliados intentaron dejar este concepto fuera de la agenda de negociación.
A Bakú se le está poniendo cara de Copenhague y también de Cali. Se parece a la primera porque fue la última vez que el tema central era el dinero y esa COP15 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) se sumó a la lista de fracasos. Y se asemeja a Cali, porque es el fiasco más reciente con apenas unas semanas de antigüedad.
En Dinamarca se logró el objetivo global de financiación de 100.000 millones de dólares que caducó en 2020 y se alcanzó sólo en 2022. Un acuerdo que no contentó ni a la sociedad civil, ni tampoco a los países en desarrollo. En Colombia, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad 2024 (COP16) cerró la cita de forma abrupta porque en el plenario final no había el suficiente número de países para lograr un acuerdo. ¿El tema pendiente? La financiación de la protección de la biodiversidad.
Los textos llegaron tarde, las negociaciones se alargaron tarde y noche y los vuelos de los países más pobres salieron. «Nosotros no tenemos la capacidad financiera de otros países», denunció la negociadora de Fiji, Michelle Baleikanacea, presente en aquella cumbre. Y estos son los miedos en las últimas horas en Bakú. «Estamos haciendo todo lo posible para tender puentes literalmente con todos. No es fácil, ni en materia de financiación ni de mitigación», admitió el comisario de Acción por el Clima de la UE, Wopke Hoekstra.
La COP29 se celebra sobre el verde de un estadio, aquí no hay opción de penaltis. Este partido es lo más parecido a un playoff de la NBA a vida o a muerte. Win or go home (gana o a casa, en español), que dirían los estadounidenses.
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Enlace de origen : La COP29 se acerca al abismo entre espantadas, bloqueos y un cierre de cumbre por partes