Un vicio navideño

Un vicio navideño

Joan Belda

Asesor y sumiller. Profesor de Sumillería de la UCAM

Jueves, 28 de noviembre 2024, 01:20

Ahora que tenemos tan cerca de nuevo las fiestas navideñas y tantos momentos de celebración, parece que Champagne toma más nombre, más importancia y más sentido si cabe. Champagne es sinónimo de glamour y es la única bebida que se ha extendido más allá de la región, la clase social o el momento en el que se descorche. La región de Champagne tiene un clima y suelos únicos, que supieron hacer de la adversidad una virtud y el estilo de vino más famoso a nivel mundial. Con suelos formados por conchas marinas fosilizadas, consta de 30.000 hectáreas y 16.000 propietarios. Hay que diferenciar entre las grandes casas, que concentran el 70% de la de la producción y el 10% del viñedo, y los pequeños viticultores que han ido tomando importancia en los últimos años.

Nos encontramos en Côte des Blancs, en Cràmant, cogollito de los mejores vinos, con la uva chardonnay haciéndolos más finos y delicados. Este champagne es el top de la bodega familiar, una bodega ligada al carácter del suelo y la añada. Se comercializa a los 10 años de maduración, pasa por barrica con maloláctica y luego pasa a embotellarse con una mezcla de levaduras, azúcar y bentonita, un compuesto volcánico que aglutinará los restos de la segunda fermentación y que dejará después de su crianza el champagne limpio y cristalino. En sus largos años de reposo se desarrollan el carácter de la autolisis con las notas características de mantequilla y manteniendo la frescura del suelo calizo la acidez y el nervio en boca.

Diebolt-Vallois Fleur de Passion

El degüelle se hace de forma manual y se le añade el licor de expedición con un toque apenas perceptible de azúcar, rozando los 6 gramos por litro que acentúan el carácter vicioso del champán.

Cuando uno abre esta botella, queda perplejo. Un primer acercamiento nos lo dan las notas de flores blancas, cítricos amarillos y manzana ácida, para seguir con la majestuosidad de las notas de mantequilla de la buena, toques ahumados y sensaciones cremosas en boca.

La burbuja es fina, delicada, persistente y juguetona, medida al milímetro para mantener la viveza e invitar al siguiente sorbo. Las sensaciones cítricas seguidas de las cremosas para terminar con ahumados y flores te llevan al siguiente sorbo y así sucesivamente. Este es un champagne que podría tomarse con unos huevos benedict o con blinis y caviar a las 10 de la mañana, así como acompañar un lenguado a la menier a mediodía o un buen jamón ibérico a media tarde. O simplemente con una buena compañía a cualquier hora, en cualquier lugar. El placer del vicio, de lo efímero, de la fiesta, del glamour. Sentirse reyes por un momento, rejuvenecer con la sabiduría adquirida. Un sorbo de juventud. Pruébenlo, no se arrepentirán.

  1. Descubrimiento de la semana

    De Nariz Zero Dosage


De Nariz Zero Dosage


De Nariz Zero Dosage

He aquí un pequeño tesoro. Pedro Martínez, Nariz de Oro y amante del vino y la gastronomía, redondea su oferta de vinos con este espumoso elaborado con monastrell en su base y trepat. Procedente de suelos calizos cercanos al Mediterráneo, con una crianza de 2 años en botella y sin licor de expedición, ha añadido este cava muy gastronómico que funciona muy bien no solo con aperitivos sino con alta gastronomía como la ostra en escabeche con patata maxime que servimos en El Baret. A la vista, color rosa pálido seductor, limpio. En nariz, sutiles toques de flores rojas, cítricos y toques salinos. En boca, burbuja fina, delicada, persistente y fresca. Una fiesta de sensaciones que invitan al trago, a compartir. Un placer efímero para estos días que se acercan en compañía de familia y amigos sin que nos duela el bolsillo o para regalar, incluso a uno mismo… Disfrútenlo

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