Domingo, 8 de diciembre 2024, 07:58
Aún quedan varios meses para que los motores vuelvan a rugir en MotoGP y los pilotos apenas llevan unos días de descanso, pero las vacaciones no están siendo del todo placenteras para Pedro Acosta. Tras un primer año notable en el Campeonato del Mundo de motociclismo en el que marcó un gran ritmo, se acomodó pronto a la exigente parrilla de la máxima categoría, se subió alguna que otra vez al podio y llegó a competir por la victoria a bordo de su RC16, parecía que el regreso al equipo oficial de KTM iba a ser un argumento más que le hiciera afrontar un segundo año con la esperanza y la ilusión de luchar por sus primeras victorias. Pero parece que la vuelta a casa no ha traído toda la felicidad que él esperaba.
La marca austriaca [KTM] atraviesa graves problemas económicos y está en uno de los peores momentos de su historia a nivel financiero, lo que podría afectar al desarrollo del equipo MotoGP y, con ello, a la evolución de la moto del piloto de Puerto de Mazarrón. La compañía se ha declarado insolvente y está castigada por unas deudas de miles de millones de euros que le han obligado a acometer una reestructuración que ha paralizado por el momento los avances previstos en los vehículos. No hay dinero en la caja para mejorar la moto de Acosta y eso no entraba en los planes del Tiburón. Hay malestar y preocupación en el entorno del mazarronero, que ya confesó en el primer test en Montmeló hace poco más de dos semanas que la escudería debía «encontrar algo que haga que los controles no trabajen mal y que la moto no sea lenta y gire». Unas peticiones que quizás han encontrado respuesta ahora y no invitan a ser optimistas.
Intocable
Por su parte, KTM pisó el acelerador en esta ocasión para lanzar un mensaje de tranquilidad a sus pilotos oficiales: Pedro Acosta y Brad Binder. Desde la marca se apresuraron en confirmar que ambos serán la cabeza visible del equipo en MotoGP pase lo que pase y le pese a quien le pese. Que son intocables, en otras palabras. La escudería quiere calmar las aguas y evitar que Acosta, uno de los mayores talentos del paddock, oiga cantos de sirena desde otros box. El proyecto de KTM en la máxima categoría seguiría adelante, pero habría que apretarse mucho el cinturón, algo que solo hace crecer las dudas en el piloto de Puerto de Mazarrón.
Y a río revuelto, ganancia de pescadores parece que han pensado algunos. Según el medio especializado en el mundo del motociclismo GPOne, Ducati estaría al tanto de la situación que atraviesa la marca austriaca y podría aprovechar la ocasión para seducir a Pedro Acosta, lo que sería un golpe sobre la mesa de la escudería italiana, que podría hacerse con uno de los pilotos del futuro para volver a liderar la categoría reina. Tanto es así, que la compañía se habría puesto en contacto con el mánager de Acosta, Albert Valera, para ofrecerle una vía de escape en caso de que el murciano busque nuevos aires donde hacer gala de su talento y competir, por qué no, por un mundial.
Incertidumbre por Navidad
Lejos aparece aún en el horizonte el inicio de la temporada para Pedro Acosta, prevista para el 28 de febrero en Tailandia, pero nunca es demasiado tarde ni temprano para recibir malas noticias. Son muchas las razones las que el 2024 le ha otorgado al Tiburón para disfrutar de un final de año feliz y tranquilo, pero los primeros nubarrones que aparecen ya en el 2025 le pueden hacer torcer la sonrisa. Acosta prevé un año bonito, con enfrentamiento murciano incluido al verse las caras en la pista con Fermín Aldeguer, y no quiere que nada ni nadie le robe la ilusión ni altere sus aspiraciones en su segundo año en la élite. Sabe que su número, el 37, aquel con el que asombró al planeta con su talento y se proclamó campeón del mundo de Moto3 y Moto2, va a volver a lucir y brillar en su moto. Ahora falta que esa nave de dos ruedas con la que quiere volar sobre el asfalto y ganar por primera vez en MotoGP esté a la altura de todo un prodigio de la velocidad, algo que por el momento genera muchas más dudas que certezas.
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Enlace de origen : KTM le borra la sonrisa a Pedro Acosta