Vecinos de Centrofama, en Murcia, denuncian que el problema con los gorrillas empeora y toma tintes personales

Vecinos de Centrofama, en Murcia, denuncian que el problema con los gorrillas empeora y toma tintes personales

Lunes, 9 de diciembre 2024, 00:26

«Yo ya no quiero que ningún político venga a explicarme que va a hacer esto o lo otro; no me importan los medios, solo espero que se pongan a pensar y nos solucionen de una vez un problema que antes no teníamos y que va de mal en peor». Así se manifestaba esta semana Antonio Franco, vicepresidente de la Asociación de Vecinos del Entorno Centrofama-Greco. Esta entidad vecinal surgió el pasado mes de mayo casi con un objetivo único, el de frenar la degradación que vienen sufriendo sus vecindarios, ubicados en una de las áreas con mayor renta de la ciudad de Murcia. La causa no es otra que la constante presencia de un buen número de aparcacoches en la zona con un perfil muy concreto: personas con adicciones a diversas sustancias que intentan satisfacer en los puntos de venta de droga del próximo Polígono de la Fama.

En estos meses de andadura, este movimiento ciudadano ha logrado que el Ayuntamiento se reúna varias veces con ellos e, incluso, ponga en marcha varias medidas para tratar de mitigar esta compleja problemática. Sin embargo, los resultados no han sido por el momento los esperados por los residentes, que han vuelto a dirigirse al Consistorio por escrito para exigir nuevas actuaciones. En esta reciente misiva recuerdan, como ya informó LA VERDAD en septiembre, que la conversión en plazas de residentes de los aparcamientos de zona azul ubicados junto a la galería comercial ha sido positiva para los negocios de esta, pero que, a cambio, «los gorrillas se han desplazado en bloque hacia la calle Greco y se introducen en las vías más estrechas, causando el pánico entre los vecinos».

Se refieren, en particular, a la situación generada en los alrededores de vías como la calle San Martín de Porres, que conecta las calles Greco y Doctor José Tapia Sanz y que ha visto como su zona naranja se transformaba en otra de plazas de rotación para compensar la pérdida de estacionamientos en Puerta Nueva. A ello suman que estos aparcacoches «siguen siendo igual de agresivos y descarados», si no más, ya que los vecinos denuncian un envalentonamiento progresivo, que empieza a tomar, además, tintes personales. «A algunos vecinos, los habituales ya nos conocen y nos tienen perfectamente localizados, por lo que tenemos mucho ojo con recriminarles nada, para evitar represalias contra nosotros o nuestras familias», explica la presidenta de la asociación, Eva Garrido.

Los residentes alertan de que los aparcacoches ya saben dónde viven, piden dinero a los viandantes y «están aquí a todas horas»

La representante vecinal subraya, asimismo, que las peticiones de dinero ya no se producen exclusivamente como contrapartida a ‘la ayuda’ para estacionar. «El otro se metió un chaval de 18 años en la farmacia, muy agobiado y pidiendo auxilio, porque uno de estos aparcacoches le había exigido efectivo y ante la respuesta de que no llevaba, le quiso obligar a ir al cajero para conseguirlo», explica Alicia Marín, farmacéutica de la botica de San Martín de Porres. De hecho, Marín asegura que desde que se cambió el régimen de estacionamiento en esta vía, llama a la Policía «un día sí y otro no».

Miedo cuando cae la tarde

«Hemos notado una bajada de clientes por la tarde, porque la gente prefiere no pasar por aquí cuando oscurece», añade la farmacéutica, explicando que por la noches también «se producen situaciones de acoso a la chicas jóvenes que transitan por la zona, incluso cuando acuden a las discotecas de la zona, porque ya están por aquí a todas horas».


Dos agentes municipales estacionan su vehículo junto a la galería comercial y hacen ronda.


G. Carrión / AGM


Tampoco hay que olvidarse de otras conductas insalubres o directamente violentas que padecen los residentes. «Defecan y orinan en la rampa de aquí atrás y protagonizan numerosas peleas», apuntan desde la clínica Clinimur, de la calle Greco, que recoge las quejas de sus pacientes, «a los que abordan mientras sacan el tique de la zona azul». «Hace unos días entró uno a la farmacia pidiendo que le curara una herida en el brazo de un navajazo que se le había infectado», destaca Alicia Marín.

Los afectados reclaman la vuelta de la zona naranja a San Martín de Porres, cámaras de seguridad y más alternativas legales

Es cierto que, tras este último escrito, la Policía Local ha subido un punto más su presencia en el área. «Un coche patrulla permanece 30 minutos en la zona cada hora y hemos desplegado agentes de paisano», apuntan fuentes de la Concejalía de Seguridad Ciudadana. Sin embargo, los vecinos no creen que esta situación pueda prolongarse en exceso en el tiempo y denuncian que «los aparcacoches aguardan escondidos hasta que los agentes se marchan para continuar con su intimidación, acoso y amenazas, lo cual nos genera indefensión y desprotección».

Por todo ello, han formulado nuevas solicitudes al Consistorio incluyendo la vuelta inmediata de la zona naranja a San Martín de Porres y la reducción de las bolsas de estacionamiento, la instalación de cámaras de videovigilancia o la exploración de nuevas medidas legales que permitan abordar a los gorrillas por desobediencia.

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