España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia

España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia

Miércoles, 11 de diciembre 2024, 16:48

España no vivirá solo del recuerdo de Naranjito y aquel lamentable Mundial en materia deportiva, donde La Roja que dirigía José Emilio Santamaría, en plena transición democrática, defraudó como anfitriona. 48 años después, en 2030, el país será sede de una Copa del Mundo. Lo hizo oficial la FIFA en un Congreso Extraordinario. Y como ya se sabía, pues era un mero trámite al que le faltaba el formalismo, no será una organización en exclusiva, ni mucho menos, ya que por primera vez en la historia el gran evento deportivo del planeta, juego a los Juegos Olímpicos, se celebrará en tres continentes y seis países distintos: España, Portugal y Marruecos como organizadores principales, pero también Uruguay, Argentina y Paraguay en los primeros partidos de sus selecciones. Peculiar cuanto menos en una cita en la que nuestro país tendrá un papel principal. Arabia Saudí se hará responsable de la celebración en 2034.

Sedes en España, Portugal y Marruecos para el Mundial de 2030

El Congreso tuvo lugar online -a diferencia de lo habitual cuando se trata de otorgar un Mundial- y no hubo votaciones. Era la única candidatura y había rival. Gianni Infantino anunció lo esperado: «El gran punto fuerte del fútbol es su unidad. Es el principal deporte del mundo y ustedes saben que el fútbol es mucho más, es un fenómeno social único.Capaz de unir a todo el mundo, une a las personas en un contexto alegre y basado en el respeto100 años de la primera copa del mundo, Uruguay 1930 , y que mejor manera que celebrar un Mundial en seís países, en tres continentes». Once de los 20 estadios estarán en territorio español: Madrid (Santiago Bernabéu y Riyadh Air Metropolitano), Barcelona (Spotify Camp Nou y el RCDE Stadium), Sevilla (La Cartuja), Bilbao (San Mamés), San Sebastián (Reale Arena), Málaga (La Rosaleda), Zaragoza (La Nueva Romareda), Las Palmas (Estadio de Gran Canaria) y La Coruña. Marruecos pondrá seis (Casablanca, Rabat, Tánger, Marrakech, Agadir y Fez) y Portugal, tres: Da Luz, José Alvalade y Do Dragao, en Lisboa y Oporto. La decisión sobre las sedes de la final y la jornada de inauguración no se tomará hasta 2026 lo que abre un doble frente entre España y Marruecos, y entre el Bernabéu y el Camp Nou.

Sedes españolas y descartes para el Mundial

El proyecto fue elegido en octubre de 2023 por el ente rector del fútbol mundial como el único candidato a organizar esta Copa del Mundo, una cita para la que nadie más presentó sus intenciones y cuyo recorrido desde entonces ha estado principalmente marcado por la inestabilidad que rodea a la Federación Española de Fútbol, aún sin presidente oficial hasta las elecciones que se celebrarán este lunes día 16 de diciembre, y con turbulencias como la del pasado mes de abril cuando se desveló la ‘Operación Brody’ que investiga la presunta corrupción durante la etapa de Luis Rubiales al frente del organismo, obligado a abandonar la presidencia por aquel beso en los morros no consentivo a la futbolista Jennifer Hermoso durante la celebración del Mundial que las chicas de La Roja lograron el 20 de agosto de 2023. El fútbol femenino tiró la primera ficha de un dominó que provocó una crisis de gobernanza y reputacional en la institución española sin precedentes, salpicada por varios casos de corrupción y que pusieron en seria duda este proyecto, casi cinco décadas después del aquel de 1982.

María Ángeles García Chaves, quien a falta de presidente, ejerce como la presidenta de la Comisión Gestora de la Federación Española de Fútbol, hizo hincapié en el apoyo del Rey Felipe VI antes de dar a un vídeo en el que los exjugadores Figo, Naybet y Fernando Llorente mostraban las bondades de los tres país a los que representan, Portugal, Marruecos y España.

Todos los recintos mundialistas tienen un mínimo de 40.000 espectadores de aforo, con los del partido inaugural (ya concedido a Montevideo) y la final, que se disputará previsiblemente en el Santiago Bernabéu – la joya de la corona de Florentino Pérez- con una capacidad para más de 80.000 personas.

Estadios según su capacidad actual

Se establece un mínimo de 40.000 espectadores

La soñada Copa del Mundo en el que se enfrentarán 48 selecciones, dará comienzo el 8 o 9 de junio con los partidos inaugurales de Sudamérica, en Montevideo, Buenos Aires y Asunción; el resto se celebrará del 13 de junio al 21 de julio en suelo español, marroquí y portugués.

Tan ansiado Mundial será el final de un largo camino que se comenzó a construir en 2018, cuando Rubiales solicitó de manera formal al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su apoyo para organizar ese evento de enormes dimensiones a niveles económico, deportivo, social y cultural. Tras ese Mundial de 1982 y los Juegos Olímpicos que mostraron lo mejor de Barcelona al mundo en 1992, España será primera plana en cuanto a organización deportiva por tercera vez en la historia.

Cabe recordar que a finales del año pasado, el Consejo de Ministros, a petición de Iceta, aprobó un real decreto para regular la concesión directa de una subvención de 7,5 millones a la FEF, todavía de Rubiales, para la preparación y desarrollo de la candidatura mundialista. Según informó el CSD, esa primera inversión se destinaba a potenciar la candidatura española a través de diversas actividades. Entre ellas, enumeró la celebración de encuentros y eventos en distintas partes del territorio nacional y extranjero, el establecimiento de una oficina técnica para la coordinación de eventos, la difusión de las iniciativas a través de los medios de comunicación, el desarrollo de las infraestructuras necesarias destinadas a centros de entrenamiento y tecnificación de las selecciones nacionales y autonómicas y el soporte tecnológico.

Se trata solo del comienzo, puesto que el Gobierno cifra la inversión necesaria para organizar con éxito la Copa del Mundo en más de 1.430 millones. De ellos, 750 millones destinados para infraestructuras y 680 a gastos de organización. En todo caso, el coste estimado por el Ejecutivo es ridículo en comparación con los 200.000 millones de dólares que invirtió Catar en organizar la Copa del Mundo más cara de la historia. En 2014, en Brasil, que necesitó reformas de arriba a abajo, el gasto ascendió a 15.000 millones. Un espaldarazo para España, que no debería tener dificultades para rentabilizar la inversión.

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