Los consejos de un geriatra para afrontar las cenas de Navidad con una persona con trastorno cognitivo

Los consejos de un geriatra para afrontar las cenas de Navidad con una persona con trastorno cognitivo

María Ramírez

Miércoles, 18 de diciembre 2024, 18:22

Diciembre da la bienvenida a la temporada de los turrones, los mazapanes y los polvorones. Los dulces tradicionales invaden las mesas con la llegada de la Navidad, mientras que las calles y los hogares se engalanan con adornos que realzan el ambiente festivo. Esta época del año también trae consigo un calendario colmado de planes: reencuentros anuales, cenas de empresa y reuniones familiares.

Sin embargo, los momentos de alegría y celebración también pueden dar paso a roces y disputas. Esto puede deberse a la tensión entre varios invitados, a las diferencias en las expectativas de cada uno o los desacuerdos sobre la organización de los eventos. Una situación muy común que también suele generar conflicto es cuando los padres están separados o los progenitores son mayores y deben pasar cada festividad con un hijo diferente. En estos casos, la planificación para distribuir el tiempo entre los distintos miembros puede resultar complicada.

Navidad con una persona con trastorno cognitivo

Un aspecto que requiere especial atención en las familias es cómo afrontar las fiestas cuando hay una persona con trastorno cognitivo, como el Alzheimer. El geriatra Pedro Manuel Sánchez Jurado, que cuenta con más de 25 años de experiencia, ha compartido en su perfil de Instagram (@pedrotugeriatra) una serie de consejos para adaptar estas jornadas a las necesidades de estos pacientes.

El aspecto fundamental para tratar con adultos mayores que presentan estas afectaciones es no alterar sus rutinas. «No es bueno que lo metamos en una cena con 20 personas», destaca el doctor. Asimismo, el profesional indica que tampoco es favorable trasladarlo a otra casa ni que se acueste a las 00.30 horas en Nochevieja por las uvas. Como indica, estas situaciones pueden alterar los ritmos y crear trastornos conductuales.

El geriatra subraya que, si se interrumpen las rutinas establecidas, puede generar una sensación de desorientación en la persona afectada. En definitiva, los cambios en los horarios, los entornos o las actividades, pueden hacer de la Navidad una época «confusa» para el paciente y «un poco triste» para los seres queridos.

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