Muchachicha, contundente diversión

Muchachicha, contundente diversión

Jueves, 19 de diciembre 2024, 01:34

La profesionalidad de la camarera de Muchachicha me conquista a los dos minutos de llegar. Su perenne sonrisa, primera condición de un buen camarero según el experto en sala Juan Moll (ex de Robuchon), hace que, sin perder la calma, sin correr, pero sin parar, levante dos puntos en contra por la falta de ingredientes en cocina que me imposibilitan probar un par de platos de la carta. Levantar dos reveses no es fácil y ella lo hace con gracia.

Así que me quedo sin ensaladilla de gamba roja al ajillo y sin el paparajote de shiso, tartar de gamba blanca y tierra de torrezno. Tampoco pruebo el tataki de vieira asada, la alcachofa confitada a la brasa con parmentier de patata, papada ibérica y trufa; o el tomate con bonito en escabeche. Como veis, todos son platos apetitosos que bien podrían formar parte del menú de Nochebuena y que sin duda probaré a mi vuelta al restaurante.

Comienzo con un trocito de hueva de mújol en semisalazón y dos croquetas tan distintas como representativas del nuevo espacio. Por un lado, una de zanahoria, puerro y dátil y, por otro, el sabor profundo y tradicional de una pelota de cocido con la salsa de sus verduras. Sinceramente, hay que probar las dos. El patacón es el plátano macho cocinado, chafado como una tortilla y frito o a la plancha. En este caso lleva una capa de guacamole, un tartar de sardina ahumada y unos frutos secos picados a modo de lluvia tostada. El sabor es delicioso, pero el equilibrio es cuestionable. La gran cantidad de pescado hace que eche de menos un poco de pan para compensar y dar respiro a mis maltratadas papilas gustativas.



7

  • Cocina

    7/10

  • Calidad/precio

    7/10

  • Servicio

    7/10

  • Local

    6/10

  • Bodega

    6/10

  • Dirección
    Calle Frenería, 10. (Murcia)

  • Teléfono
    968 313 412

  • Horario
    Cierra los martes y domingos por la noche y los lunes al mediodía.

  • Precio medio
    Unos 45 euros por personas

El taco de torrezno es casi un plato único. Al fondo del plato, una tortilla de trigo aguanta una crema de guacamole de mango, salsa de yogurt, una buena cantidad de tocino y una gran cantidad de un pico de gallo con frutas que da como resultado un juego de fuegos artificiales a cada bocado que le arrimo. El brioche de panceta ahumada me recuerda bastante al que lleva meses triunfando en el restaurante Los Cazadores, recientemente galardonado con el premio a Mejor Restaurante Tradicional en los Premios de la Gastronomía de la Región que otorga este diario. En este caso, la salsa que chorrea por encima del pan lo convierte, si cabe, en un bocado todavía más umami.

Repetiría una y otra vez el canelón crujiente de cordero con salsa holandesa, nube de queso ahumado y demiglace

Pero uno de los platos que repetiría una y otra vez es el canelón crujiente de cordero con salsa holandesa, nube de queso ahumado y demiglace. Un bocado sin aristas, suculento y pensado para poner el equilibrio en lo más alto del placer gustativo. Y para terminar, magret de pato a la cantonesa, en otro reflejo más de la diversidad de sabores e influencias gastronómicas que tiene el local. Sabores, dulces, a canela y pera, con un arroz de coliflor de guarnición y una salsa cantonesa con kumquat para rematar la faena. En realidad este es un plato que iría combinando con el canelón anterior, ya que son sabores tan diferentes que intercalándolos los disfrutaría más.

El tiramisú mantiene una textura más firme de la que a mí me gusta, aunque está bien de sabor. Creo que a la próxima dejo pasar el postre y me tiro de cabeza a por la parpatana de atún rojo o a por el rodaballo a la brasa para seguir conociendo la carta de Muchachicha, un restaurante de cocina divertida con influencias internacionales.

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