Constitución, unidad territorial y transparencia: diez años de discursos del Rey

Constitución, unidad territorial y transparencia: diez años de discursos del Rey

Ander Azpiroz

Madrid

Martes, 24 de diciembre 2024, 00:01

El tradicional discurso de Nochebuena es el más personal del jefe del Estado. El único a lo largo de todo el año que se elabora íntegramente en Zarzuela y que no está sujeto al escrutinio –y matización si se considera oportuno en los despachos de Moncloa– del Gobierno de turno. Es por ello que tanto la puesta en escena como las palabras del Rey durante los aproximadamente quince minutos que se prolonga el mensaje a la nación están cargados de simbolismo.

Este año Felipe VI pronunciará su undécimo discurso desde que en junio de 2014 asumió la Jefatura del Estado tras la abdicación de Juan Carlos I. A lo largo de estos años sin duda las palabras más mencionadas han sido «unidad» y «Constitución», muy especialmente en el periodo del proceso soberanista en Cataluña que desembocó en el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. Ya en 2015 abordó el problema independentista sin ambages. «No debemos olvidar –afirmó– que la ruptura de la ley, la imposición de una idea o de un proyecto de unos sobre la voluntad de los demás españoles, solo nos ha conducido en nuestra historia a la decadencia, al empobrecimiento y al aislamiento». En diciembre de ese año, poco más de mes y medio después de la consulta secesionista y la intervención de la Generalitat por parte del Gobierno central en base al artículo 155 de la Constitución, el Rey incidió en que «respetar y preservar los principios y valores del Estado social y democrático de Derecho» resulta imprescindible para «garantizar una convivencia que asegure la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo político».

En su primer discurso, el Monarca ya trazó una línea roja contra la corrupción, incluidos los negocios turbios de su excuñado Iñaki Urdangarin y el procesamiento de la infanta Cristina. En un tono similar al que empleó Juan Carlos I en 2011 tras judicializarse el ‘caso Nóos’, Felipe VI pidió «cortar la corrupción de raíz y sin contemplaciones». Seis meses después, el jefe del Estado retiró el título de duquesa de Palma a su hermana. Pero el peor trago aún estaba por llegar. El 3 de agosto de 2020 el rey emérito, acuciado por investigaciones sobre el origen de su fortuna y con su antiguo idilio con Corinna Larsen transformado en escándalo público, partió hacia Emiratos Árabes a modo de autoexilio voluntario. Antes, en marzo del mismo año, al día siguiente de declararse el estado de alarma por la pandemia, Felipe VI ya había renunciado a la herencia de su padre y había privado a este de su asignación como miembro de la Familia Real. La relación entre Felipe VI y Juan Carlos I ya no volvió a ser la misma, al menos de puertas afuera. En el discurso navideño, el jefe del Estado reafirmó su compromiso ético por encima del vínculo familiar. «Estos principios éticos y morales están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales y familiares», zanjó.

2014: el ‘procés’

«La imposición de una idea de unos sobre la voluntad de los demás solo nos ha conducido en la historia a la decadencia»

En medio de los escándalos que han rodeado a su padre, el Rey se ha volcado junto a la reina Letizia en asegurar la sucesión de la Princesa de Asturias y la continuidad de la Monarquía. En ese mismo discurso de 2020, se decoró la estancia de Zarzuela donde lo pronunció con una escenografía elegida al milímetro con doña Leonor como gran protagonista.

Inestabilidad política

Tampoco ha resultado sencilla la primera década de Felipe VI en el trono en clave política. Tras las elecciones generales de diciembre de 2015, Mariano Rajoy, ganador de los comicios, se convirtió en el primer candidato en democracia en rechazar la designación del Rey para presentarse a la sesión de investidura ante la imposibilidad de sacar la votación adelante. Fue Pedro Sánchez el que, tras firmar un acuerdo con Ciudadanos, dio el paso con la vana esperanza de que Podemos y Pablo Iglesias permitieran sin contraprestación alguna un gobierno de coalición socio-liberal. El Rey, con sus funciones limitadas por la Constitución, observó como convidado de piedra un culebrón político que desembocó en unas nuevas generales. Lo más que pudo hacer Felipe VI en su alocución de la Nochebuena de 2015 fue apelar al «debate y el diálogo entre las fuerzas políticas» para «abordar y decidir los asuntos esenciales de la vida nacional».

2020: Juan Carlos I

«Los principios éticos están por encima de cualquier consideración, incluso de las personales y familiares»

Las catástrofes naturales también han estado presentes en los mensajes del jefe del Estado. En 2020 tuvo muy presente a las personas que perdieron a seres queridos a causa de la pandemia y revalorizó el papel que desempeñó el personal sanitario para salvar decenas de miles de vidas. Llamó a mantener todas las precauciones frente al coronavirus, pero también a «afrontar el futuro con autodeterminación». Este año, sin duda, Felipe VI también tendrá un emotivo recuerdo para las más de 200 víctimas de la Dana que asoló Valencia el 29 de octubre.

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