Ana de Dios
Martes, 31 de diciembre 2024, 16:08
Sin duda, el avión se ha consolidado como uno de los medios de transporte más utilizados en la actualidad, especialmente para trayectos largos. La posibilidad de llegar a tu destino de manera mucho más rápida que en coche, tren o barco lo convierte en una opción sumamente atractiva. Sin embargo, es importante tener en cuenta que viajar en avión implica condiciones físicas y ambientales diferentes, como los cambios en la presión atmosférica y la exposición a altitudes elevadas, factores que pueden afectar el bienestar de nuestro cuerpo.
Un ejemplo conocido de estas afectaciones es el síndrome de la clase turista. Este término, acuñado en los años 90, surgió al observar un aumento en los casos de trombosis venosa profunda entre pasajeros frecuentes que realizaban vuelos de larga duración, usualmente en clase turista. No obstante, estudios posteriores han demostrado que el riesgo no depende exclusivamente de la categoría del asiento, sino de factores como la falta de movimiento durante el vuelo. Además de este síndrome, existen otros efectos negativos frecuentes: el taponamiento de los oídos o dolores en esta área debido a los cambios de presión, la alteración del sentido del gusto y, en casos extremos, una sensación general de incomodidad que puede transformar un viaje planeado para relajarse en una experiencia frustrante.
Por qué es importante hidratarse durante el vuelo
A estas molestias comunes se suma otro problema habitual: la deshidratación. Probablemente, en algún momento has sentido una sed inusual o una incomodidad por sequedad excesiva en los ojos, la nariz y la boca mientras estás sentado en tu asiento. Esto tiene una explicación clara, como detalla el piloto Alfonso de Bertodamo en su cuenta de TikTok, @perdiendoelmiedoavolar. «Seguro que has escuchado que es importantísimo hidratarse durante todo el vuelo, y es verdad. En los aviones hay muy poca humedad en la cabina».
La baja humedad y la presión atmosférica reducida a grandes altitudes afectan la distribución de líquidos en el cuerpo, lo que contribuye a una sensación de deshidratación. Según el piloto, una estrategia sencilla para contrarrestar estos efectos es beber «un vaso de agua cada hora de vuelo debería ser suficiente». Sin embargo, los expertos recomiendan no limitar la hidratación al tiempo de vuelo, sino extenderla a antes y después del viaje.
Mantener un buen nivel de hidratación antes de abordar ayuda a preparar al organismo para enfrentarse al ambiente seco de la cabina. Una vez finalizado el vuelo, beber suficiente agua permite que el cuerpo se recupere más rápidamente de los cambios sufridos durante el trayecto. Este hábito no solo alivia los síntomas de deshidratación, sino que también favorece una transición más cómoda a las condiciones normales tras el aterrizaje.
Además, pequeños ajustes durante el vuelo, como evitar el consumo excesivo de alcohol o bebidas con cafeína —que pueden intensificar la pérdida de líquidos—, moverse regularmente para estimular la circulación sanguínea y utilizar gotas humectantes para los ojos, pueden marcar una gran diferencia en el confort general del pasajero.
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Enlace de origen : Los efectos negativos en tu cuerpo por no beber agua durante los vuelos: «En los aviones hay muy poca humedad en la cabina»
