Detenido por encerrar en el canapé de una cama a su expareja en Marbella

Detenido por encerrar en el canapé de una cama a su expareja en Marbella

Juan Cano

Málaga

Martes, 31 de diciembre 2024, 09:45

Apenas le dio tiempo a enviar un mensaje de WhatsApp. «Necesito ayuda», escribió a la policía local de Marbella que se encargaba de hacerle seguimiento como víctima de violencia de género. Y acertó a darle una indicación que resultaría clave: estaba en la casa de su expareja, que se encontraba en libertad vigilada presuntamente por maltratarla. El hombre, de 53 años, ha vuelto a ser arrestado, esta vez acusado incluso de detención ilegal (delito análogo al de secuestro, aunque sin pedir rescate), ya que los agentes hallaron a la víctima oculta en el canapé de una cama.

Los hechos sucedieron el 19 de diciembre en la ciudad de Marbella. La funcionaria adscrita al servicio Viogen que realizaba el seguimiento a la víctima recibió el primer mensaje a las cinco de la mañana. Intentó ponerse en contacto con la mujer, pero al ver que no atendía sus llamadas alertó inmediatamente a la sala del 092 de la Policía Local para enviar varias patrullas al domicilio del agresor, al que ella había denunciado por maltrato.

Los primeros agentes que llegaron a la vivienda llamaron con insistencia a la puerta, pero nadie respondía. Tampoco contestaban a las sucesivas llamadas ni en el teléfono de la víctima ni en el del hombre. Pese a ello, los policías locales tenían sospechas de que ella pudiera estar siendo retenida dentro del domicilio, por lo que avisaron a los bomberos para que les ayudaran a franquear la entrada.

En ese lapso de tiempo, la policía que hacía seguimiento a la víctima recibió por WhatsApp un vídeo en el que se veía todo muy oscuro y se escuchaba a la mujer, aunque no llegaban a entender claramente lo que decía. Esas imágenes acentuaron aún más la preocupación de los agentes y su temor de que pudiera estar dentro del piso y encontrarse en peligro, según las fuentes consultadas.

Los bomberos plantearon distintas formas de acceder a la vivienda. La primera, desde los balcones de los vecinos, resultó inviable. Luego probaron con la cerradura, pero el bombín se rompió, por lo que al final optaron por utilizar una maza para destrozar la puerta. En ese momento, escucharon al hombre desde el interior del inmueble, que se mostraba muy alterado y se negaba a dejarlos entrar.

El individuo intentó bloquear la entrada al piso, llegando incluso a colocar un mueble al otro lado de la puerta para impedir la entrada de los policías locales. Cuando vio que los agentes se abrían paso, el hombre corrió hasta el balcón -reside en una tercera planta- y se descolgó del mismo, sujetándose a la barandilla con un brazo. Al parecer, amenazaba con suicidarse.

Los funcionarios recorrieron la vivienda y, a simple vista, no localizaron a la víctima. Únicamente hallaron a una anciana de 93 años -que resultó ser la madre del sospechoso- que se encontraba muy agitada e incluso había empezado a vomitar del nerviosismo, por lo que pidieron una ambulancia para que la asistieran. Al mismo tiempo que intentaban convencer al hombre de que no se suicidara, los policías le preguntaron dónde se encontraba su expareja. Él respondió que ni estaba ni había estado allí.

Los agentes llegaron a pensar que realmente la víctima estaba fuera. Lo que no imaginaban es que al registrar la casa por segunda vez, cuando levantaron el canapé de la cama, iban a localizar a la mujer allí encerrada. Estaba casi inconsciente, con la mirada perdida, y ni siquiera se podía mantener en pie. Los policías tuvieron que cogerla en brazos para sacarla del hueco bajo el colchón y llevarla al hospital.

Al cabo de unos minutos, el hombre cesó en su actitud y optó por entregarse a los policías locales. El individuo se encontraba en libertad vigilada y tenía vigente un control específico al haber sido denunciado por malos tratos previos la víctima. En esta ocasión, le leyeron los derechos por detención ilegal, violencia de género y resistencia y desobediencia grave, precisaron las fuentes consultadas.

El sospechoso fue conducido a los calabozos de la Policía Nacional en Marbella, donde terminaron de instruir las diligencias del caso. Tras entrevistarse con todas las partes, los investigadores concluyeron que el hombre presuntamente había obligado a la víctima a meterse dentro del canapé, precisaron las fuentes, de ahí que se mantuviera su imputación por detención ilegal al considerar que la tenía allí retenida.

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