Lunes, 6 de enero 2025, 00:14
«¿Mañana al final vamos a ir en plan gallinas?»
–Ahora te lo digo, tío.
–Lo digo para que prepare el Álex la hormigonera, que está desarmá (sic).
–Mañana lo mejor vamos a echar una poca basura, que nos dará más que eso (…).
–Podemos irnos si canta la gallina, dos a aquel lado y otros dos (…) a echar estiércol.
Son las cinco y media de la tarde del viernes 6 de septiembre. Bartolomé L. G., un agricultor de la zona de Águilas conocido como ‘El Garrotas’, charla con su hermano Andrés en una conversación, al menos, intrigante. Sin saberlo, ambos engrosan un informe policial que, cada vez, gana más peso. El atestado, al que ha tenido acceso LA VERDAD, da buena cuenta del estrecho seguimiento con el que los investigadores del equipo de Delicuencia Organizada-Antidroga (Edoa) de la Guardia Civil lograron pararle los pies a una banda, presuntamente liderada por este agricultor y dedicada a ocultar y dar logística a narcolanchas en la zona de Águilas.
El resultado de los ‘pinchazos’ telefónicos, micrófonos y vigilancias de la ‘Operación Pandiones’, que los agentes desplegaron durante meses y cuyo secreto se levantó recientemente, deja poco espacio a la imaginación. El golpe se saldó con la detención de ocho presuntos miembros de la red y la incautación de cuatro embarcaciones y 5.000 litros de combustible. También acabaron en manos de la Guardia Civil los tractores que los investigados, muchos de ellos vinculados al campo, usaban presuntamente para mover las barcazas. En concreto, explican fuentes del cuerpo, este grupo proporcionaba combustible y dispositivos de geolocalización a las mafias que mueven droga desde el norte de África.
La banda tenía capacidad, además, para retirar las lanchas después de alijar y guardarlas en un lugar seguro, un servicio que resulta crucial para que las organizaciones puedan proteger este recurso, cada vez más valioso. Las pesquisas de la Benemérita permitieron localizar una nave de aluminio que los hermanos ‘Garrotas’ habían construido en el Camino del Sombrerico, cerca de la desaladora de La Marina, donde supuestamente ocultaban las narcolanchas. Los agentes localizaron también en esas instalaciones –construidas, al parecer, de forma irregular–una grúa de grandes dimensiones que supuestamente utilizaban para colocar las narcolanchas en los remolques de los camiones. Decomisaron, además, en una finca de la localidad almeriense de Cuevas de Almanzora dos remolques preparados para barcazas de más de diez metros de eslora.
Una reunión sospechosa
Fue la llamada de un vecino de la Marina de Cope la que dio el pistoletazo de salida a esta operación en la medianoche del pasado 4 de abril. El testigo alertaba de la presencia en un aparcamiento de una decena de extraños, con cinco coches, en una actitud que le parecía sospechosa. Los investigadores de la Guardia Civil explican a LA VERDAD que el cuerpo ya llevaba un tiempo poniendo el foco en esta zona ante «el incremento de incautaciones de diferentes embarcaciones, así como el avistamiento de las mismas en zonas próximas a Águilas».
Tras esa llamada de un vecino, unos agentes se acercaron a echar un vistazo, pero los miembros del grupo se disiparon rápido, abandonando dos vehículos en el descampado. Los guardias registraron los coches y hallaron documentación de personas vinculadas al negocio de la droga. Con este dato en la mano, la Benemérita comenzó a vigilar la zona a la espera de que alguien regresase a por los vehículos y consiguió identificar al titular de un automóvil que se acercó al descampado, huyendo poco después. Los agentes descubrieron que el dueño del coche era ‘El Garrotas’, también conocido como ‘El Toli’, que acabaría convirtiéndose en el epicentro de la ‘Operación Pandiones’.
La ‘Operación Pandiones’ se saldó con ocho detenidos y la incautación de cuatro barcazas y hasta 5.000 litros de gasóil
Tirando del hilo, no tardó en llegar a oídos de la Guardia Civil que este agricultor había acudido la tarde anterior a una gasolinera de Águilas, cercana a ese aparcamiento, comprando una gran cantidad de combustible. Los investigadores se acercaron a la estación de servicio y recabaron imágenes en las que se aprecia a Bartolomé L., junto a José S. ‘El Pacuco’, otro de los investigados. También se llevaron del comercio las facturas que acreditan que compraron hasta 669,73 litros de gasolina SP95, una cantidad, explica el atestado, con la que se pueden llenar unas 27 garrafas de las que utilizan las narcolanchas en sus trayectos.
La mirada de los agentes de la Policía Judicial se centró en los hermanos ‘Garrotas’ y no tardaron en descubrir la nave que ambos habían levantado en el Sombrerico. La vigilancia permanente sobre estas instalaciones no tardó en dar sus frutos y la Benemérita captó las andanzas de varios miembros del grupo, que fueron fotografiados moviendo narcolanchas desde ese depósito.
La ‘Operación Pandiones’ permitió la intervención de cuatro barcazas que supuestamente utilizaba esta banda para abastecer de combustible a otras narcolanchas supuestamente dedicadas a colar hachís en las costas de la Región. El pasado 15 de junio pudo detectarse una de estas gomas en Águilas después de que los investigados huyesen. Era una planeadora de unos diez metros con dos motores Yamaha de 300 CV que iba cargada con unos 4.500 litros de combustible.
Cerca de un mes después, la madrugada del 14 de agosto, la Guardia Civil fue alertada de que una embarcación semirrígida navegaba a la altura de Cope tratando de tocar tierra. Los agentes se acercaron a la zona y solo detectaron una scooter con dos hombres a bordo. El conductor era Bartolomé L., ‘El Toli’, que aseguró a los guardias que estaba de madrugada dando vueltas por el litoral aguileño porque trabajaba para el Ayuntamiento y estaba mirando las playas que necesitaban de una puesta a punto tras el temporal. Poco después, localizaron una barcaza en la playa de Puntas de Calnegre con un motor que aún echaba humo.
A esas alturas, sin saberlo, el teléfono de ‘El Toli’ ya estaba siendo pinchado por los investigadores, que recopilaban indicios sobre su presunto liderazgo de la banda. «Te va a lllamar el de la barca», advierte a un desconocido en otro diálogo captado. «Apriétale».
El supuesto líder del grupo sale libre con una fianza de 20.000 euros
El presunto cabecilla de este grupo, Bartolomé L., ‘El Toli’, recobró la libertad el pasado 23 de diciembre tras apenas dos meses de prisión provisional. Su abogado defensor, Eduardo Muñoz Simó, del despacho Simó Abogados, había solicitado reiteradamente el levantamiento de esta medida cautelar afirmando que el sospechoso cuenta con un gran arraigo en la zona, donde reside con su familia y su pareja -también investigada- y tiene dos hijos. El juez le otorgó finalmente la libertad bajo fianza de 20.000 euros. Otros dos presuntos miembros de la organización, defendidos igualmente por Simó, recobraron también la libertad ese mismo día, en su caso bajo fianza de 15.000 euros.
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Enlace de origen : La red de narcolanchas destapada en Águilas: «Te va a llamar el de la barca. Apriétale»