Sueño Xanadú: «Este año ha sido como ir a la guardería»

Sueño Xanadú: «Este año ha sido como ir a la guardería»

Martes, 14 de enero 2025, 00:36

Fue el viajero Marco Polo quien primero habló en sus libros sobre la ciudad de Xanadú, capital estival del imperio mongol para el emperador Kublai Kan. Dice la Wikipedia sobre Xanadú: «Nombre muy utilizado en el mundo anglosajón para evocar un lugar de lujo y misterio o exuberancia. Por ejemplo, para bautizar lugares imaginarios o establecimientos fantasiosos». Es el mismo lugar que hace solo unos meses llamó la atención de algunos de los componentes de Sueño Xanadú, un grupo formado por cuatro chavales de la Región –con edades comprendidas entre los 20 y los 27 años– que ya navegan sobre el cielo azul de la boyante escena musical murciana, ahora a lomos de un primer EP que saldrá a finales de este mes y que supone «una explosión de nostalgia y energía generacional», según sus propias palabras. El disco lleva el mismo nombre que la banda y llega tras su meritorio tercer puesto en el último CreaMurcia, que fue «un auténtico escaparate», reconocen.

Antonio Gallego (voz, ilicitano en Murcia), Carlos Campoy (bajo, de La Alberca), Juan Marín (guitarra, de Javalí Nuevo) y Marco Arquimbau (batería, de Cartagena) aprovecharon el (poco) dinero de ese tercer premio para poner en marcha el proyecto. Con eso y los (menos) ahorros, contactaron con Pablo López, un amigo de Molina de Segura casi tan novato como ellos, para producir el EP, totalmente autogestionado, en formato casero y artesano, cuyas 25 primeras copias están hechas a mano (y ya adjudicadas) por los propios componentes del grupo. Ya están en marcha otras 50, pero sin tantas manualidades. Antonio trabaja como modelador 3D y Juan da clases de inglés tras haber acabado la carrera de Filología Inglesa, y la otra mitad del grupo –Carlos y Marco– siguen estudiando Filosofía. Llevan poco más de un año tocando y admiten que este tiempo de «aprendizaje», mezclado con altas dosis de emoción e ilusión, ha sido «como ir a la guardería».

Pues vaya guardería. Porque esta banda –que aúna el rock alternativo más distorsionado con el pop– ya ha compartido escenarios en esta corta trayectoria con grupos de la talla de Los Estanques, Pony Bravo y Marcelo Criminal en el Lemon Pop, y colgaron su primer ‘sold out’ en la icónica Sala Siroco de Madrid el pasado 23 de noviembre junto a la banda madrileña Nepal Nepal. En este tiempo también han pasado por salas murcianas como REM, Mamba, Revólver y alguna otra que, en conjunto, suponen un despegue en toda regla con destino a su Xanadú particular. «Nos sentimos parte de la escena joven murciana. Somos muy amigos de bandas de la Región como Helio, Regular Crowd y Calare, por ejemplo», enumeran Antonio Gallego y Carlos Campoy con orgullo al otro lado del teléfono.

«Creemos que tenemos buenas canciones; queremos hacerlas cada vez mejores y llegar cada vez a más público»

Todo empezó con los siempre productivos litros al sol del Kiosko de la plaza de la Universidad de Murcia, donde Antonio y Carlos comenzaron a pergeñar lo que hoy es Sueño Xanadú. En febrero de 2024 grabaron su primera canción y solo once meses después ya es una realidad este primer álbum con siete pistas, entre las que se incluyen dos nuevos temas: ‘No sé respirar’, que «muestra el costado más ambiental y reposado de la banda, absorbiendo al oyente en una cadencia de emociones entre la tristeza y la añoranza»; y ‘Una mierda’, que cierra el EP y que es una ‘rara avis’ dentro de su estilo, «con un tono más cómico y bailable, autotune, 808 y sátira para quitarle hierro al asunto».

– ¿Y qué es una mierda?

– Ahora mismo hay muchas cosas que son una mierda, pero las vamos esquivando, ninguna nos aplasta. La misma canción lo dice: ‘he pisado una mierda que a ti me recordaba’. Esta canción, mismamente, nos parecía una mierda, y para nosotros era una forma graciosa de cerrar el disco.

De Los Planetas a Perro

Claramente guitarrero, el sonido de Sueño Xanadú –nutrido principalmente de las composiciones de Antonio Gallego y Carlos Campoy– no podía dejar de beber de las influencias musicales de sus componentes. «Los Planetas, cuando era pequeño», reconoce Gallego, que rondaba los 12 añitos cuando la banda de Granada publicó su icónico Super 8. «Y ahora más La Plata, Alavedra… En inglés soy muy de britpop». Que tiemblen los Gallagher. Lo bueno, apunta Campoy, «es que tenemos gustos muy variados y eso nos hace al final más originales. Yo, por mi parte, he sido más de rock. Siempre he escuchado mucho los Beatles. Ahora nos gustan mucho Perro. Juan y Marco, por ejemplo, beben más del grunge y del metal, sobre todo Marco».


Portada del álbum de estreno, cuyas 25 primeras copias han hecho a mano los miembros del grupo.


Mirando hacia atrás, explica Antonio Gallego, «este año hemos tocado en un montón de salas, muchas en Murcia, más de lo que imaginábamos». Pero ahora toca mirar hacia el futuro. «Creemos que tenemos buenas canciones, y lo que queremos todos nosotros es que esto siga, que siga para adelante. En resumen, queremos seguir tocando. Hacer canciones cada vez mejores y llegar cada vez a más público». Ni más, ni menos.

Sus próximos conciertos están programados en Cartagena (29 de enero) y en el Microsonidos (8 de marzo) junto a Victorias

Como soñar es gratis, pero este Sueño Xanadú es una realidad bien consolidada, vocalista y bajista fantasean con tocar en festivales de la talla del Sonorama. También en el Canela Party, que ya se ha convertido en una cita obligada para los amantes de los festivales nacionales más alternativos, disfraces incluidos. «Por supuesto en el Warm Up, que también es un gran festival». Ya están echadas las solicitudes desde aquí, para quien corresponda.

Pero, mientras vienen «más cosas», lo suyo es seguir nota a nota. De momento, con el estreno del álbum y los nuevos temas el viernes 17 de enero a las doce de la noche en plataformas digitales. A esto le seguirán los próximos conciertos programados. El primero de ellos, el 29 de enero en Café Mister Witt (Cartagena), y después el 8 de marzo en el festival Microsonidos junto a Victorias (Sala Spectrum, Murcia). Y, a partir de ahí, que sea lo que Xanadú sueña.

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